[ 𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼 ]
𝘋𝘪𝘰𝘴 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳
BELLA APARTA LA mirada de su libro al escuchar un par de golpes en la puerta principal, se levanta de la cama y se dirige a la sala, dejando el libro en la mesa de centro que tenían junto al sillón blanco de su sala.—Buen día, el principe Oliver solicitá su presencia en el salon real. Llegó la diseñadora.
— Iremos enseguida, muchas gracias.
— Para servirles— asiente y da la vuelta, regresando al palacio.
La castaña cierra la puerta tras ella caminando de vuelta hacia la habitación, toma sus tacones negros y acomoda su cabello tras su espalda.
—¿Estás lista?—Edward aparece junto a ella rodeando su cintura con cariño, dejando un corto beso en su cuello.
— Jamás había organizado o participado en algún evento, y ahora hay que organizar una boda, que por cierto, es un evento real.
—Nuestra boda—sonrie—Debo confesar que estoy muy emocionado—voltea hacia el castaño con una sonrisa.
—Igual yo—besa los labios de su prometido caminando por el pasillo de su casa.
Edward ofrece su brazo, avanzando con calma por el camino trazado especialmente desde su casa hacia el palacio, platicando en voz baja entre ellos acerca de la decoración y en qué parte del palacio se llevaría a cabo el evento. Estaban fascinados con el lugar y todo lo relacionado a este, a pesar de llevar solo dos semanas.
Era algo totalmente diferente, superaba sus expectativas por mucho.
Les abren la puerta de la entrada principal permitiéndole el acceso al interior del castillo, viendo a Oliver y Marena bajar los escalones con sus manos unidas, la rubia con un vestido morado y su compañero con un traje negro y corbata del mismo color que vestía su esposa.
Siempre habían buscado sincronizar al menos una prenda.
— Buen día, ¿Listos para planear su boda?—El principe acomoda su saco guiandolos al salón, escuchando a los segundos música en español.
La neofita frunce el ceño confundía, nunca habían escuchado ese tipo de música.
Oliver abre la puerta encontrando como primer plano a Klaus y Alyssa bailar con grandes sonrisas en sus rostros.
El rubio toma su mano haciendo que la pelínegra de una vuelta, haciendo lucir su elegante vestido rosa, la vampiresa rodea el cuello del vampiro entrelazando su otra mano, con Klaus cantando en voz baja mientras rodeaba su cintura con una mano y con la izquierda entrelazaban sus dedos.Ni siquiera se habían percatado de su presencia.
Estaban tan concentrados bailando, platicando y cantando entre ellos que no habían volteado ni una vez, simplemente disfrutaban el momento, ignorando todo lo ajeno a ellos.
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Alyssa
Fiksi Penggemar𝗔 𝗧𝘄𝗶𝗹𝗶𝗴𝗵𝘁 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰 - 𝖠𝗅𝗂𝖼𝖾 𝖢𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇 𝗌𝖺𝖻í𝖺 𝖺 𝗅𝖺 𝗉𝖾𝗋𝖿𝖾𝖼𝖼𝗂ó𝗇 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝗎 𝖽𝖾𝖼𝗂𝗌𝗂ó𝗇 𝖽𝖾 𝗅𝗅𝖺𝗆𝖺𝗋 𝖺 𝗅𝖺 𝗉𝗋𝗂𝗇𝖼𝖾𝗌𝖺 𝖽𝖾 𝖱𝗎𝗆𝖺𝗇𝗂𝖺 𝗍𝖾𝗇𝖽𝗋í𝖺 𝖼𝗈𝗇𝗌𝖾𝖼𝗎𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺𝗌 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝗍𝗈𝖽𝖺 �...