LALALA

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Eran las 17 horas cuando Hinata regresaba a su departamento, hoy había sido el día en que su examen practico había terminado, y a pesar de todo obtuvo felicitaciones de su profesor y compañeros de clase. Para ser algo no complejo y recién universitario, la prendas que había confeccionado fueron maravillosas. Así que iba con una sonrisa en el rostro por todo el pasillo y con una pequeña maleta extra. Tuvo el presentimiento de que alguien más venía detrás suyo, tal vez era algún vecino suyo y siguió caminando.

"Chibi chan." Se tensó y tragó duro. Al menos los lentes de sol cubrían el temor que albergaban sus ojos.

Ahora sí no voy salir libre de esta. Perdonenme todos los dioses del mundo, pero no dejen que Bokuto y todo su banda me rompan los huesos. Tal vez podría vencer a tres, pero no me gusta la violencia. No quiero morir, prometo no volver a beber con gente extraña. Todo eso iba recitando en su mente, mientras corría lo más rápido hacia la puerta.

"No soy yo, no existe tal persona." Gritó y sus manos temblaron al contacto con las llaves hasta que una mano le tocó el hombro.

"Lo asustaron." El de cabello oliva intentó que se alejaran un poco. "Pues si fuiste tú el primero, mira se quedó tieso, al igual que tu todos los días, Ushiwaka idiota." El castaño habló mientras se golpeaba la frente. Y en verdad se petrifico, hasta su corazón había dejado de latir.

Después de ese inesperado encuentro se enteró que el mensaje que había recibido un día anterior lo había escrito Oikawa. Al parecer tenía urgencia de verlo o mejor dicho ver algo en especial. Sin admitirlo, después de escuchar a Oikawa todos estaban algo curiosos tambien y cuando el pelinaranja les mostró lo que había en la maleta, no se molestaron en llenarlo de cumplidos. Creía que estaban aquí por haber arruinado en todo sentido a su amigo, pero no fue así. Todo estaba aclarado y ahora si se sentía plenamente feliz.

"Hinata, en verdad eres increíble." Bokuto y Oikawa gritaron a la vez, y no tuvo más que sonrojarse por el cumplido. Su trabajo no había sido en vano.

Los otros 3 aún no decían nada y comenzaba a sentirse ansioso hasta que Kuroo tomó una de las prendas en su mano. "Chibi Chan en verdad pensaste en mi cuando lo creaste ¿No mataría a las personas si me ven con esto?"

Daichi y Bokuto intercambian atuendos pegandolos a su cuerpo fingiendo ser espejos. "Hinata, ¿en verdad esto cabe en Ushijima?" El de cabello negro habló poniendo una cara de espanto, no por la ropa si no porque temia que no fuese de su medida.

"A mi gusta. Eres genial, Hinata." El de cabello Olivia le echaba otro vistazo al atuendo de Daichi mientras ponía ambos dedos pulgar e índice sobre su mandíbula. En verdad estaba enfocado.

"Tal vez pensé en que resaltará lo mejor de ustedes, y gracias por haberme ayudado... por un momento creí que solo vendrían a golpearme, ja ja ja." Se pasó la mano por la nuca y sonrió con nervios.

Oikawa se acercó y le pasó un brazo por sus hombros. "Adorable Hinata, ¿crees que estos tarados harían daño? Solo míralos." La escena de un Kuroo y Bokuto haciendo poses extra "sensuales", que de verlo daría escalofríos.

Y un Daichi y Ushijima practicando como si alguna vez fuesen a estar en una pasarela. "Comenzado por Vacatoshi, no mata ni una abeja... querido, quiero hacer un trato." Se lo llevó más lejos de ellos.

"¿Tiene algo que ver con la ropa?" Bingo, lo supo desde que sus ojos brillaron. "Bo-Chan piensa, pensamos que lo que planeamos podría funcionar, pero no será posible sin ti. Y créeme que me negué, ¿cómo yo podría hacer algo así?" Eso sonaba más a una mentira que verdad.

Conforme le contaba el "plan", el emocionado ya era el pelinaranja pero solo había un pequeño detalle.

"Supongo que no tendría problema si es para el bien de ambos. Solo prometan no ensuciarlos." Sonrió de nuevo pero antes. "¿Y ellos lo saben? Kotaro no ha mencionado nada tampoco." En cambio recibió palmaditas en su cabeza y un brazo envolvía su cuerpo con fuerza y vio a la nada. "Preciosa mandarina, no sabes cómo agradecemos contar contigo."

Una inusual platica y cuantos cumplidos despues, se marcharon. Los últimos en salir fueron Oikawa quien llevaba la misma maleta y Bokuto.

"Kotaro, espera. Tengo algo para ti." El bicolor se señaló y se asustó. "¿Yo? No me digas, ¿de quien era el cumpleaños? No si, mejor dime."

Lo dejo con sin fin de preguntas mientras volvía de su habitación con una caja muy simple. Y sonrió por la manera que su cabeza se movía junto con esos dorados ojos. Realmente parecía un búho.

"Recuerdas lo que me pediste. Esta ahí, espero que le guste a Akaashi San y a ti." El bicolor sostuvo la caja y parecía que fuese lo más delicado del mundo.

"No quiero arruinar la caja, mejor abrelo tú. No puede ser, me sudan las manos. Me estoy deshidratando." El más bajo quiso reír, sin embargo el bicolor parecía preocupado. Y se tomó el atrevimiento de revelar el contenido.

Los dorados ojos de Bokuto brillaron como nunca lo había visto el menor. Y pensó que si era de su agrado. Hinata había puesto todo su cariño en ello. Dos pares de boinas francesas de algodón eran la causante de la extrema alegría que desbordaba el mayor. No se olvidó del detalle, la de Akaashi era un color azulado oscuro y la de Bokuto era un bonito gris y en cada una estaba bordado un pequeño búho. No sabía por qué había pensado antes en estrellas y mundos.

Fue interrumpido por el asfixiante pero reconfortante abrazo de Bokuto. "Hey Hinata, gracias a ti tendré a Akaashi en mi cabeza, bueno aunque siempre está conmigo... en verdad, gracias."

Se quedó sin habla y solo asintió. Un muy feliz Bokuto se fue y quedó nuevamente el departamento vacío. No supo en qué momento sus ojos se llenaron de lágrimas. Estaba feliz de de haber hecho algo por alguien pero, ¿por qué se sentía de esa manera? Se limpiaba los restos de lagrimas y nuevamente estas recorrían sus mejillas permitiéndose llorar.


Gracias por leer.

Feel special || BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora