02 | The Cullens

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[ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗼𝘀 ]L𝘰𝘴 𝘊𝘶𝘭𝘭𝘦𝘯

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[ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗼𝘀 ]
L𝘰𝘴 𝘊𝘶𝘭𝘭𝘦𝘯

Rumania, Bucarest.

       LA FRÍA VENTISCA reinaba el lugar, escuchando de fondo el sonido de las hojas de los árboles chocar entre ellas, acompañado del ruido de producía el metal de sus armaduras tras cualquier movimiento y las pisadas de sus caballos tras ellos.

   La pelinegra camina por el pasto lentamente observando con detenimiento los cuerpos intertes del ejército contrario, asegurándose de nos escuchar ningún latido.

—Su majestad—voltea rápidamente al oír tras ella a su segundo, quien se acercaba junto a un hombre joven apoyado en su hombro.

   No tardo ni dos segundos en reconocerlo: era el hijo del rey.

—Principe Scott— susurra girando hacia él completamente, hace una pequeña reverencia y coloca sus manos en su espalda observando al rubio que se encontraba frente a ella —La solución a esta guerra y el motivo insignificante de todas estás perdidas—señala los cuerpos que habían a su alrededor— está en tus manos, y para tu buena suerte estoy dispuesta a escuchar tu rendición y una disculpa publica.—junta sus manos, con la mirada en alto y una expresión neutral.

— No, estás loca si crees que me voy a disculpar con una mujer, no sé porque tu hermano te mando en su lugar, tu no eres nada—grita con los ojos llenos de sangre.

   La odiaba.

— Bien, no estoy dispuesta a desperdiciar mi tiempo escuchando tu machismo del siglo pasado. Te di la solución, si esta es tu decisión final—asiente a su guardia escuchando el sonido de la espalda incrustarse en su pecho, provocando el jadeo de dolor.

   En cuestión de segundos el hombre cae de rodillas frente a ella llevando ambas manos a la zona herida sintiendo como oxígeno comenzaba a abandonar sus pulmones, la pelinegra suspira pesadamente agachándose a su altura, tomando su mentón, obligándolo a mirarla a los ojos.

— Larga vida al machista de Francia—y sin más da media vuelta acercándose a su caballo negro, deja una pequeña caricia en su pelaje antes voltear hacia su equipo.

— Corten su cabeza y llevenla ante su padre, está será la última oportunidad que doy a Francia, estoy cansada de luchar, el rey tiene la decisión final de aceptar la tregua de una vez por todas—sube a su caballo — Y si nos rechaza, díganle que Rumania está lista para la guerra.

   Da la vuelta comenzando a cabalgar en dirección al castillo, escuchando a todo su ejército preparar sus cosas y gritar de emoción ante la victoria, finalmente, después de semanas iban de regreso a casa.

[...]

   Las puertas se abren frente a ella recibiendo constantes reverencias de parte del personal del palacio, respondiendo con una sonrisa a cada uno de ellos hasta detenerse en la entrada principal.

Alyssa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora