[ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗼𝘀 ]
L𝘰𝘴 𝘊𝘶𝘭𝘭𝘦𝘯Rumania, Bucarest.
LA FRÍA VENTISCA reinaba el lugar, escuchando de fondo el sonido de las hojas de los árboles chocar entre ellas, acompañado del ruido de producía el metal de sus armaduras tras cualquier movimiento y las pisadas de sus caballos tras ellos.
La pelinegra camina por el pasto lentamente observando con detenimiento los cuerpos intertes del ejército contrario, asegurándose de nos escuchar ningún latido.
—Su majestad—voltea rápidamente al oír tras ella a su segundo, quien se acercaba junto a un hombre joven apoyado en su hombro.
No tardo ni dos segundos en reconocerlo: era el hijo del rey.
—Principe Scott— susurra girando hacia él completamente, hace una pequeña reverencia y coloca sus manos en su espalda observando al rubio que se encontraba frente a ella —La solución a esta guerra y el motivo insignificante de todas estás perdidas—señala los cuerpos que habían a su alrededor— está en tus manos, y para tu buena suerte estoy dispuesta a escuchar tu rendición y una disculpa publica.—junta sus manos, con la mirada en alto y una expresión neutral.
— No, estás loca si crees que me voy a disculpar con una mujer, no sé porque tu hermano te mando en su lugar, tu no eres nada—grita con los ojos llenos de sangre.
La odiaba.
— Bien, no estoy dispuesta a desperdiciar mi tiempo escuchando tu machismo del siglo pasado. Te di la solución, si esta es tu decisión final—asiente a su guardia escuchando el sonido de la espalda incrustarse en su pecho, provocando el jadeo de dolor.
En cuestión de segundos el hombre cae de rodillas frente a ella llevando ambas manos a la zona herida sintiendo como oxígeno comenzaba a abandonar sus pulmones, la pelinegra suspira pesadamente agachándose a su altura, tomando su mentón, obligándolo a mirarla a los ojos.
— Larga vida al machista de Francia—y sin más da media vuelta acercándose a su caballo negro, deja una pequeña caricia en su pelaje antes voltear hacia su equipo.
— Corten su cabeza y llevenla ante su padre, está será la última oportunidad que doy a Francia, estoy cansada de luchar, el rey tiene la decisión final de aceptar la tregua de una vez por todas—sube a su caballo — Y si nos rechaza, díganle que Rumania está lista para la guerra.
Da la vuelta comenzando a cabalgar en dirección al castillo, escuchando a todo su ejército preparar sus cosas y gritar de emoción ante la victoria, finalmente, después de semanas iban de regreso a casa.
[...]
Las puertas se abren frente a ella recibiendo constantes reverencias de parte del personal del palacio, respondiendo con una sonrisa a cada uno de ellos hasta detenerse en la entrada principal.
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Alyssa
Fanfiction𝗔 𝗧𝘄𝗶𝗹𝗶𝗴𝗵𝘁 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰 - 𝖠𝗅𝗂𝖼𝖾 𝖢𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇 𝗌𝖺𝖻í𝖺 𝖺 𝗅𝖺 𝗉𝖾𝗋𝖿𝖾𝖼𝖼𝗂ó𝗇 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝗎 𝖽𝖾𝖼𝗂𝗌𝗂ó𝗇 𝖽𝖾 𝗅𝗅𝖺𝗆𝖺𝗋 𝖺 𝗅𝖺 𝗉𝗋𝗂𝗇𝖼𝖾𝗌𝖺 𝖽𝖾 𝖱𝗎𝗆𝖺𝗇𝗂𝖺 𝗍𝖾𝗇𝖽𝗋í𝖺 𝖼𝗈𝗇𝗌𝖾𝖼𝗎𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺𝗌 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝗍𝗈𝖽𝖺 �...