Salvando a una suicida.

Capitulo I. La vida de Mark.

Biip, biip, biip... Suena mi alarma, como de costumbre a las 4:30 A.M. y después de un largo bostezo, me dispongo a levantarme para iniciar con mi rutina; Me enjuago la cara, me quito el pijama, me pongo mi ropa deportiva y salgo de mi cuarto, dirigiéndome hacia el frigo bar para tomar un "Red Bull", después de eso, mi madre se levanta a cerciorarse de que ya me haya levantado, (no sé por qué lo sigue haciendo si tiene más de 10 años que me levanto antes que ella) acto seguido, ella vuelve a su cama y yo me dispongo a salir de mi casa con rumbo a la unidad deportiva de la universidad a la que hace ya tres años ingresé: "El tecnológico de Monterrey" en su campus de la ciudad de Pachuca, . Mi nombre es Mark, por cierto, y hace ya unos 15 años que mi familia se mudó de la ciudad de México a la capital del estado de Hidalgo, supuestamente para encontrar más tranquilidad y seguridad. La verdad es que mi papá tuvo un amorío con una mujer de allá y mi madre le puso como condición para perdonarlo que nos teníamos que trasladar acá. En fin, después de regresar de mi rutina de ejercicio, ya son las 6:00 A.M. así que, de manera rápida, tomo una ducha, me "arreglo" para la escuela y al bajar, ya ha llegado Jazmín, la empleada doméstica de la casa, es una señora de unos 35 años de edad quien desde que llegamos a la ciudad, ha trabajado para mi madre y es sin duda una gran amiga, casi un miembro más de la familia. Me indica con sus manos que el desayuno ya está servido y yo me dispongo a disfrutar de las delicias culinarias de mi chef personal (seguro que ella debió haber estudiado algo de eso, porque siempre le queda exquisito cualquier platillo que prepare). Para cuando termino, mi padre ya está en la cocina, desayunando como siempre, un jugo de naranja con un par de huevos de codorniz, dice que eso da energía, la verdad a mí sólo me da mucho asco.

Me lleva a la universidad en su auto, a pesar de que siempre me niego, pues vivimos a unos 20 minutos caminando, pero en esta ocasión en particular, ya se me ha hecho demasiado tarde, (Me excedí con mi rutina de ejercicio) así que acepté su invitación, me deja y se va a su trabajo. Al entrar a la escuela, me encuentro con mis dos mejores amigos: Elías y Gabriel quienes me saludan como siempre con nuestro saludo especial, sé que suena tonto, pero lo inventamos desde que nos hicimos amigos hace ya unos diez años atrás y ahora es algo que hacemos casi por instinto. Durante el recorrido hacia nuestra primera clase, puedo observar cómo es que todos me miran y me saludan, dicen que soy el chico más popular del "Tec", la verdad eso es algo que a mí me importa poco, es más, me siento acosado por todas esas personas mirándome sólo a mí, como si fuera la octava maravilla del mundo o algún fenómeno, así que sólo me limito a saludar a los pocos que conozco y a evadir al resto, (No es que sea "mamón" como algunos me dicen, es que, cómo ya les dije, es abrumador ser el centro de atención todo el tiempo). Al final del pasillo está mi novia mirándome, como toda una colegiala corre a abrazarme diciéndome lo mucho que me ha extrañado.

-Alicia, por favor- Le digo, separándola un poquito de mí-No seas exagerada linda, hace apenas un par de días que no nos vemos, y fue porque te fuiste a Chihuahua con tu prima a su boda.

-Boda a la que no me quisiste acompañar- Me responde, haciendo un lindo pero tonto berrinche.

-Sabes que no podía ir flaquita, tenía ese partido tan importante, y el concurso de maquetas está próximo, de verdad quiero ganar para obtener esa beca a Europa.

-Tú no necesitas una beca- Me interrumpe Ilse, la amiga de mi novia- Deja de hacerte el modesto Marquie, te basta con decirle a tus padres que quieres ir a estudiar allá y ellos harán el resto tontis.

-Es que tú no conoces a mi osito -le dice mi novia, defendiéndome- Él precisamente lo que no quiere es que sus padres hagan el resto, él quiere hacer el resto sólo. Está bien osito, te perdono, sólo porque el proyecto que estás haciendo será nuestro "nidito de amor"- Dice, esbozando una sonrisa y besándome casi al instante.