capitulo 1

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Y ahí estaba yo en un pista de motocross finalizando una tarde con mis amigos, casi siempre entrenábamos los viernes para los domingos ir a las carreras ilegales de motocross.

-Eu, vamos a MoonSun- dije sacando el casco de mí cabeza y dejando mis largos cabellos marrones expuestos a la luz de la luna. Algo que amaba de estos chicos era que las horas se me pasaban volando con ellos.

-Claro, muero de hambre- Izack tiene un estómago que parece un barril sin fondo

-Tu siempre tienes hambre - Luke tenía razón, Izack vive con hambre

-En eso concuerdo- dije entre risas

-Anahí vos no te quedas muy atrás- en eso llega Eros, siempre llega al último en las prácticas.

-JA no puedo decir lo mismo de ti. Sigo sin entender porqué no vas al límite en las prácticas- en eso todos coincidíamos Eros no se lleva al límite ni a él ni a su moto en las prácticas, pero en las competencias da el 100% y le funciona bien.

-Es mí estilo querida Moony-una mirada y sonrisa simpática. La mayoría de gente cercana me llamaba con ese apodo.

-Venga dejemos de hablar y vamos a comer- Si definitivamente Izack no se hace esperar para comer.

-Venga vámonos-.

Y así nos fuimos todos a MoonSun, obvio antes dimos unas vueltas el la avenida principal de la ciudad llevándonos miradas, silbidos y aplausos de la gente que la transitaba. Aún que  MoonSun era un lugar donde la gente solía ir arreglada nosotros si recién salíamos de andar en moto íbamos en conjunto de cross, mayormente nadie ajeno ni cercano acotaba ningún comentario al respecto, ya que la mayoría son personas que acostumbramos a ver alli.

Llegamos al y lugar obviamente las miradas de gente nueva que estaba en el establecimiento no faltaron, pero no les dábamos importancia alguna, total que casi nadie nunca se atrevía a decirnos nada.

-Como puede ser que dejen entrar a gente con esas fachas, arruinan por completo el ambiente del lugar-no pude evitar escuchar y ver un señor que vestía una camisa blanca y unos jeans azul marino, venía con su familia que vestía igual de bien. Estaba presentando su queja a una de las meseras que recientemente había ingresado al personal, de mas esta decir que estaba elevando demasiado la voz llevándose unas cuantas miradas no muy discretas de los allí presentes. Al verlo bien me doy cuenta inmediatamente quienes son los integrantes de esa familia y el señor que le estaba faltando el respeto a la pobre chica.

Rápidamente me acerco al lugar donde se encontraban, al ver la cara de confusión de la mesera y que no sabía que decir
-Disculpe, ¿hay algún problema?-digo con una voz dulce y calmada.

-Señorita An- la chica no alcanza a terminar la frase que.

-Acaso usted no sabe que esté es un lugar con clase señorita?- me dice el hombre con un tono autoritario -Usted y su gente arruinan la apariencia de este bello lugar-

Alguien que me agarre porque le bajo todos los dientes a este señor. Eso de quedarme callada si alguien, tenga la edad que tenga, me falta el respeto a mi o a "mi gente" no era mi estilo.

-Mire señor está "gente"- hice unas comillas con mis dedos- merece ser tratada con respecto primero que todo, y segundo ¿quien se cree usted para mandar en este lugar?-pero quien se cree este.

-Yo soy una gran amigo del dueño- dice de una manera demasiado confiada.

-Enserio cree que le voy a creer eso- dije aguantando la risa
No puede más, ni los chicos ni yo. Nos empezamos a reír a carcajadas, lo cual parece que al señor ese no le agrado

Bellas CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora