1- Cruze de miradas

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Fue solo una noche. Un instante, un momento o un suspiro. Solo eso fue necesario para saber que me había fijado en tí de una manera especial, una manera especial que pronto comenzaría a hacerse notar.

Te uniste a mí orden aquel día, te preste atención y una de las razones fue tu poder mágico, notaba como tenías un buen dominio y eso me llamó la atención en un principio. Pero lo que más me impresionó fueron tus ojos _____, unos ojos que miraba a quien sabe donde parecían mirar algo que nadie más veía en algún punto.

Otra de las cosas que llamó mi atención fue que no hablaras con nadie por máx que hubieron personas que lo intentaron. Desde mi perspectiva no parecías altanera, mucho menos engreída o desagradable, solo parecía que no quisieras hacerlo por alguna extraña razón.

Cuando las pruebas comenzaron tu parecías una verdadera maestra en eso, tu magia fluía de manera majestuosa. Y por primera vez tal vez experimente una sensación de emoción en el pecho, apuesto a que mu expresión fue la misma aburrida de siempre, pero, por dentro algo se había removido, era emoción...

Pero al mismo tiempo un pequeño dolor. Fue justo cuando nuestras miradas se cruzaron.

Al llegar el momento de elegir a los aspirantes que quedarían y tu pasaste al frente yo fui el primer de todos los capitanes en levantar la mano, muchos otros también lo hicieron, pero tú con vos suave y serena dijiste:

—Me uno a las águilas plateadas.

Me sentí orgulloso de que eligieras mi orden, esta vez había dado con la que posiblemente en el futuro sería una poderosa maga, se notaba que tú magia era poderosa, pero tenías algo más que ni siquiera yo pude descifrar en ese momento.

Esa noche te lleve a la orden y no cruzamos mucha palabra, solo me saludaste con cortesía a lo que yo respondo asintiendo. Mientras caminábamos parecías fascinada por todo, llegamos a la cual sería tú habitación y antes de cerrar la puerta dijiste:

—Buenas noche, capitán.

Fue una fría noche, normalmente se me dificultaba más dormir en ese tipo de noches a diferencia de los demás. Mire hacia la ventana, la cual daba hacia el patio de la orden, allí vi algo que no esperaba, eras tú.

Vestías de manera descubierta pese a que allá afuera hacía frío, mirabas hacia las estrellas y vi como tus labios se movieron diciendo algo que no llegué a escuchar. Pero luego una lágrima se deslizo por tu mejilla y una sonrisa melancólica se formó en tus labios, Diste media vuelta y regresaste a tu cuarto mientras yo volví a recostarme, solté un largo suspiro, cerré mis ojos y pensé:

—¿Por que debería preocuparme?

En la mañana siguiente todos en la orden se reunieron para que yo presentará a esa chica, quien ahora recordaba aún no sabía su nombre:

—Mucho gusto a todos, soy _______ Naynejen, espero llevarme bien con todos— hizo una pequeña reverencia.

—Si no me equivoco eres plebeya no?— escuche decir por parte de Nebra.

—¿Por que aceptaste a una sucia plebeya en nuestra orden hermano? —dijo mi hermano Solid— Apuesto a que es débil.

No tuve tiempo de responder a sus comentarios ya qué de un ágil movimiento despareciste frente a mis ojos, apareciendo tras Solid activando tu magia de hilos, mientras dijiste cerca de su oído:

—Ésta sucia plebeya está a punto de cortarte el cuello, así que exijo que me respetes. Podré ser plebeya, pero tengo diez veces más talento que tú y tú asquerosa hermana cacatúa.

Te separaste de él y absolutamente todos estábamos anonadados, nadie dijo nada a excepción de Solid y Nebra que comenzaron a reclamar que seas expulsada de la orden debido a tu insolencia a los miembros de la realeza. En cambio tú me miraste y dedicaste una gentil sonrisa mientras decías:

𝘔𝘺 𝘚𝘦𝘤𝘳𝘦𝘵 𝘖𝘧 𝘔𝘺 𝘓𝘪𝘧𝘦 ━━━━ 𝘕𝘰𝘻𝘦𝘭 𝘚𝘪𝘭𝘷𝘢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora