🔥 𝟜𝟡.

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Kyōjurō es el tipo de novio, que cuando estuviste embarazada, le gustaba tumbarse a tu lado y escuchar al bebé.

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Después de comer, decidiste sentarte a leer un rato en el jardín, a los pies de un hermoso y viejo roble.

Sin embargo, advertiste cómo alguien se acercaba por tu espalda. Ni levantar la mirada de tu lectura necesitaste, para averiguar de quién se trataba.

Esperaste paciente a que estuviera junto a ti, y mostraste, encantada, tu mejilla al pilar.

Este la besó, como habías predicho. Se tumbó a tu lado, apoyando su cabeza en tu hombro.

—¿Qué lees?

—Es de fuera, lo llaman El Conde de Montecristo. Parece que está triunfando en occidente.

Hubo una pequeña pausa.

—Ese le gustaba a mi madre —la voz del joven tembló un poco.

Ladeaste tu cabeza en su dirección, y plantaste un sonoro beso en su mejilla, reconfortándolo.

—¿Quieres que lo leamos juntos?

—Tranquila, tú lee, yo he venido aquí por otra cosa.

Cerraste tu libro, atenta.

—¿Y qué es, si se puedo saber?

—Esto.

Tan pronto como acabó la frase, pegó sus labios a los tuyos, en un beso pasional.

Estabas sorprendida, pero lo correspondiste con gusto. Os separasteis, y llevó una mano a tu vientre.

—Y por esto.

Esta vez, acercó su oído a tu vientre, tratando de escuchar algo.

Soltaste una pequeña risilla.

Os mantuvisteis así un rato: tú leyendo y él escuchando al bebé; hasta que sentiste algo en tu vientre: una patada.

Buscaste la mirada de Rengoku, emocionada, y él te sonrió, entusiasmado por igual.

Entrelazaste tu mano con la suya.

Volvió a juntar rápidamente su oído con tu tripa, y tú dejaste a un lado la lectura. Os mantuvisteis tan en silencio en los siguientes minutos que se podría escuchar hasta vuestra sangre corriendo por las venas.

Y se escuchó otra vez: otra patada.

Kyōjurō alzó la vista, y encontró tu mirada.

Os brillaban los ojos, pues era un sentimiento indescriptible el que cobijabais en eso instantes.

El pilar de fuego solo alcanzó a decir algo, con lágrimas en sus ojos y una sonrisa tan sincera dibujada en el rostro como la de un niño:

—Os quiero.

⇉ [ 🔥 ; ❛ Rᴇɴɢᴏᴋᴜ ɪs ᴛʜᴇ ᴛʏᴘᴇ ᴏғ... ❜  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora