Capítulo 2: No te Duermas en un Bosque Solitario.

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Capitulo 2

 No te duermas en un bosque solitario.

La mañana aún estaba viva de alegría y luz solar. Los pájaros silbaban dulces rimas y el viento hacia que las hojas de los árboles se movieran de una forma magistral y calmante. Y aunque afuera todo estuviera pintado de colores vivos y llamativos, adentro, en el coche, nada iba bien. El aire acondicionado estaba al máximo. Había una melodía triste sonando por la radio y nadie decía nada. Madison Groff sostuvo fuerte el termo en sus manos, estaba caliente y se sentía genial. Y hacia que sus manos sintieran el dolor del calor. Algo de dolor infringido no estaba mal en esos momentos.

            “¿Cómo te sientes?”

            “Bien mamá, no hace falta que me lo preguntes tres veces cada minuto. Es asfixiante.”

       “Solo me gustaría saber lo que piensas, es solo eso” Su madre la consoló, pero ella no necesitaba eso.

            “Eso es razonable” Bromeo. “Lo único en que pienso es en mi mejor amiga muerta”

            “Madison…” Su madre comenzó pero ella bloqueo todo sensor auditivo.

            No quería volver a escuchar la misma historia desde que todo ocurrió. Su madre siempre le decía que no pensara en eso. Que le hacía mal. Que tratara de volver a hablar con su mejor amigo, Luke, ya que compartían las mismas experiencias.

            “¡¿Mismas experiencias?!” Ella le grito a su madre la primera vez que lo dijo. Estaban en la sala de estar, Madison tenía una manta cálida sobre su cuerpo mientras lloraba. “¡Mi mejor amiga está muerta! ¡Y tú solo quieres que le vea la cara a un chico que esta tan toxico y podrido como yo! ¡No podemos vernos más! ¡Ya se acabó! ¡Vernos sería un hecho fatal! ¡Ya no tenemos más temas de los que hablar!”

            “¡Si los tienen!” Grito su madre. Lágrimas picaban sus ojos.

            “¿Si? ¿Los tenemos? ¡Pues dímelos porque no tengo ni puta idea de cuales son!” Le grito y se levantó. Corrió hasta su cuarto y cerro con todas sus fuerzas la puerta detrás. Se lanzó en su cama y trató de dormir, pero no podía, simplemente no podía. Todo esto era muy intenso para ella. Aún no caía en la cuenta de que la chica que una vez fue su mejor amiga, una de las chicas más fuertes y divertidas de todas, fue asesinada sobre sus piernas. Por las noches, Madison sentía un peso sobre sus rodillas. Era Susan moviéndose sobre ella. Ella podía sentirlo.

            “¿Cariño?” Sus dos padres susurraron detrás de la puerta. “¿Podemos pasar?” Preguntaron, pero Madison no respondió. Preocupados y tristes sus padres entraron. Ver a su hija de esa manera era muy doloroso. “Cariño…”

            “N-no, vayan a c-comenzar-r” Las lágrimas se la comían viva. No podía hablar, no podía respirar, no podía vivir. “Por f-favor, déjenme sola-a”

            “Cariño, solo queremos que sepas que estamos aquí para ti” Su madre le consoló.

            “Sabemos que ha pasado poco tiempo…”

            Madison interrumpió a su padre en media frase. “Una semana y media, papá. ¡No han pasado ni dos semanas!” Gritó. Se tapó aún más la cara con su sabana y apretó sus piernas con una almohada que estaba entre ellas. Sus padres se sentaron en la cama junto a ella. Madison sintió que una mano le sobaba su brazo. Debía de ser de su padre, era muy grande y pesada.

            Los tres estuvieron juntos hasta que Madison logro quedarse dormida. Sus padres se levantaron lentamente de la cama y se fueron. Madison se despertó, en realidad no se había quedado dormida, solo quería que sus padres pensaran que lo estaba. Ella quería estar sola. Sola y despierta. Quería sentir el vacío en su corazón. La pérdida de dos amigos. Sus mejores amigos. Una estaba muerta y el otro era imposible verlo. Y así había empezado a querer al dolor.

Together to DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora