Capítulo 8

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La sutileza de sus palabras me tenía cohibida. No podía pensar en otra cosa más que en sus palabras, esas palabras que habían sido dirigidas exclusivamente a mí por lo que había considerado por primera vez algo prohibidamente especial.

Era él. Taehyung me hacía sentir como si estuviera jugando con algo tan contraproducente como el hielo que quema y enrojece. Era una sutil bomba de adrenalina la que golpeaba mi estómago y estallaba en mi pecho provocando espasmos, escalofríos sobre la piel de mis brazos y erizaba mis vellosidades como nunca había sentido. Era él, lo sabía. Nadie como Kim Taehyung podría hacerme sentir en el cielo y en el infierno al mismo tiempo con tan solo un roce, un pequeño roce sobre mis hombros, mis brazos, mis manos. Era un tacto que se sentía hasta la punta de los dedos de mis pies.

Taehyung me sonrió débilmente cuando notó que mis nervios irradiaban de mi rostro y mis mejillas. Quizás eso lo había asustado un poco, pero no entendía porqué tenía esa mirada de reflexión. Sus orbes me estudiaban con tanta firmeza y cautividad que incluso pude llegar a sentirme incómoda de no ser porque esta vez me prohibí quedarme con las ganas y la conciencia limpia, era imposible tenerlo a tan poca distancia y no mirar sus carnosos labios que me suplicaban que me olvidara de mis ataduras y los disfrutara besándolos. De verdad lo quería. Pero cuando me acerqué sujetándome de sus relajados bíceps para besarlo, Taehyung me detuvo alejando su rostro a una velocidad alarmante.

El bochorno que sentí entonces, me decía que era una estúpida, que a pesar de saber que mis acciones eran dirigidas por mi vehemencia no era fácil enfrentar mis deseos de frente sin pensar antes si eran del todo sensatos y justos para la persona que tenía al frente. Estaba avergonzada, y para ser sincera, también estaba molesta porque quizás había malinterpretado lo que había estado insinuando. ¿Acaso besarlo no estaba incluido en la petición de 'usarlo' a él?.

Me alejé también, soltando sus brazos de mis manos para intentar averiguar qué estaba pasando por su cabeza luego de que intentara besarlo.

—Gaeri... lo siento —susurró con una mirada sorprendida —lo siento tanto, jamás en cada uno de mis sueños habría sido tan estúpido como para negarte un beso —su expresión de desconcierto me hizo sentir bien, pero cuando se acercó nuevamente y tomó mis manos entre las suyas mi estómago se encogió —pero... quiero que sepas que si tenemos esto, puede llegar a ser confuso para ambos y no quiero lastimarte —agregó casi suplicando, con un tono de voz parecido al que usaría una persona al hablar con un niño. 

—No voy a confundirme... Amo a otra persona —dije severa, recordándome a mí misma que aún teniendo otro tipo de relación meramente carnal y sexual, no podría ignorar la dolencia fresca por la ruptura en mi matrimonio.

—Bien.

Murmuró mientras, sin ningún tipo de aviso o advertencia, se acercaba  desesperado hacia mis labios, al mismo tiempo que acariciaba mis mejillas con sus cálidas manos. Fue entonces que el sentimiento de extrañeza desapareció, mis ganas estaban siendo saciadas por sus labios que saboreaban los míos y yo los suyos. Su tacto era suave y gentil, pero el movimiento desesperado que hacía para alcanzar cada espacio de mi boca era inquieto, frenético y excitante.
Buscaba mis labios con tanta pasión que llevó mi creciente emoción a la excitación, a aquel sentimiento intenso que es capaz de decir cosas que no creemos y hacer cosas que no queremos realmente; así me sentía. Estaba siendo ofuscada por la cruda tentación que Taehyung inconscientemente infundía en mi pecho. Al besarlo y sentir sus manos sobre mí me hacía pensar que estaba ciegamente sumida por su afecto, por él. Pero al tenerlo enfrente sin besos, sin caricias, sin palabras bonitas, me sentía vacía, no me sentía tentada.

Fue en ese instante en el cual seguíamos besándonos sin pensar en lo que vendría después, que tiró de mí abruptamente al sentarse sobre los cojines del sofá otra vez. En un principio me confundí, pues no veía ningún tipo de señal que me indicara lo que debía hacer ahora, quizás debía sentarme junto a él, o debía arrodillarme entre sus piernas para que al mirarme, se inclinara hacia abajo.

𝑰𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑻𝒐𝒈𝒆𝒕𝒉𝒆𝒓 | 𝑲𝒊𝒎 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈 +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora