𝑰𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑻𝒐𝒈𝒆𝒕𝒉𝒆𝒓 | 𝑲𝒊𝒎 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈 +18 ©

Capítulo 6

Kim Taehyung, tal como lo vi por primera vez en mucho tiempo, usaba un largo abrigo oscuro sobre aquella translucida camisa blanquecina en conjunto con esos pantalones verde musgo de vestir que, en él parecía lo más atractivo que había visto. A primera vista, la paleta de colores me parecía un tanto lúgubre y triste, sin embargo conforme hablaba, sonreía o incluso cuando giraba su rostro para mirarme, sus prendas se volvían el más cálido café en la mañana, tal y como si fuese una cómoda almohada en la cual yo podría recostarme y suspirar su irresistible fragancia.

La primera vez que vine a Paju apenas tenía dieciséis años. Taehyung y yo casi nunca hablábamos en ese entonces puesto que a diferencia de hoy en día él era demasiado tímido y mi primera impresión fue que era un chico maleducado. Por otro lado mi madre era una mujer detestable con las muletillas, solía avergonzarme cuando me hablaba como si fuese una recién nacida delante de quien fuese. Lo recordaba bien, era como si la vergüenza siguiera intacta desde el primer mes en casa de mi madre. Sinceramente nunca comprendí porqué mis padres se separaron de un momento al otro, y tampoco quise preguntar porque no me intrigaba saber qué tipos de problemas tendrían las personas casadas. Hasta hace un tiempo.

Taehyung me daba la espalda a unos distantes metros, aquello me otorgaba observarlo de pie a cabeza por simple capricho, ya que mi mente se había obsesionado de sobremanera con la forma en la que todo de él me hacía dar vueltas como una loca, precisamente por mi curiosidad.

Sostenía su teléfono a la altura de su oído, mientras lo veía mover los labios rápidamente, como si estuviera tenso. Quizás discutía con alguien, pero no podría adivinar con quién ya que ni siquiera podía escuchar su voz desde mi lugar. Mi insensata curiosidad comenzaba a florecer nuevamente de tan solo ver como comenzaba a ceñir sus cejas entre sí con molestia. Sus labios hablaban rápidamente todavía pero podía jurar que solo balbuceaba. Conforme la charla por teléfono se iba extendiendo, Taehyung comenzaba a observar a su alrededor, pasando accidentalmente sus ojos en mí por algunos segundos de vez en cuando. Decidí levantarme en aquel momento para ver qué ocurría y así calmar mis inquietudes, no obstante cuando había siquiera dado dos pasos hacia él, su dirección comenzó a acecharme nuevamente caminando hacia mí con un semblante de lo más férreo. Yo por inercia lo observé de una manera similar mientras caminaba hacia mí. Esta vez quería saber qué pasaba, y no iba a detenerme hasta que me diera respuestas que me dejaran satisfecha.

—Debemos tomar un taxi.

Era un hecho que me estaba perdiendo de algo, por la forma en la que ni siquiera se había molestado en mirarme. Veía en definitiva el bochorno en su expresión, quizás no por él mismo, tal vez ese bochorno era por otra persona, la persona con la que hablaba por teléfono por ejemplo.

—¿Pasa algo? Te ves muy tenso —era preciso decir que preguntar aquello lo hizo molestar un poco. Pero yo me pondría realmente molesta si es que seguía teniendo un comportamiento tan distante al cual yo solía tratar con él en el pasado. Algo había cambiado, eso era obvio, pero si él me había invitado aquí lo último que esperaba era que se comportara decentemente amigable, porque realmente yo intentaba serlo —, creí haber preguntado algo —insistí conforme veía como tomaba su bolso y comenzaba a caminar casi dando por hecho que lo imitaría, pero mi tenacidad era de lo más sorprendente. Tan pronto como me escuchó suspiró y para ese entonces, me miró. No precisamente muerto de la risa.

—Camina. —me ordenó.

—No Taehyung.

—No hagas esto ahora, Gaeri —rechistó antes de volver hacia mí solo para tomar mis cosas y obligarme a caminar. Era obvio que necesitaba saberlo, aún así si no era asunto mío, por esa razón le prohibí siquiera tocar mi bolso tomándolo antes de que él lo alcanzara, tan solo para insistir. Me acerqué a él mucho más de lo que me hubiera permitido estando en un estado neutro y lo observé fijamente sin importar cuán rojizas se pusieran mis mejillas al hacerlo —no es asunto tuyo... El abogado de mis padres es un idiota.