Harry Potter el ocupante ilegal

Capítulo 37

Con una serpiente del tamaño de un constructor de boa adulto, con plumas que se extendían como la capucha de una cobra, golpeando su pecho, se podría perdonar que Annabeth chillara y levantara las manos.

Y abofeteó a la deidad maya casi desvanecida.

Lo que la confundió muchísimo, por lo que su chillido terminó siendo más un "¿Eep-huh?" Ella miró sus manos. "Me pica un poco", agregó, frotándose las manos y poniendo fin a la extraña sensación.

Kukulkan, por otro lado, se había alejado flotando ante la bofetada, pero no parecía darse cuenta.

Harry estaba mirando al avatar, un rubor subiendo lentamente en sus mejillas ante los sonidos que estaba haciendo.

"¿Qué?" Preguntó Annabeth, notando cómo todos, excepto Harry, la miraban.

"Chillabas como una niña", bromeó uno de los gemelos de Apolo.

Annabeth gruñó por lo bajo y le dio una patada en la espinilla. "¿Quizás porque soy una niña?" preguntó ella mientras él gritaba y se frotaba la espinilla para sacar el escozor. "Y se ve cómo te va cuando una gran serpiente se alza para atacar a usted!"

Luna, por otro lado, se rió. Cuando sus nuevos amigos la miraron, le hizo un gesto a Harry, cuyo sonrojo ya había alcanzado su punto máximo.

"¿Harry?" Preguntó Silena. "¿Que esta pasando?"

Harry la miró con ojos enormes. "No sé qué está pasando", aplazó, señalando a Kukulkan. "Pero está haciendo sonidos extraños . Suena un poco como Artie cuando se come un pastel de chocolate con chocolate triple".

Oooooooh-ohhohohohohooooooooh, el extraño avatar gimió.

Los semidioses, y Luna, parecieron sorprendidos por eso y miraron al avatar, que todavía flotaba perezosamente donde se había detenido después de la bofetada de Annabeth, aparentemente perdido en su propia mente y sin mirarlos en absoluto.

"No está prestando atención", dijo Annabeth. "Vamos a salir de aquí."

Ante esa declaración, Kukulkan pareció estremecerse como una serpiente, se sacudió y se enderezó. Se encabritó de nuevo y saltó sobre Silena. ¡Más! ¡Dame más, Mortal!

Silena, después de haber visto fallar a la serpiente varias veces, decidió que no iba a reaccionar y simplemente cerró los puños y se mantuvo firme. La deidad maya parcialmente descolorida se estrelló contra su pecho. Ella contuvo una risita ante el hormigueo y se rascó distraídamente para aliviar la sensación de picazón.

Awwwww....

Harry resopló, tratando de reprimir una risa. Cuando sus amigos lo miraron con curiosidad, dijo: "Parece un niño al que se le niega un regalo".

Los semidioses parecían estar incrédulos, mientras que Luna simplemente asintió con la cabeza como si todo esto tuviera perfecto sentido.

"Déjame ver qué puedo averiguar", agregó Harry, y se volvió hacia la serpiente. ¿Discúlpame? ¿Es usted el señor Kukulkan, la deidad maya? Preguntó cortésmente.

"Eso es raro ", murmuró uno de los gemelos.

"Hace que se me erice la piel", agregó el segundo al comentario de su hermano.

"Eso se debe a los efectos mágicos innatos de la lengua pársel. Pasará en unos minutos, cuando te acostumbres", explicó Luna. "Desafortunadamente, la habilidad tiene una reputación un poco oscura por eso. Estúpida, de verdad".