Frenó fuertemente el carro, aquello le causó un susto sentía que moraría por haber hecho aquella maniobra.
Dejo de pensar es aquello, y apago el motor del carro, no sin antes sacar una manta que se encontraba en la parte trasera del coche, para finalmente salir de el.
Busco a Doyoung en todo el lugar que se llevaba acabo la fiesta, estaba por enloquecer si no lo encontraba en cinco minutos, y el hecho de que el azabache no respondiera sus llamadas lo ponía nervioso.
Afortunadamente lo encontró en el baño, ya que era el único lugar vacío en esa fiesta.
— Doyoung, soy yo — dio un golpe el la puerta del cubículo donde se encontraba el menor, mientras se recostaba en ella esperando a que le abriera.
El sonido del pasador sonando llamo su atención, le había abierto, pero sin embargo no movió la puerta dandole paso.
— ¿Puedo entrar? — Lee musitó demasiado bajo, asegurándose de que Doyoung solo lo pudiera escuchar a el.
No se escucho ningún sonido proviniendo a través de la puerta, sin embargo una patada llego a la pantorrilla de Taeyong. Dandole a entender que si.
Abrió lentamente el pedazo de madera, no quería asustarlo. Tenía entendió que cuando lo llamo se escuchaba demasiado mal, lo que menos quería era causarle más dolor.
— Doie... — lo llamo por primera vez por aquel apodo, el cual había estado horas pensando. Se agachó a su estatura, y lo abrazó llevándolo a su pecho mientras le daba masajes en el cuero cabelludo. — Todo estará bien — dio un pequeño beso en su frente para después mirarlo a los ojos.
— Vamonos — el azabache susurró de una manera apenas audible, se aferró más al mayor.
Taeyong hizo un sonido en forma de respuesta, ayudándolo a levantar y colocándole una manta en sus hombros para que no muriera de frío. Ambos salieron de la playa, dirigiéndose al estacionamiento donde estaba el carro de la señora Lee.
Taeyong lo ayudó a entrar, procurando no hacer ningún daño, ya que el cuerpo de Doyoung se encontraba débil. Seguro era el temor que sentía (el cual desconocía la razón) y el frío que hacía a tales horas de la madrugada.
— Puedes dormir, — lo observo mientras trataba de no caer desmayado de sueño — el camino será más o menos largo — dijo recordando el tráfico que había antes de que llegara, claramente ya habían tantos carros. Pero el solo pensar que tuvo de pasarse varios semáforos para llegar al azabache, le hacía recordar la pequeña adrenalina que sentía en su pecho.
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Al día siguiente Taeyong fue el primero en despertar, por lo que decidió comenzar hacer el desayuno. Luego de haber llegado en la madrugada, bajo a Doyoung del auto, había sido un reto llevarlo solo a su apartamento para que durmiera en la habitación de invitados y el hecho de que Kim dormía como una roca no le ayudó en nada.
— ¿Que haremos hoy? — dijo para si mismo mientras buscaba comida para preparar. Encontró un paquete de espaguetis, por lo que optó por prepararlo.
Taeyong es fan de la comida italiana, por lo que siempre tenía diferentes tipos de ingredientes para hacerla. No era el mejor cocinero, pero sin embargo consideraba que sus platos quedaban ricos por el amor que les ponía.
Dejo hervir los espaguetis, luego de haberles echado las salsas y crema para que tuviera gusto. Saco dos platos y coloco los espaguetis en estos, procurando que quedaran bien visualmente también agregando un poco de vegetales cortados en trozos.
— ¿Que es ese olor? — una voz lo desconcertó, haciendo que dejara de poner atención en sus platillos.
— Buenos días, Doyoung — observo al azabache, que se encontraba somnoliento — El desayuno ya está listo, siéntate — hizo una señal, palmeando el asiento a su lado y el azabache se sentó.
— ¿Lo compraste? — pregunto, llevando el cubierto lleno de espaguetis. Taeyong solo lo miro.
¿Que le cruzaba por la cabeza? ¿Acaso parecía una persona que no sabía cocinar, peor que no sabía hacer nada por si solo?
— Yo lo hice — ignoró sus pensamientos y siguió comiendo, el no era una persona inservible, tenía muchos talentos y Doyoung tenía que describirlos.
— Sabe bien — el pelo negro llevo otro bocado de espagueti a su boca.
— ¿E-enserio? — Kim solo sintió con su cabeza en formas de respuesta, mientras saboreaba el sabroso sabor de la pasta. Lee salto de la emoción, con una hermosa sonrisa para poder abrazarlo.
Nunca había tenido la oportunidad de mostrarle un platillo a una persona importante como un amigo o su propia madre, sin embargo se había dado cuenta que esa persona importante era Doyoung.
Doyoung era él primero en probar la comida de Taeyong. Él era la persona importante que ya lo había esperado.
Luego de un momento, habían dejado sus platos vacíos. Lee los llevo al fregadero, mientras Kim había decidió ir al balcón principal de el apartamento. Era espacioso, con unas ventanas demasiado grandes para su tamaño. Tenía entendió que el lugar donde se encontraba, había sido un regalo por la madre de Taeyong para el, por haber entrado a la universidad. Curiosamente, Doyoung comenzó a pensar que le regalaría su padre si lograba entrar a la universidad que tanto quería, tal vez un auto, una casa o mejor dinero en efectivo. Sin duda su padre le daría dinero, ya que no lo conocía demasiado bien para saber que le gustaba a su hijo. Inconscientemente una lagrimas salieron de sus ojos cansados.
De repente siente unos brazo envolverle su cintura, por lo que pego un saltito del susto. Taeyong lo estaba abrazando, el mayor acariciaba los cabellos de menor con un dulce toque, mientras lo observa con una gran sonrisa reposando su cabeza en su hombro, dejando caer unas pequeñas gotas de su cabello, por lo cual el azabache dedujo que había tomado un baño.
— Sabes que puedes venir a departamento, cuando quieras — le susurro cerca del oído a Doyoung. Lo cual le causó un pequeño escalofrío, haciendo que su piel se erizara.
Le volvió acariciar en pelo y se lo sacudió, mostrando nuevamente una sonrisa: — Ve a bañarte, necesitas un baño. — dijo acariciando sus mejillas — Todavía debes de tener arena en tu cuerpo.
Y Doyoung salió del balcón, dejando al chico de cabellos celestes un tanto desteñidos. El color desteñido lo hacía ver como el color del cielo, junto su enorme sonrisa que eran las nubes.
Sin embargo, no sabía que Lee era la razón de la presión que sentía en su pecho.
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creo que debo de cambiar el separador de esta historia lol
cambie la portada ¿les gusta?
se que es un tanto corto, pero de verdad quería actualizar, por que me había dilatado demasiado en publicar nuevo capítulo.
en fin la relación del dotae ya va tomando forma :)