Confeciones 2/3

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Era un nuevo día, Leonardo veía con gran amor a su pequeño omega dormido, memorizaba cada milímetro de su carita. Suave le acaricio la mejilla obteniendo una hermosa sonrisa, realmente se maldecía por haberlo tratado tan mal. Suave le beso en los labios y evitando despertarlo se levantó.

Miguel Ángel se despertó unos minutos después, notando que su hermano ya no estaba, sonrojado se levantó y retiro a su cuarto, no entendía bien lo que pasaba con su cuerpo o más bien aún no se acostumbraba al cambio.

Los mayores esperaban tranquilos en la cocina, su padre y hermano menor entraron tranquilos al lugar, sentándose. Splinter miro a los mayores que nerviosos veían a su pequeño hermano. Mikey estaba adormilado, aquello le había agotado un poco, lo que no había notado era que estaba desprendiendo su peculiar aroma.

Splinter: Miguel Ángel, ve a darte un baño –viéndolo con calma- no quisiera tener un desacuerdo con tus hermanos

Aquello ultimo provoco un escalofrió en el menor, que miro a sus tres hermanos y noto aquel brillo único que solo la lujuria poseía. Rápidamente corrió al baño, pues no deseaba una tragedia tan rápida.

Allí recordó todo lo que Leo le había hecho sentir, realmente estaba a nada de perder la cordura con todo eso. No sabía cuánto más debía aguantar, aun así no desistiría de su decisión.

Una vez que se dio un buen baño, volvió a la cocina y desayuno tranquilo, luego con sumo cuidado ordeno su hogar. Y con paciencia espero a sus hermanos en la sala.

Cuando les vio salir, noto lo sudado que estaban y lo bien que se veían de esa forma. Aquello provoco un escalofrió en su cuerpo, no podía creer lo que andaba pensando, desde cuándo se había vuelto un pervertido.

Donnie: ¿Mikey, me ayudaras luego de comer?

Mikey: -lo mira y sonríe embobado- si

Más tarde Michelangelo fue al laboratorio y vio a su hermano trabajando, con cuidado golpeo y espero a que lo viese.

Donatello alzo la vista y le sonrió gentil, dejándolo entrar. Antes de iniciar le reviso el brazo, no quería que esa fea grieta se hiciese mucho más grande.

Una vez echo, empezaron con la reparación de los móviles, el genio dejo que su hermanito le pasara las herramientas, el más chico miraba con disimulo el cuerpo de su hermano, no sabía porque pero se quedó con la vista fija sobre la entrepierna de este.

Donnie a pesar de estar bajo el coche, podía ver perfectamente a su hermanito, notando como este se le había quedado viendo aquella zona tan íntima. Aprovecho aquello y abrió un poco más sus piernas, algo sonrojado dejo ver como su zona se abultaba.

Aquello tomo por sorpresa al menor, que se puso completamente rojo y alejo la mirada, no estaba nada acostumbrado a ver aquello y la verdad es que no sabía porque lo había hecho.

Al terminar ambos se sentaron a descansar, Don abrazo tranquilo a su menor, el cual se apoyó en él, estaba nervioso pues quería confesarse y la verdad no sabía si estaba por hacer lo correcto.

Donnie: Mikey, hay algo que quiero decirte –sonrojado lo mira-

Mikey: -lo mira tranquilo apegándose un poco a el- ¿Qué es?

Donnie: -más nervioso le dice casi en un grito- m-me gustas mucho Mikey!

Mikey: ¿de verdad? –se apega más a él-

Donnie asintió varias veces, estaba sumamente rojo y se puso mucho más rojo cuando su lindo hermano le dio un suave beso, el cual no dudo en responder. Le abrazo más dejándolo sobre si, mientras besaba su cuello. No estaba muy cuerdo, pero eso no le importo. Bajo una de sus manos y acaricio un poco las nalgas del menor.

Miguel Ángel estaba asustándose, su hermano parecía querer devorárselo allí mismo, sin perder oportunidad presiono una zona que su padre le enseño, para evitar algo así y una vez que se alejó vio cómo su hermano le miraba extrañado.

Mikey: también me gustas, pero no dejare que me uses de tu juguete –molesto se fue de allí, sobando su brazo- au, que brusco fue –susurra-

Leo: aun te duele –sonríe suave al verlo y con cariño le coloca aquella venda que mantenía en aire su brazo- deja de forzarlo o no sanara

Mikey: lo siento, D me dejo tenerlo así, mientras lo ayudaba –susurra-

Leo: entiendo –le mira el cuello- parece que Donnie no se contuvo –suave le toca una pequeña marca en su cuello- ten cuidado

Mikey: -sonrojado la cubre por instinto- l-lo se

Leonardo miro si había alguien y suave le dio un besito en la boca, eso calmo un poco al menor, quien le sonrió aun sonrojado. Tranquilo siguió su camino al laboratorio, pues debía verificar unas cosas.

Más tarde llegaron sus amigos humanos, a los cuales les conto con emoción lo que dos de sus hermanos habían hecho. Casey le mira con asombro, pues nunca pensó que ese maravilloso líder al cual seguía era un total pervertido y April estaba casi igual, nada más que a ella le sangraba un poquito la nariz con solo imaginar lo que le hicieron a su hermanito.

Casey: ¿ósea que ahora solo falta Raphael?

Mikey: si, aunque dudo mucho que el sienta algo por mí –susurra-

April: bueno, quizás cambio de parecer –trato de animarlo-

Mikey: lo dudo, lo dejo bien claro ese día –serio-

Ambos jóvenes se miraron y con calma le abrazaron. Quizás tenía razón y si lo hacía seria solo por el efecto de las hormonas del menor, lo cual no sería bueno para el frágil corazón de su pequeño amigo. Michelangelo sin desearlo se empezaba a quedar dormido, todo aquello le molestaba y agotaba física y emocionalmente, vaya su suerte al no saber cómo enfrentar todo aquello, pero no se dejaría vencer, si mañana no obtenía la confesión de su rudo hermano, decidiría por uno de ellos dos.

Okey, aqui esta la conti.

Gracias a los que votaron y comentaron.

Nos vemos ❤

¿Yo, un omega? (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora