🔥 𝟘𝟛.

2.8K 234 47
                                    

Rengoku es el tipo de novio que te carga en estilo nupcial a todas horas.

—Aclaremos que tú vas más contenta en sus brazos que andando—.

🔥

—Entonces, ¿vendréis con nosotros, ______, Rengoku, a comer? —preguntó esperanzada Mitsuri, con una gran sonrisa en el rostro.

Os encontrabais en el jardín de la sede de los cazadores de demonios, después de la reunión mensual. Tan solo os habías quedado Kanroji, Iguro, Rengoku y tú. Bueno, más bien Mitsuri os había pedido que os quedarais, pero Obanai te había dedicado una mirada asesina desde sus espaldas, por lo que le insiste a tu novio en que os quedarais para charlar un rato más. Cualquier día Iguro te matará por la noche.

Le dedicaste una mirada suplicante a Rengoku, que permanecía con su rostro afable de siempre. Él notó al momento tu ruego, pero aquello no lo detuvo. Se acercó a la joven, y posó su mano en la cabeza de Kanroji, como tantas veces hacía al entrenar con ella. A pesar de tener el mismo rango y que ya no fuera más su mentor, la seguía tratando como a una hermana pequeña.

—¡Claro, Mitsuri! ¡Cuenta con nosotros!

Sentiste como tus rodillas temblaban. Hacía algunos días que andabas mal del estómago y lo que menos te apetecía era darte un atracón de comida. Pero qué remedio. Decidiste que picarías algo del plato de Kyōjurō con un poco de suerte y ya.

—¡Estupendo! ¿verdad, Iguro?

—Por supuesto, Kanroji.

Ella simplemente sonrió feliz, y echó a andar hacia el restaurante, arrastrando a Obanai con ella. Si no recuerdas mal, era aquel que tanto le encantaba a Rengoku: Ichiraku-Ramen.

Suspiraste cansada. No obstante, no diste ni dos pasos cuando empezaste a notar unos brazos elevarte del suelo. Observaste algo sonrojada como Kyōjurō te levantaba delicadamente del suelo, en estilo nupcial. Él te miró, como lo hacía siempre que trataba de entrever a través de tus ojos, hacia tus pensamientos.

—No te preocupes, no tienes porqué comer tanto si no quieres. Sé lo que es un buen dolor de tripa. Si te sientes mal, dímelo y nos iremos a casa.

Le sonreíste agradecida, antes de dejar un beso en su frente, y enrollar tus brazos sobre su cuello, juntando vuestras cabezas.

—Gracias por ser tan atento.

—Gracias a ti, por dejarme serlo.

Rengoku echó a andar detrás de Mitsuri contigo en brazos. Ibas más a gusto que andando. Sin embargo, cuando Kanroji os vio como se le adelantabais, no dudó en coger a Iguro de la misma forma que Rengoku te sostenía a ti.

Y así sin quererlo esa apacible caminata hacia el restaurante se convirtió en una verdadera carrera. Te aferraste a Rengoku con fuerza mientras él corría a toda velocidad por las calles, enterrando tu rostro en su cuello. Y Obanai te imitó, aterrado. Os lo pasasteis en grande, excepto Iguro. Le hizo prometer a Mitsuri que la próxima vez que fueran hacer aquel tipo de carreras, sería él quien la cargaría a ella. No pensaba poner en peligro su pellejo de aquella forma de nuevo.

⇉ [ 🔥 ; ❛ Rᴇɴɢᴏᴋᴜ ɪs ᴛʜᴇ ᴛʏᴘᴇ ᴏғ... ❜  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora