Who are you? ▪︎KOOKMIN▪︎

3

—Dame tu mano, chico.— Pidió la señora, estirando su mano hacia Jimin.

Con un poco de dudas, el antes mencionado aceptó.

La señora de identidad desconocida examinaba la mano de Jimin con solo el tacto, mantenia los ojos cerrados mientras que con la yema de sus delgados dedos acariciaba la palma ajena.

—Me transmites un poco de tristeza hijo— Jimin levanto la mirada. — ¿no eres feliz cierto? Vives dia tras día con angustia, con una pena cargando a tus espaldas.—la dama aun mantenia los ojos cerrados.

Taemin solo observaba a su amigo que miraba fijamente a la señora, sin movimiento alguno en su rostro, solo una mirada profunda hacia la persona contraria.

—Un dolor muy fuerte— continuo hablando la mujer.
—Un hombre...  un gran amor... también una decepción... sentimientos por ambos... deseo carnal... algo prohibido... una fam....—No pudo seguir hablando porque fue bruscamente interrumpida.

Jimin le había arrebatado su mano.

La señora abrió sus ojos tan tranquilamente, sin preocuparse de lo que acababa de pasar.

Estando aún bajo los efectos del alcohol, combinado con el sentimiento de coraje que Jimin ya cargaba momentos antes, se hizo una mezcla muy fuerte para el cuerpo y mente de él mismo.
La respiración de Jimin empezaba a acelerarse poco a poco, sentía la sangre caliente recorrer sus venas, no podía creer que la persona que tenia frente a él supiera por lo que estaba pasando, el miedo estaba invadiendo su cuerpo... ¿Quién era? ¿Cómo sabía?
Dudas y dudas pasaban por su mente, pero lo que más le preocupaba era que su amigo a un lado pudiera escuchar la verdad, no podía permitir que eso pasara.

—No...eso es...mentira— Jimin negaba mientras que sus ojos empezaban a cristalizarse. — no hay nada que compruebe lo que esta diciendo, por favor ¡no mienta más! — levantó un poco la voz, y con eso, las lagrimas empezaron a caer.

Taemin solo observaba la escena, no iba a opinar ya que sabía que lo que decía la señora, era correcto.
Al fin de cuentas era una chamana, podía saberlo.
Pero le dolia ver como su amigo se rompia intentando negar la verdad. Una verdad que por lo visto, le quemaba.

—La verdad no hace daño hijo, entiendo que estes mole...— una vez más fue interrumpida.

—¡Basta! —Jimin gritó y se levantó de su lugar.
—Me largo de aquí— caminó hacia la salida rápidamente, huyendo de ahí como si alguien lo estuviera persiguiendo, no sin antes darle una última mirada a la señora, una mirada que le transmitía tristeza.

-

Iba amaneciendo, a punto de ser las 5:00am, el camino hacia la carretera había sido completamente agotador, los 3 amigos ansiaban llegar a su casa a descansar después de una rara y muy agotadora madrugada.

Ninguno mencionó una palabra sobre lo ocurrido anteriormente, Taemin así se lo pidió a Soobin, y Jimin no había hablado en ningún momento después de haber salido de aquella casa.
Solo pensaba, pensaba y pensaba.
Y su mente agotaba.

Quizá tuvo que frenar todo hace tiempo, o quizá nunca debió empezarlo.

Sabia que le traería consecuencias y aún así decidió seguir, no le importaba nada en esos momentos, momentos en los que se sentía querido y amado, aquellos momentos donde era feliz.

—Menos mal que no nos perdimos— Soobin rompió el silencio. Mirando de reojo a los chicos contrarios.

—Tienes razón, tu madre nos habría matado si no estas en tu casa para cuando despierte.—Dijo Taemin y rio.

—Fue una...buena noche. —Jimin musito.

Y una vez más, el silencio incomodo los acompañó hasta que se separaron para tomar sus respectivos caminos hacia sus casas.

———

Ya dentro de su habitación, Jimin yacia recostado en su cama, checó su celular y abrió el chat de la persona que más le importaba en ese entonces y a la misma vez apagó el celular, pues sus últimos mensajes enviados aún seguian con el "visto" desde hace 2 días.

—Supongo qué esto va para largo— murmuró para si mismo.

Acostado, volvió a pensar en lo sucedido esa misma noche, las palabras que salieron de la boca de la señora,  y los hechos que afirmaba, también aquella pregunta incomoda que lo hizo quebrarse.
Mejor dormiría, mañana seria un nuevo día y eso solo sería un amargo recuerdo nada más.

Poco a poco sus ojos se iban cerrando, fue una madrugada muy agobiada y posiblemente despertaría después del medio día.

Un gran cambio en su vida estaba por sucederle y él no lo sabía.