Querida Amalia:
Hoy te fui a visitar al hospital, estuviste más animada de lo normal, llenando así mi corazón por completo.
Nos avisaron que habían encontrado a un donante.
Todos en la habitación del hospital festejaron con alegría pero tú, tú eras la más emocionada.
No dejabas de repetir mirándome a los ojos que nos podíamos casar, que tendríamos tantos cachorritos corriendo por nuestra casa.
Me preguntaste porque mis ojos no mostraban el brillo que siempre notaste en ellos.
Ahora te lo puedo decir aunque ya lo sabes.
El donante era yo.
Y no sabes lo duro que era saber que no nos casaríamos.
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Una furgoneta hippie para dos ©
Roman d'amourPRIMER Y SEGUNDO LIBRO/ Historia corta «Encuentra a alguien digno de amar y cuando lo hagas, no lo dejes ir» Valentín nunca espero tener que hacer algo tan grande como dar su corazón por alguien. Ese alguien es o mejor dicho fue el amor de su vida...