2- Poco a poco

1.9K 201 5
                                    

—Solo pensaba.

—Entiendo— sonrió.

Te comencé a decir las tareas de un caballero mágico, parecías emocionada en todo, entonces pregunté:

—¿De donde eres?

—¿Te refieres a donde crecí?— asentí.

—Crecí en esta ciudad, conozco éstas calles como ninguna, ¿ese callejón de allí es acogedor en las noche sabes? —dijiste sonriendo.

—¿Eso significa que tú...?

—Si. Yo crecí en las calles.

—Ya veo.

¿Como es que alguien decía con tanta naturaleza que creció en las calles? ¿Donde aprendió entonces a manejar de esa manera su magia?

—Mi magia la aprendí a manejar sola— dijo como si leyera mi mente—. Entrene sola y estos son los resultados, ahora estoy en una orden reconocida.

Sólo quede callado, me sorprendió su fortaleza.

—Lastima que es tarde.

Te escuche decir en un susurro y pregunte—: ¿Dijiste algo?

—No, no dije nada— tal vez solo fui yo el que lo escucho.

Seguimos ese recorrido ese día hasta ya por la tarde, no conversamos mucho después de eso. Regresamos a la orden ya cerca del anochecer

—Gracias por el paseo de hoy, capitán.

—No fue un paseo, sólo te mostraba tus deberes como caballero mágico.

—Lo que diga, de todas maneras gracias.

Te alejaste de allí con una sonrisa, yo también fui a mi oficina un poco confundido, no comprendo bien lo que había pasado.

Estuve encerrado en mi oficina toda la tarde, estuve haciendo papeleo, y así quede hasta ya muy pasada la noche. Dormitaba ya sobre mi escritorio, pero sin saber de donde comencé a escuchar el sonido de una suave y dulce voz ls cual hizo que despertará por completo. Confundido y con un poco de dolor de cuello por la posición en la cual dormía, fui y mire a la ventana y allí estabas tu de nuevo.

Sentada en el césped cantando en un idioma que no conocía.

O eso pensé.

Salí de mi oficina para ver que pasaba, al momento en que te diste cuenta de mi presencia paraste, te levantaste de allí para mirarme y decir.

—… Lo siento mucho, creí que ya todos se habían ido a sus habitaciones, siento mucho si lo he incomodado.

No dije nada, solo mire una ves mas sus ojos para decir— Sigue cantando.

—¿Eh?

—Sigue cantando lo mismo de hace unos instantes.

Tenías un tono carmín en tus mejillas debido a la vergüenza.

—E...está bien— respondiste al final.

Suspiraste profundo y miraste al cielo para después volver a cantar en esa lengua, la cual no tenía la menor idea de que pronunciaba, era raro ya que conocía mucha de ellas, sólo sabía que me daba gran nostalgia.

Terminaste aquella canción y pregunté—: ¿Es una lengua extranjera?

Soltaste una pequeña risa— Si quiere saber que es lo que acabo de decir en esa canción le asegurl que nunca lo sabrá. Ni siquiera yo lo sabré, eso fue algo que invente, es algo que hago de manera espontánea. Es como si me expresará con eso

—¿Tratas de decir que lo que acabas de decir no tiene sentido?

—Algo así— sonrió nerviosa.

Eso fue lo último que soportaría. Ya no podía más.

Solté una enérgica carcajada. Tal vez en toda mi vida no había reído así, me miraste confundida y yo solo seguí riendo y cuando al fin pude parar dije—: Me encanta.

—¿Que cosa le encanta?

—Lo que cantaste, tal vez algún día puedas volver a cantar para mi.

—Capitán...

—¿Que sucede?

—Sólo diga me cuando quiere volver a escucharlo.

Asentí y debido a que la noche se hacía más fría poco a poco ambos fuimos a dormir despidiéndonos con un buenas noches.

Los días pasaron y yo cada vez me hacía más cercano a ti, simplemente me gustaba estar a tú lado. No podía dejar de escucharte mientras arreglaba papeles y tú estabas sentada en frente de mi escritorio, contándome cualquier tipo de cosa a la cual yo ponía atención mientras seguía con el trabajo.

Eras la única que lograba hacerme sentir feliz al punto de a veces sonreír levemente.

Pasaron así ocho meses contigo en la orden, no te llevabas mal con nadie, agradabas a todos a excepción de mi hermano Solid y Nebra, quien de ves en cuando seguían insistiendo con expulsar de la orden, claramente yo no lo haría.

Un día tuve que mandarte a una misión muy arriesgada a la frontera, no quería hacerlo en realidad, confiaba en tu fuerza pero tampoco habia que subestimar al enemigo. Aún así no había opción.

No podía acompañarte, pero pedí a otros dos miembros de la orden que irían contigo y te cuidarán. No es que tu fueras débil,solo quería asegurarme de que estés bien, nos despedimos y tu fuiste. Te despediste con una sonrisa alegre, la cual también me hizo feliz a mi

𝘔𝘺 𝘚𝘦𝘤𝘳𝘦𝘵 𝘖𝘧 𝘔𝘺 𝘓𝘪𝘧𝘦 ━━━━ 𝘕𝘰𝘻𝘦𝘭 𝘚𝘪𝘭𝘷𝘢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora