5 - Ok...Hagamos algo

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Cinco días.

Cinco dias habían pasado sin que ellos hayan hecho algo interesante.
Su rutina era dormir en el hotel, tener charlas incómodas, comer y cagar.

Nada más, Redtto no había ido a su cita con Rena, Kieh estaba de mal humor y no había contado una historia en varios días.
Los únicos que actuaban con normalidad eran Ainz e Iris.

Ainz había llegado a conocer mejor a su compañero asesino. Él es muy profesional al punto en que no sabe si esta trabajando o simplemente hablando en broma.

Siempre dice cosas cómo "ese hombre sería fácil de asesinar a plena luz del día" o "esa mujer se ve fácil de seducir" también cosas cómo "podría entrar a ese lugar caminando y nadie me vería".
Ainz había creído fervientemente que Iris era alguien "normal", pero, ¿Si le tocó dos "raritos" porqué no tres?

-Iris-san, ¿tienes alguna idea de lo que les pasa a estos dos?-

-No realmente, aunque creo que se deba a experiencias personales...-

-...Lo lamento...no te entiendo-

-Oh, discúlpame por ser tan vago Ainz-san...me refería a que seguramente deben haber tenido algún tipo de historia entre los de su tipo...Kieh con algún noble y Redtto con algún plebeyos...-

-Ahh... entiendo...¿Tienes alguna manera de arreglarlo?-

Iris desvío su mirada de Ainz y río cansadamente, luego se volvió para verlo nuevamente.

-Eso es algo que deben resolver entre ellos mismos...no creo que debamos involucrarnos activamente...-

-Entiendo...gracias-

-No te preocupes por ello...bueno, si necesitas algo solo háblame por [Mensaje] iré a la cantina que está en el parque-

-Esta bien...nos vemos mas tarde-

Entonces, Iris salto desde la terraza de la habitación del hotel en donde estaban.

"Historias...cuando el gremio empezó a decaer hubo muchas discusiones incluso hasta por las cosas más pequeñas... sobretodo Ulber y TouchMe, eran como el agua y el aceite...por un lado TouchMe, alguien a quién la vida le había sonreído, un exelente trabajo, estudios, una hermosa famailia...y luego Ulbert, una persona que vivía en desgracia... perdida constante de trabajos...familia separada..."

"Esa vez tampoco pude hacer mucho...y el gremio poco a poco se fué cayendo..."

Una mirada melancólica se dibujo en el hermoso rostro de Ainz, mientras más lo pensaba más quería ayudar a sus nuevos compañeros, el miedo de perderlos como a sus amigos se hacía cada vez mas recurrente en sus pensamientos.

"Pero...¿Cómo hacerlo?"

Redtto sabía que había hecho una estupidez, un verdadero noble no sucumbe a sus emociones fácilmente, pero aún así no podía dejarlo pasar. No podía dejar que su orgullo se mancille una vez más.
No iba a retroceder en su posición fácilmente, él era, después de todo, un marqués del infierno.

Redtto estaba en el bar del hotel, estaba rodeado de unas cuantas mujeres de bonito aspecto, había pasado los últimos cuatro días de esa forma, bebiendo, comiendo y con varias mujeres. Básicamente estaba teniendo una vida de libertinaje desenfrenado con el dinero de Ainz. Cosa que al parecer no molestaba al "Dios Demonio".

"Si padre me viera...bueno no es que importe, el está bien muerto"

Las bebidas estaban esparcidas por la mesa, vasos caídos y botellas vacías. Era una noche cálida que seguramente terminaría en la habitación de Redtto con algunas de sus nuevas amigas.
La felicidad y la borrachera eran evidentes en los rostros de las mujeres, pero no así en la cara del noble.
Su rostro de rasgos afilados, dignos de una persona que "había visto mucho" se veían un poco melancólicos y perdidos.

[Overlord: El Poder en las Sombras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora