Parte 2.

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Shouto buscó su oportunidad para platicar con Izuku pero esto no sucedió durante un mes. Su hermano no dejaba al muchacho ni a sol ni a sombra. Por su parte Midoriya está totalmente encantado con Dabi, ya que este le había contado todas las anécdotas que tenía y le mostró sus tatuajes a base de tintas tribales.

Shouto consiguió su oportunidad una vez que le contó a su padre lo que su hermano planeaba con prueba en mano, entonces Enji inventó un viaje hacia el pueblo de Usagiyama para llevar el tratado matrimonial, luego le delegó esta tarea a Touya. Dabi no pudo negarse ante el pedido de su padre pues estaba claro que aquella orden era irrefutable.

Izuku se sentía aburrido sin la presencia de su ahora fiel amigo Touya. Vagaba por los jardines y platicaba con uno que otro sirviente pero la compañía no era la misma.

-Hola príncipe Izuku, ¿Puedo preguntar qué hace aquí solo?

-Digame solo Izuku, no me gustan las formalidades, Todoroki-kun.

-Si así lo prefieres está bien, Izuku. Pero aún no respondes mi pregunta.

-Oh, cómo sabe su hermano ha partido hacia el reino vecino y me encuentro aburrido sin su compañía.

-Si no te molesta yo puedo acompañarte, tampoco tengo mucho que hacer a decir verdad y creo que un descanso no me vendría mal, ¿Qué dices?

-Creo... Que está bien.

Así Shouto se encargó de mostrarle el castillo y el pueblo a su amado. Midoriya veía todo con ojos de asombro y admiración. Desde que había llegado nadie le había mostrado el pueblo, pero ahora veía que era realmente precioso; con infraestructura gótica, habitantes con ropajes sencillos en tonalidades frías o sobrias, bellos sin duda. Se sentía como en los libros que su padre le regalaba. Shouto e Izuku tuvieron una plática maravillosa, con un recorrido brillante, Midoriya estaba más que satisfecho con todo lo que Shouto le daba.

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Cuando Dabi llegó tres días después, se dió cuenta que todo su esfuerzo se había esfumado, pues el joven príncipe ya colgaba de los brazos de su hermano, gritando por aquí y por allá "¡Shou-chan, esto es asombroso!" "¡Shou-chan, nunca había visto nada como esto!" "¡Shou-chan, es realmente brillante!" "¡Shou-chan!" "¡SHOU-CHAN!".

Y si era sincero estaba harto de aquello. No comprendía que era lo que su hermano había hecho para avanzar tanto en tan poco tiempo. Hasta que lo pensó detenidamente se dió cuenta que cayó en la trampa de su hermano y su padre. Todo había sido una sucia jugarreta para evitar que él avanzara más con Izuku. Para cuándo quiso volver a acaparar al menor siempre se encontraba con que esté ya tenía planes con Shouto, aunque quisiera negarlo eso lo llenaba de celos. Y lo peor era que podía ver en los ojos de su hermano que él quería al pecoso, no de una forma política ni económica, sino de verdad. Shouto estaba enamorado de Izuku. Se lo dejó en claro cuando se topó con ambos cerca de las carrozas reales.

-Izuku, quería preguntarte si, ¿Quieres acompañarme a la tribu Atham? Tal vez podrías ver a un tatuador trabajando.- Touya tenía que jugar todas sus cartas si quería tener de su lado otra vez al peliverde. Al parecer podía lograrlo, vió en los ojos ajenos la duda.

Al menos hasta que su hermano sujetó más fuerte de la cintura a Midoriya.

-Lo lamento hermano, pero Izuku y yo iremos al pueblo. Pequitas le ha prometido a Minami-san que le ayudaría a hacer pasteles para el orfanato.- Cuando Dabi observó la mirada de Shouto se asombró, su mirada estaba llena de celos y rencor. Murmuraba un pequeño "trata de quitarme lo que es mío y yo te quitaré del camino". Tampoco dejó pasar el apodo.

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