Capítulo 9

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Había despertado con un horrible dolor en mis hombros. La cabeza me pesaba tanto que apenas podía levantarla por completo de la almohada. Sin embargo mi sorpresa fue aún mayor cuando intenté levantar mi espalda sobre mis codos, pues pude sentir todo mi cuerpo adolorido. Me dejé caer nuevamente en la cama soltando un suspiro de agobio y frustración, me sentía terrible. La cabeza me dolía y apenas podía sentir el calor entre las sábanas. 

Giré mi cabeza con gentileza hacia la cama que estaba a un costado de la mía. Se suponía que allí debía estar Taehyung, durmiendo; pero solo podía ver la cama bien estirada, sin ningún tipo de arruga ni doblez. Incluso la posición de las almohadas seguía descansando en la misma posición de la noche anterior.

Suspiré reincorporándome en la cama con una inquietud más vivaz, lo que no era muy propio de mí pues, la sospecha no era mi principal sentimiento en mi vida. Sólo entonces pude pensar en lo extraña y ocurrente que puede ser la vida; pasé de ser una esposa despreocupada a una pronta solterona preocupada en lo que hace y no hace un viejo amigo. No quería aceptar que anoche estaba esperando que llegara a la habitación, solo para verlo y aprovecharme de su estado inconsciente para ir a la cocina a comer lo que fuera que se encontrara en la nevera. En cambio, me había quedado dormida.  

La cabeza aún me dolía, y los ojos me pesaban tanto que apenas podía abrirlos del todo. Era como si mis pestañas se hubieran adherido entre sí como una enredadera de hojas entre las piedras. Me encontraba tumbada en la cama, adolorida, hambrienta y con una inquietud fastidiosa cuando de pronto mis oídos se agudizaron tanto que pude distinguir la estridente aniñada risa de Taehyung, aún por sobre las pesadas paredes viejas de la casa. Se reía como si hubiera escuchado el chiste del año, con carcajadas frenéticas que por lo visto disfrutaba. En un principio me hizo gracia, porque imaginaba que, incluso en la soledad, él era capaz de soltar tales carcajadas sin pudor, pero cuando me di cuenta de que no se reía solo sino con alguien más, me levanté de golpe.  

El dolor de los músculos de mi cuerpo al tensarse me obligaron a cerrar mis ojos con fuerza mientras el dolor se iba apaciguando a medida que yo me relajaba, o eso intentaba. Me quedé quieta, intentando no hacer ningún ruido para escuchar un poco más. De vez en cuando mi imposibilidad de escuchar a través de las pesadas y viejas paredes de concreto me hacía fruncir el ceño con un ímpetu adusto. 

Y Tal y como mi madre decía "ver es creer", me levanté de la cama solo para inmiscuirme en donde nadie me llamaba pero, tener a Taehyung riéndose de esa manera tan cerca, contemplar tal hito se transformaba en necesidad. Tan pronto como la planta de mis pies tocaron la áspera vieja alfombra de la habitación, toda dolencia en mi cuerpo se disipó casi a su totalidad. El ambiente de gran incertidumbre me imbuyó un sentimiento de extrañeza que me resultaba difícil de manejar, pues estaba preocupándome por algo que en realidad no tenía mayor importancia. O solo quería convencerme de ello. Caminé fugazmente sobre la punta de los dedos de mis pies, emitiendo un sonido sordo y casi nulo, estaba decidida a descubrir lo que sucedía y mi insensatez la pasé por alto.

A medida que abría la puerta me di cuenta de que Bae Joohyun era la persona que se reía junto a él, imitando sus carcajadas y quizás mirándolo reír. La incertidumbre que me producía saber qué era lo que había hecho reír de esa manera al hombre más serio que había conocido, me resultaba excitante, pero aún fastidiosa. Cuando atravesé el umbral de la puerta del dormitorio, de modo que ahora estaba en el pasillo, me aseguré de que mis pasos fueran más mudos que rápidos. Asomé lo menos que pude mi cabeza desde el pasillo hacia donde se encontraban y, como si un balde de agua fría me cayera encima, pude ver la sonrisa resplandeciente de Taehyung mientras escuchaba lo que Joohyun entre risas le decía. Me alejé de inmediato, pues era muy fácil que él se diera cuenta de que estaba allí, y no quería parecerle una chismosa. Apegué mi espalda a la pared del pasillo aún sintiendo ese mal sabor de boca que me había dejado ver a Taehyung tan diferente, quizás habían sido solo unas tontas risas, pero aún así no podia dejar de autoflagelarme al pensar que yo jamás podría hacerlo reír así, más bien al contrario. Durante estos días solo lo había visto serio, enojado y sin vida, como si no le agradara realmente pasar tiempo conmigo. Eso me hizo sentir un poco frustrada, pues nos conocíamos hace mucho tiempo y aún así jamás intenté ganarme su confianza de esa manera, quizás estaba siendo muy egoísta al respecto.

𝑰𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑻𝒐𝒈𝒆𝒕𝒉𝒆𝒓 | 𝑲𝒊𝒎 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈 +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora