1

427 36 33
                                    

DICIEMBRE

OLIVIA MURPHY.

El invierno ha llegado a la ciudad de Londres, el mes de diciembre recién comenzó hace dos días y la nieve no ha parado desde entonces.

También ya que ha iniciado diciembre, significa que falta cada vez más poco para las vacaciones. He de admitir que éste año no he sido fan de ellas, no porque no me gusten, lo que pasa es que en unos meses, terminaré mi preparatoria y quiero disfrutar cada momento en el instituto de Harrow, es por eso que en estos momentos no deseo muchos las vacaciones. Pero veamos el lado bueno, habrá regalos y convivencia en familia.

Estoy en la entrada del instituto, esperando a mi mejor amiga Renata y a mi mejor amigo Kurt. Ambos desde hace unos meses llegan juntos, ya que Kurt se convirtió en el nuevo vecino de mi mejor amiga.

Ambos son increíblemente carismáticos, aunque Renata suele ser un poco ruda.

—¿Tardarán mucho en llegar? —pregunta mi hermano Axel mirando la hora en su teléfono.

—No lo creo, además hemos llegado diez minutos temprano. No te desesperes, las clases aún no inician.

Para Axel el esperar nunca ha sido algo que ame, llega a desesperarse muy rápido, justo como en este momento. Quiere ser puntual siempre, este ha sido su primer año en Harrow y aunque al principio quiso darse de baja, ahora ama venir y ser el más puntual y el mejor en lo que pueda.

—Creo que soy yo la que va a desesperarse ahora —río un poco y me giro para ver a mi hermano.

—¿Viven a cinco minutos y llegan tarde? —me mira levantando una de sus cejas.

—Es algo que nunca voy a entender —me acerco a él y acomodo su gorro de lana, cubriendo sus orejas.

—¿Por qué lo acomodaste?

—Tus orejas ya estaban rojas, Oliver. Seguramente ya eran rocas.

—La que está roja es tu nariz —me dice poniendo uno de sus dedos sobre ella— Rodolfo el reno.

—La tuya igual está roja, Rodolfo tú también.

Un par de minutos diciéndonos cosas por nuestras narices, aparecen Kurt y Renata. Vienen totalmente relajados con un café en sus manos.

—Lamentamos la tardanza —saluda Kurt al momento en que ambos se acercan a nosotros.

—Descuida —le digo—. Un placer esperarlos aquí durante minutos y morir tiesos del frío.

—En nuestra defensa, estábamos esperando a que hirviera el agua de nuestros cafés —Renata bebe un poco de su café, el cuál aún suelta un poco de humo.

—Deberían poner el agua un poco más temprano, ¿No creen? —Axel acomoda su bufanda.

—Muchas quejas hoy —Kurt mira a Renata y ambos ríen levemente.

—¿Entramos? —Renata nos mira.

—No, como crees, el clima es perfecto para quedarnos aquí. —responde Axel con sarcasmo.

Solo quedó nuestra historia. © | Segunda versiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora