Alyssa

10 | I miss the past

[ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗶𝗲𝘇 ]
𝘌𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰 𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰

     LA PELINEGRA se encontraba sentada en el césped disfrutando la tranquilidad que le brindaba aquel lugar, sintiendo la fría brisa rosar con su rostro, apreciando el sonido de los pájaros cantar y las olas del mar a la distancia, por un momento su mente se vacío y logro sentirse como un simple mortal disfrutando la naturaleza, sus preocupaciones se esfumaron y pudo permitirse de nuevo ser simplemente Alyssa, sin títulos ni responsabilidades.

  Y al escuchar una rama romperse tras suyo la regreso a la realidad, sus ojos se abrieron en segundos y aquel manto que alejo de su espalda regreso con mas peso del que recordaba.

—Lo siento, no quería molestar —voltea de reojo y lentamente recupera su postura firme, dando una sonrisa ladeada al vampiro.

—Tranquilo, solo estoy... Disfrutando la tranquilidad del lugar-junta sus manos- no suelo tener mucho tiempo libre.

—¿trabajo?

— Demasiado- desvía la mirada de el, no le gustaba la forma en que sus ojos estaban en ella- Hay que revisar los planes de estudio, instalaciones de negocios, escuelas, ver las condiciones del pueblo, asegurarme que no les falta nada, ir con Caius, son... demasiadas cosas.

—¿Cada cuando vas con los Volturi?

— Mínimo dos veces al mes.

   Dudoso, dio un paso en su dirección, y no paso desapercibido para el la forma en que presionó con mas fuerza el anillo que usaba.

—¿Estás bien Aly?

  No pudo evitar sentir un hormigueo en el pecho.

—¿Recuerdas cuando traíamos a Theo a jugar aquí?—sonrie nostálgica—Me sentaba en este mismo lugar, tú te ponías a unos pasos de nosotros, y lo veías gatear hacia ti, escuchando su risa.

— Como olvidarlo, de los mejores recuerdos que tengo.

— No hablaba de él desde su muerte, ha pasado tanto tiempo de eso—su esposo toma su mano entre las suyas dejando pequeñas caricias.

— Aun está su tumba cerca de la cascada—los ojos dorados de la chica voltean hacia el rápidamente—¿Quieres ir?

—No estoy segura, sé que volveré a derrumbarme de nuevo.

—Yo estaré ahí—le extiende su mano.

   Acepta su contacto y lo sigue entre los árboles, adentrándose en el bosque, caminando en completo silencio.

   Ambos habían enterrado ese recuerdo en lo más profundo de sus corazones intentando sanar ese vacío, y ahora, después de tantos años, esa herida volvía a hacerse presente.