4. No Es Mi Tipo.

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Habían pasado días, a mi madre ya le habían dado el alta, y como había dicho Alina su madre nos habían dejado hospedarnos en su casa.

Mi madre y Diana se llevaban bien, mi padre no había aparecido por ningún lado y eso era malo, algo estaba tramando contra mi madre y eso me ponía muy mal.

Alina se pasaba las 24 horas del día en casa metida y yo las pasaba con mis amigos fuera.

Casi no hablaba con Alina, ni siquiera en el instituto.
Ahora estoy en clase hablando con Max:

-Tienes que tener cuidado Adem, se que es tu padre pero nunca me dio buena espina -lo miró de lado y asentí.

-Lo sé, nunca llegó a tanto con mi madre, casi la mata -Máx me dio golpes en el hombro en modo de darme apoyo.

-Ahí viene tu nueva hermanita -lo miré mal, se marchó y miré a Alina.

-Hola Adem -sonrió sin enseñar los dientes.

-¿Quieres algo? -Ella asintió.

-Mi móvil se apagó y tengo que llamar a mi madre, ¿podrías dejarme el tuyo? -La miré y asentí.

Le di mi móvil y llamó a su madre, poco después me lo entregó y me sonrió.

-¿Está todo bien? -Alina asintió.

-Si, es que hoy volveré a casa un poco tarde -se iba a ir pero la agarré de la muñeca.

-¿Donde vas? -Ella me miró con el ceño fruncido y se deshizo de mí agarre.

-No te importa Adem -salió de clase.

La miré hasta que desapareció por la puerta, Max se volvió a acercar a mi.

-Esa mujer te tiene perdiendo la cabeza ¿cierto? -Lo miré negando y suspiré.

Las clases terminaron, Máx y yo nos fuimos a un bar que había cerca de mí antigua casa.

Máx saludó a su novia, era la camarera de ese bar.

-Voy arriba -hablé pasando de él.

Subí a la azotea y me prendí un cigarro, me agarré a la barandilla y miré hacia las calles.

Por mi cabeza pasaron todos los momentos que pasé con mi padre, hacia años solo eran voces, gritos pero nunca llegó a más, a mi solo me llegaba a mirar mal, pero nunca me llegó a tocar ni un pelo... Pero no entiendo que desencadenó esa ira que hizo que todo se volviera negro, los gritos fueron más allá, los golpes. Nunca había llegado a dejar a mi madre inconsciente y lo que hizo ese día me dejó impactado y muy asustado.

Mi madre insistía en que iba a cambiar, pero esperaba con todas mis fuerzas que viera la realidad, que esa venda se cayera de sus ojos, porque así íbamos a acabar muy mal.

Mi madre nunca fue una mujer de tener amigos, siempre estuvo encerrada en casa, cuidándome a mi y complaciendo a mi padre, no entendía como es que mi madre nunca se cansó de tanto abuso. Mi padre podría llegar a la mañana del día siguiente, borracho, y aún así mi madre seguía diciendo que podía cambiar, y lo peor es que estaba segura de que lo haría.

Odiaba el echo de saber que mi padre tenía todo el poder sobre mi madre, lo que él decía se tenía que cumplir y mi madre lo hacía sin rechistar, ni siquiera ponía un "pero", muchas veces me entrometí diciendo que mi madre no iba a hacer lo que él la había dicho, pero entonces yo acababa peor, pero en si no me importaba, al menos los golpes que a mi me daba a mi madre no le llegaban.

Tiré la colilla al suelo y la pisé, sentí una mano en mi hombro y miré hacia el lado derecho, allí estaba Máx.

-Tu hermanita está abajo con unos amigos -miré a Max, subí y bajé los hombros quitándole importancia.

Adem - (Pasados Oscuros).+ 18 DISPONIBLE EN FÍSICO ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora