Harry Potter el ocupante ilegal

Capítulo 10

El muñeco animado levantó las manos, luego se congeló, esperando que su joven oponente hiciera un movimiento.

"¿Qué hará?" Athena preguntó, mientras Harry lo miraba.

El joven semidiós tragó, mirando al muñeco. "Ehm ... ¿dar un puñetazo?" preguntó.

Atenea parecía divertida. "¿Estás preguntando o contando?"

Harry tragó de nuevo. Atenea fue una maestra severa; ella era completa y absolutamente brillante, pero tenía la tendencia a asumir que todos los demás eran tan brillantes como ella. Por lo general, esto daba como resultado que ella solo diera el mínimo de información y esperara que él pudiera mantenerse al día.

Dado que él era solo un mortal, esto generalmente resultaba en que ella lo mirara con decepción, lo que lo hacía sentir como un abyecto fracaso.

"Contar", decidió. "Va a dar un puñetazo".

Atenea juntó las manos a la espalda y caminó tranquilamente hacia el muñeco. "Explica tu proceso de pensamiento".

Harry parpadeó, no habiendo esperado eso. "ehm ... ha levantado sus manos. Y su mano derecha está más alta que la izquierda, así que creo que eso es con lo que me va a golpear".

"¿Y sus piernas?" preguntó la Diosa de la Sabiduría, cruzando detrás del muñeco, antes de caminar hacia él.

Harry miró sus piernas y pies. "Están firmemente en el suelo".

"Bien", dijo Athena. "Estás parcialmente en lo cierto. Su siguiente movimiento es golpear con el puño derecho".

Harry la miró con sorpresa. "¿Parcialmente correcto, señorita Athena?" preguntó.

Atenea pareció divertirse de nuevo. "¿Será una cruz, un jab o un uppercut? Después de todo, hay muchos tipos diferentes de 'puñetazos'".

Harry asintió y miró al muñeco. "Va a ser un golpe", decidió finalmente. "No es bajar el puño para un uppercut".

Athena asintió. "Correcto. Recuerda ser siempre minucioso y completo . Puede que no siempre tengas el tiempo para analizar y predecir a tu oponente en pleno combate, pero si tienes una oportunidad, puedes ganar una pelea antes de lanzar un solo golpe".

Hizo un gesto y el muñeco cambió de postura. "¿Qué hará?"

Harry miró al muñeco.

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La lección de Atenea había sido larga. Después de jugar a "predecir el muñeco", ella había comenzado a organizar las salas, pidiéndole que determinara qué no encajaba. Eso había sido divertido, al principio. Pronto, la sala preparada pasó de tener un reloj con la hora equivocada a ser increíblemente elaborada, incluido un caso en el que Athena esperaba que él pudiera elegir un solo libro que no perteneciera de una estantería llena de ellos.

Él había fallado en ese. Athena le había ordenado que mantuviera al menos su lectura, mientras lo miraba con una mirada de decepción.

Después de horas de ejercicios y ejercicios como ese, su cerebro se sentía como si se hubiera derretido y comenzaría a gotear fuera de sus oídos en cualquier momento.

Había cruzado el mercado y se había adentrado en la zona más antigua y tranquila del Olimpo, donde se encontraba el Templo de Helios, cuando lo detuvo un extraño con capucha.

"Hola, señor H", dijo Harry, sonriendo a la figura encapuchada.

"Hola Harry," respondió el Dios de los Ladrones con capa, sonando igualmente divertido. "Hablé con mis amigos sobre la fiesta de estudio a la que te invité. Todos logramos tener algo de tiempo el viernes por la noche, a las 8 de la noche".