TENTACIÓN. Capítulo I

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No había ni un alma en la Universidad de Daegu, lógico, faltaban cuarenta y cinco minutos para que empezaran las clases, pero Kim TaeHyung ya estaba allí.
Como siempre, llegó una hora antes que el resto de su compañero y hora y media antes que su holgazán compañero de taquilla… agh, cómo le detestaba. Abrió su taquilla y colocó meticulosamente sus libros correspondientes a las asignaturas que había estudiado el día anterior y, con más sueño que pereza, sacó los ejercicios que tenía que entregar en la semana y se puso a hacerlos.
Encendió la linterna del móvil, porque aún no habían encendido las luces, se sentó en el suelo y se puso a estudiar. Probablemente no había nadie más aplicado que Kim TaeHyung.
Pero Kim TaeHyung no sólo era un estudiante modelo por sus notas, también pertenecía al equipo de hockey sobre hielo y era el capitán. Le habían dado este honor hace apenas un año y, debido a que estaba en quinto, ya tendría que dejarlo, pero no le importaba. Algo mejor le esperaba.
Porque sí, Kim TaeHyung tenía un futuro más brillante que cualquier foco de estadio de hockey y es que, apenas dos semanas atrás, el chico había firmado un contrato exclusivo para jugar en la NHL cuando saliera de la Universidad, concretamente con el equipo canadiense Montreal Canadiens.
Así pues, además de todo el trabajo que suponía estar en último año de la universidad: clases trabajos, exámenes, Trabajo Fin de Grado, entrenamientos, partidos… TaeHyung tuvo que añadir cursos intensivos de inglés. En las últimas dos semanas había hecho una prueba de nivel, tenía un nivel B1. Su entrenador en Corea le había dicho que no estaba mal, que con un B2 le entendería y con un C1 estaría bastante preparado. Ahora bien, llegar al B2 le estaba costando. Tomaba clases presenciales en la academia de nueve a doce de la noche. Y, cuando llegaba a su casa, estudiaba y se acostaba tarde para luego levantarse pronto y ponerse a estudiar. Luego llegaba a la Universidad y se ponía a estudiar y practicar inglés.
Sonó la pequeña sirena que daba inicio al día, pero no a las clases, simplemente era un aviso para que los estudiantes entraran en la Universidad, cogieran sus cosas y se dirigieran a sus respectivas aulas.
-¿Por qué no me sorprende verte aquí?- preguntó un chico rubio, de estatura media y musculoso.
-Hola, JiMin, ¿cómo lo llevas?
-Más relajado que tú…
-Eso no es difícil.
-No te quejarás cuando seas famoso y tengas a todas las chicas a tus pies- le dijo.
Sonrió, pero no levantó la mirada de sus apuntes. Ya no tenía necesidad de usar la linterna, pues estaban las luces encendidas, no obstante, se puso los audífonos para no desconcentrarse.
-¿Hiciste la práctica de Cálculo Financiero?
-Sí- gruñó.
Por supuesto, él llevaba todo apuntado, nada se le olvidaba. No podía olvidarse de algo o sería una catástrofe.
-¿Vendrás a la fiesta?
-¿Qué fiesta?
-La de YoonGi. Es su cumpleaños.
-Mierda…
-No lo has apuntado…
-¡Me pasaré después de las clases de inglés! Total, es viernes, los viernes no suelo estudiar después del intensivo- se levantó y comenzó a ordenar su libros- obviamente me iré pronto, sabes que el desfase no es lo mío.
-¿Quién lo diría?- preguntó una voz socarrona a sus espaldas.
-Tú, otra vez.
-Esta es mi taquilla, peonza.
-¿Sabes que estoy deseando golpearte con mi palo de hockey?- preguntó TaeHyung, entornado los ojos.
-Yo estoy deseando golpearte con otra cosa- dijo, riendo.
-¡Agh! ¡Eres despreciable, Jeon!
TaeHyung cerró su taquilla tan fuerte que ésta rebotó y se quedó abierta.
-¿Por qué no te cambias de taquilla?
-Porque Jeon es insufrible, pero es ordenado y no guarda comida. No quiero compartir taquilla con alguien simpático, por ejemplo NamJoon, y ver que mi taquilla tiene familia porque ha dejado dentro un sándwich.
JiMin soltó una carcajada y entraron en la clase de cálculo. Antes de sentarse, dejaron los ejercicios sobre la mesa del profesor y después escogieron una mesa doble al centro de la clase.
Tras aquella jornada, TaeHyung se dirigió a la cafetería y se sentó con JiMin y el resto del equipo.
-¿Te pasa algo, Jackson?
-En un par de semanas tendremos el partido decisivo. ¡Si lo ganamos, pasamos a la final! ¡Estoy nervioso!
-Todos estamos nerviosos, pero es cuestión de dar lo mejor en el partido y los entrenamientos.
La pantalla que tenían en la cafetería se encendió y todas las chicas suspiraron y algunas gritaron. Estaban mostrando los logros deportivos de los estudiantes y allí, en aquella pantalla, estaba Jeon JungKook, con su pantalón corto de boxeo, sudoroso, despeinado y con sus guantes en la mano, sosteniendo una medalla. Él también había pasado a la final.
-Ahora no habrá quien le aguante- dijo TaeHyung.
-¡No es justo que siempre acapare las noticas!- se quejó NamJoon.
-Ni siquiera forma parte de un equipo de la Universidad- dijo Mark
-¡Y tampoco fomenta el deporte y la competitividad como nosotros!- corroboró JiMin.
-Si lo comparamos, ambos deportes podrían ser brutales- dijo Jackson- pero nosotros fomentamos el trabajo en equipo.
-Y pertenecemos a la Universidad- presionó San, el más joven del equipo y la última incorporación.
JungKook, que en aquel momento pasaba por allí, con sus mejores amigos, YoonGi y Hoseok, miró al equipo de hockey, pero no comentó nada. Los había escuchado, pero no le importaba.
Hacía tiempo que se había acostumbrado a todos esos comentarios. Y ya no le molestaban. No lo hacía porque se había convertido en el mejor boxeador de Daegu y nadie le iba a decir lo contrario.
¿El equipo estaba celoso? No era su culpa. Puede que el equipo hubiera trabajado en sus metas, pero el equipo ya tenía su puesto en la Universidad cuando aquellos chicos llegaron, pero el boxeo jamás fue un deporte considerado en Daegu hasta que él lo llevó a otro nivel y ahora su nombre estaba resonando en Seúl. Así pues, no iba a dejar que los envidiosos de sus compañeros le amargaran su momento de gloria. Se lo tenía merecido.
-¿Cómo se presenta tu cumpleaños?
-Ya tengo el alcohol, he hecho las reservas de pizza y he echado a mis viejos de casa. ¡Todo listo para que sea la fiesta del año!
-¿Por qué invitaste al equipo de hockey?
-Porque muchas chicas vendrían si están ellos. Además, yo soy tu amigo, te apoyo, pero JiMin tiene un viaje…
-¡No serás capaz!
-Oh, sí, claro que será.
-¡YoonGi!- exclamó, alterado- ¿tú estás de acuerdo?
-Bueno… usa protección, tío- dijo Hoseok, encogiéndose de hombros.
-¡No me lo puedo creer! ¡Mis propios amigos!
-¡Venga ya! ¡JungKook!
Pero el chico estaba muy enfadado. Aquel equipo menospreciaba su pasión y su mejor amigo quería meterse en los pantalones de uno de ellos. ¡No lo podía creer!
Estuvo lo que restaba de clases sin hablarle a su amigo y, cuando la sirena que marcaba el fin de las clases, y el inicio de su fin de semana, sonó, se fue sin despedirse.
-¿Tú ves de mal amigo que yo quiera intentar algo con JiMin?- preguntó YoonGi- no quiero una relación, quiero sexo. No quiero mierdas personales. ¿Por qué él es el primero que se lo toma como algo personal?
-Porque ese equipo no valora su deporte- explicó- además, ya conoces a JungKook, todo lo lleva a un plano personal. Cuando tú dices que quieres llevar una relación de solo sexo con JiMin, estoy seguro de que él no podría hacer eso con alguien. Cuando JungKook se involucra con algo, lo hace en serio. Ahora bien, si se lo explicas, lo entenderá.
JungKook llegó a su casa la mar de confundido. Le había molestado sobremanera que YoonGi contemplara la posibilidad de involucrarse de manera sentimental con alguien del equipo. ¡Y además con JiMin! Era el equivalente a que él tuviera una relación con TaeHyung.
Imposible.
Aquella tarde, YoonGi dejó su casa en manos de Hoseok y fue a ver a JungKook.
-¿Vienes a decirme que ya te has declarado a JiMin?
-No voy a declararme a JiMin. No tengo intención de empezar algo serio con él.
-Pero…
-¡Sólo quiero sexo, JungKook! ¡Somos adultos! ¡Él está bien y a mí no me importaría follarle!
-¿Así que sólo sería sexo?
-Sólo sexo. No me interesan las relaciones y menos con alguien que no entendería a mi mejor amigo. Culos apretados, hay muchos. Amigos de verdad, hay pocos.
JungKook soltó una carcajada y se abrazaron como buenos amigos.
-Y ahora mueve tu trasero, iremos a mi fiesta. Vendrán muchas chicas. ¡Hoy te tienes que follar a una, tío! ¿Llevas cuánto sin mojar? No haces más que preocuparte del boxeo…
-Ahora mismo no me interesan las tías…
-¿Cuándo dices que no te interesan las tías, es porque te interesan los tíos?
-¡No! ¡No! Es sólo que quiero centrarme en el boxeo… ahora mismo no quiero saber nada de faldas…
Ambos salieron juntos de casa de JungKook. En el mismo momento en el que TaeHyung salía de su casa para ir al intensivo de inglés. No sabía si quería ir a la fiesta de YoonGi, pero se lo había prometido a JiMin.
Tres horas después, TaeHyung se encontraba caminando por las desiertas calles de Daegu. No tenía ni idea de dónde vivía YoonGi, sólo tenía su dirección y Google Maps. Cuando faltaban unos metros, supo la dirección exacta. Había una casa con todas las luces encendidas y la música bastante alta.
Entró y vio un verdadero desfase de fiesta. Todos allí estaban bebiendo, fumando, bailando e, incluso, juraría que algunos estaban teniendo sexo sobre el sofá.
TaeHyung odiaba esas fiestas, no era su ambiente, no se sentía cómodo rodeado de aquellas personas. Él prefería pequeñas reuniones, conversar, música de ambiente y, si llegaba a beber, no excederse.
Al final encontró a JiMin, estaba en una barra improvisada que, al parecer, YoonGi había puesto allí. Estaba hablando con NamJoon y ambos vigilaban a San que, en aquel momento bailaba como un loco.
-¿Está borracho?- preguntó TaeHyung.
-No lo sabemos- respondió JiMin- por regla general es bastante… bueno… hiperactivo.
-¿Y el resto?
-En la cama con alguien- respondió NamJoon.
-Vaya…
-¡TaeHyung! ¡Bienvenido a mi fiesta!- dijo YoonGi, desde el otro lado de la barra.
-Muchas gracias. Una gran fiesta.
-¡Muchas gracias! Bueno, ¿qué quieres beber? He contratado a una persona para que sirva cócteles. Pídele lo que quieras.
-Mmm… ¿qué tienes que sepa a cereza… o a fresa?
-Licor de cereza y de fresa- dijo- lo siento, no tengo zumo. Te puedo preparar un combinado de cereza.
-¿Lo tienes sin alcohol?
-Sí.
-¡Perfecto!
-¡Para mi uno con alcohol!- pidió JiMin.
-Si me aceptas la sugerencia… prepara uno que está muy bueno aunque es muy fuerte… ¡Pero si vas a bailar, seguro que lo quemas!- dijo YoonGi.
-Mmm…
-Pruébalo- instó NamJoon- cuidaremos de ti y, en última instancia, te mandaremos a bailar con San.
Los cuatro rieron y observaron al pequeño moverse como si no tuviera articulaciones al ritmo de la música mientras el barman preparaba los cócteles.
-Aquí tienen.
TaeHyung se giró y cogió el que estaba frente a él, sin esperar a que el camarero le diera una pajita o le pusiera una sombrilla a su vaso. Odiaba los adornos y jamás bebía con pajita, esa malísimo para su organismo: llenaba su abdomen de aire.
Parecía que el barman iba a decir algo, pero TaeHyung sólo le dio las gracias y se fue a hablar con Mark que, en aquel momento, bajaba solo por las escaleras.
-Mmm… esto está muy bien, pero me parece muy suave- dijo JiMin.
-¡Eso es porque estás acostumbrado a beber demasiado!
TaeHyung, por su parte, bebió de su copa y le encantó. Era tan dulce… no pasaría nada si se pasaba de dulce por aquella noche. Mañana se levantaría pronto y correría cinco kilómetros.
-¡Ey, Mark! ¡Deberías beber esto! ¡Está buenísimo!- dijo TaeHyung, emocionado y le dio un largo trago a su copa.
-Conociéndote será una bebida para gente sana y paso.
-¡Tienes razón, es sin alcohol! ¡Pero la mejor bebida de mi vida!- volvió a beber otro trago. Ya llevaba la mitad y sólo le había dado dos tragos- ¡He venido andando! ¡Tengo una sed!- de un trago, se bebió lo que quedaba de su bebida y arrastró a Mark hasta la barra donde aún seguían JiMin y NamJoon- ¡Ponme otro! ¡Está buenísimo!
-¿Se lo ha bebido ya?- preguntó el barman con cara de espanto.
-En tres tragos- respondió Mark, riendo.
-¡Lo mismo! ¡Quiero lo mismo!
-Mmm… claro. Pero lleva mucha azúcar… debería bailar mientras lo toma…- dijo el barman nervioso.
-¡TaeHyunggie no baila!- dijo JiMin, poniendo un brazo sobre su amigo.
El barman le dio otro vaso de la misma bebida y TaeHyung se fue con Mark y NamJoon a unas sillas que estaban en el jardín.
-YoonGi tiene pinta de ser buena gente- dijo NamJoon- además creo que está interesado de alguna manera en JiMin.
-¡No le ha dejado venir con nosotros! Hahaha
Mark y NamJoon miraron a TaeHyung, el chico había hablado con una voz muy aguda y esa risa no era para nada propia de él.
-¡Voy a por otra cerveza!
-¡Tráeme otro!- pidió TaeHyung, señalando su vaso.
-Mañana vas a tener que correr una maratón para bajar esto.
-¡Me da igual! ¡Está buenísimo!
Cuando NamJoon volvió con dos cervezas y el cóctel de TaeHyung, éste se tomó un cuarto de su copa de golpe.
-Bueno, Mark… ¡Estoy orgulloso de ti! ¡Hash… has hecho una… buena temporada! Jijiji NamJoon… ¡Te quiero!
Mark y NamJoon se miraron y luego miraron la bebida que TaeHyung llevaba en sus manos. Era la cuarta copa que se bebía y apenas era la una menos cuarto.
NamJoon alargó su mano para coger la copa pero TaeHyung se lo impidió, sus reflejos seguían siendo increíbles.
Cogió la copa y se bebió su contenido casi entero.
-¡NO!- gritaron sus amigos.
Mark logró quitarle el vaso y probó el contenido. No podía distinguir el alcohol de lo fuerte que era. Entró y fue derecho a la barra.
-¿Qué tiene esto?
-¡No era para él! ¡Lo cogió sin más!
-¡Ya! ¡Deja de llorar! ¡Sólo dime lo que tiene!
-Whisky y Vodka dulce con licor de cereza y azúcar.
-Joder… dame una botella de agua.
Mark cogió la botea de agua y fue hasta el jardín.
-Bebe.
-¿Y mi cóctel?
-Se acabaron los cócteles, niño bonito.
-¿Podemos encargarnos de vuestro niño bonito?- dijo una chica pelirroja.
TaeHyung la miró. Era una chica pelirroja que iba en compañía de una morena.
-Todo lo que queráish…
-Está borracho por error- dijo Mark.
-Dicen que lo mejor para la borrachera es el ejercicio- dijo la morena.
NamJoon se llevó las manos a los bolsillos y sacó un par de preservativos, se los lanzó a TaeHyung y éste los cogió al aire.
-Vamos, niño bonito, cuidaremos de ti.
Mientras TaeHyung formaba parte de un trío, que posiblemente luego no recordaría, JungKook estaba en medio de la pista, bailando. Alguien había empapado su camisa blanca, ¿pero qué más daba? Estaba borracho y se sentía desinhibido. Una chica se acercó a él y, si pudor alguno, comenzó a besarla y masturbarla hasta que la chica alcanzó el orgasmo en plena pista de baile.
-¡Vamos a alguna habitación!- pidió la muchacha.
-Lo siento, no me interesas.
Y era cierto. No le interesaba aquella chica. Ni las que estaban en aquella fiesta. La única persona que le interesaba no había acudido y se sentía decepcionado. Por un lado, sabía que esa persona no vendría: siempre estaba estudiando y, por el otro, sabía que, en caso de que apareciera, era más que imposible que se fijara en él. Y, aún más imposible que pasara algo.
Se desabrochó otro botón de la camisa y pensó seriamente en follarse a alguna chica, pasar página y seguir su vida hasta que todo a su alrededor se paró.
Allí estaba.
La persona de sus sueños iba dando trompicones escaleras arriba. Posiblemente por culpa del alcohol e iría a vomitar. Pensó que, quizás, necesitaría ayuda, o cuidados, y subió.
Sí, escuchó el sonido de arcadas y de la cisterna. Lo siguiente que escuchó fue el sonido del agua del grifo correr y cómo escupía. Posiblemente estaría enjuagándose la boca. Era una persona extremadamente limpia, no le gustaría que su aliento oliera a vómito.
Cuando salió del baño, tropezó. El adorno que llevaba en las trabillas del pantalón se había caído. Y allí estaba la persona de sus sueños, Kim TaeHyung, el chico cuyo rostro y cuerpo le volvía loco, aunque jamás lo admitiría en voz alta.
-Bonito trasero- dijo JungKook, poniendo sus manos en sus caderas.
Con una sonrisa, TaeHyung giró la cabeza y miró a JungKook. Se le veía diferente: suelto, libre, despreocupado, relajado…
-¿Te gusta?
-Me encanta- respondió y TaeHyung se giró para ponerse cara a cara con el chico,
-Entonces fóllalo.

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