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En el minuto en el que las palabras salieron de sus labios, Gilbert sintió cómo todo su mundo se detuvo.
Anne seguía ahí parada, con una sola bota puesta, su cabello en una terrible y desordenada trenza, y sus ojos reflejando mucha sorpresa.
El interior de Gilbert estaba igual de desordenado, era como si su mente estuviera saltando de un lugar a otro.
Finalmente salió de su trance y se dio cuenta de lo que estaba pasando.
—No puede ser, lo siento, mierda. No quería decir eso— dijo, agarrándose  el cabello con desesperación yendo por la habitación.
—Lo siento arruine todo, apenas nos hicimos amigos y yo solo lo arruine. Juro que no quería hacerlo. Por favor perdóname podrías olvidar...-
Fue repentinamente interrumpido por los labios de Anne en los suyos, una sensación cálida inundó todos sus sentidos. Él ni siquiera se movió por lo sorprendido que estaba.
Fue rápido, muy rápido y deseo capturar aquel momento en su memoria para siempre.
Anne lo alejó y sonrió avergonzada, sus mejillas estaban muy rojas.
Gilbert se sentía paralizado por la sonrojada pelirroja enfrente de el, como pudo entre tartamudeos y respiraciones agitadas dijo
—¿por qué fue eso?—
La pelirroja se mordió el labio tratando de ocultar su sonrisa y respondió mirándolo a los ojos
—Pues usualmente soy yo la que habla mucho, pero esta vez eras tú—
La sangre alcanzó sus mejillas y sus palmas estaba sudorosas; jamás se había sentido así.
Se giró dándole la espalda a Anne. Ni siquiera podía mirarla, podía sentir que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento
Esto, por fin sucedió pensó Gilbert.
Anne se encontraba terriblemente confundida y comenzaba a sentirse decepcionada, hasta que Gilbert se volteo viendo el deseo tan puro que se reflejaba en su mirada.
Sus labios se encontraron por segunda vez y en esta ocasión Gilbert notó cada pequeño detalle, desde la forma tan delicada en la que sus labios se movían sobre los de él, la esencia de fresa por el shampoo, el sentir sus manos tomándolo por la espalda, y sus manos colocadas suavemente en sus mejillas.
Eventualmente, Anne los separo y miro fijamente al pelinegro.
—Sabes que tenemos que estar en la pista dentro de unos 10 minutos ¿verdad?— soltó con unas risitas.
Él suspiro dándole  un pequeño beso de pico, antes de tomar su chaqueta de la cama.
—Esto del patinaje tiene que ser muy divertido, si esta haciendo que dejemos este hermoso momento—

 —Esto del patinaje tiene que ser muy divertido, si esta haciendo que dejemos este hermoso momento—

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TRUCE (Anne x Gilbert) social mediaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora