Capítulo 13

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En la llamada

P: ¡Horacio! Ven por favor, estoy desubicado, no sé dónde coño estoy, te mando ubicación, llega lo mas pronto posible, no sé qué hacer.

H: Esta bien Gus, mantén la calma, voy para allá, pero dime ¿estas herido, te sientes bien?

P: Estoy bien tranquilo, es solo que estoy muy confundido... no sé cómo llegue a este lugar y por eso parece que no lo estoy.

H: Voy de camino, adiós.

Pogo colgó la llamada y sonrió de forma malvada, Horacio había sido un obstáculo fácil de cruzar, era tan ingenuo que ni siquiera pudo distinguirlo de su adorado hermanito Gustabo, pasó sus dedos por la peluca morada para acomodarla un poco y con tranquilidad se alejó de los cuerpos que con disfrute había matado el día anterior.

((...))

H: Gustabo... ¿Qué estás haciendo aquí? — retrocede un poco, apuntándolo con un arma —¿Por qué estás vestido así? ¿Pogo?

Pogo, para hacer más creíble su teatro, empezó a sollozar y fingió exitosamente una expresión de miedo puro.

P: Horacio... por favor ¿D-de verdad crees que soy Pogo? —las lágrimas bajaban como ríos por sus mejillas, se veía destrozado —N-no recuerdo nada, desperté en esta mina rodeado de muertos y no se... — se puso las manos en el cabello con desesperación, cayo de rodillas, consumido por la ansiedad —Yo no mate a nadie, temo mucho que Pogo vuelva— levanta la vista y mira a Horacio —Te juro que yo no lo hice.

Horacio al ver a su amigo en un estado tan vulnerable, se sintió culpable por acusarlo, se agacho a su lado y le dio un suave abrazo.

H: Oye... no es necesario que me lo jures Gus, te creo, tranquilo, yo voy a cuidarte y me asegurare de que Pogo no vuelva nunca más, todo va a estar bien— le acaricia la espalda para darle consuelo —ven, vamos a casa— lo ayuda a levantarse del piso y ambos empiezan a caminar a la salida de la mina.

P: Horacio... quiero que me prometas algo... —le dijo mientras salían abrazados de ahí y aprovechando la oscuridad, Pogo estaba sonriendo burlonamente, su actuación resulto perfecta —No le digas nada de esto a Conway...

H: Pero Gus... no deberíamos ocultarle algo así al Super...

P: Promételo por favor, no quiero ir a la cárcel— su llanto se hizo más fuerte, ablandando el corazón de Horacio, el cual termino aceptando.

Salieron de la mina, Horacio condujo y llevo a casa a "Gustabo" para que se cambiara, se diera una ducha y descansara un rato, Pogo no tenía intenciones de quedarse en la casa sin hacer nada y convenció a Horacio de ir a comisaria.

((...))

Al llegar saludaron a algunos compañeros que estaban en recepción, luego fueron a ponerse sus uniformes y entraron en la radio.

EN LA RADIO

H: Alumnos Gustabo y Horacio en servicio, procedemos a hacer 10-33 en binomio.

Se oyeron algunas respuestas afirmativas, por lo que ambos se fueron a patrullar, estuvieron varias horas dando vueltas por la ciudad y como no pasaba nada interesante volvieron a comisaria para tomar las denuncias, vaya que eso fue una muy mala idea.

Pogo estaba hasta los cojones, cada denuncia era más tonta y absurda que la otra, esto se volvía muy aburrido por lo que pensó en liarla y eso fue lo que hizo.

Cuando un civil se acercó para denunciar e hizo comentarios tontos sobre su bigote, Pogo lo tomo como una oportunidad para atacar:

P: ¡Me cago en la madre que te re pario! ¡Payaso! ¡payaso! ¡payaso! ¡siempre con denuncias de mierda aquí todos, con denuncias de mierda! Que me han robado, que he visto un enmascarado ¡Payaso! ¡Gilipollas! — todo esto lo grita descargando todo su odio con el civil —¡todos igual con denuncias de mierda! ¡con denuncias de mierda! ¡gilipollas! — seguía golpeando al civil, y se escuchó una voz grave.

Mi Mente, Mi Prisión ~Intenabo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora