Así "lo-ve" peeta (los juegos del hambre en llamas)

Capítulo 3

Quedan pocas horas para la gira de la victoria y no había tenido el valor suficiente de hablar con katniss aún, así que de nuevo el capitolio nos juntaría a los dos por primera vez en meses. Tengo que admitir que desde mi encuentro con Delly había podido olvidar, aunque solo fuera cuando ella estaba conmigo. El día que Delly me convenció para hablar con katniss, me di cuenta de que mis sospechas eran ciertas y no infundadas. Delly si que estuvo enamorada de mí, y superó mí indiferencia y desamor. Valoraba más nuestra amistad, y si ella pudo superarlo ¿por que no podría hacer yo lo mismo con Katniss? Creo que prefiero tener una amistad con ella antes que perderla para siempre. Puedo ser muy distraído a veces pero siempre supe que Delly sentía algo por mí, y cuando ella me lo contó no estaba del todo seguro de haber querido saberlo durante tanto tiempo. Ella lo supero y eso me lleva a pensar que yo tambien podre soportarlo. Quedan pocas horas antes de que llegue mi equipo de preparación y es bastante temprano para despertar a Haymitch de su borrachera ya que él también tiene que estar presentable para las cámaras así que decido acercarme a la panadería de mis padres. Mi padre parece tener buena cara y como mi madre esta horneando me pongo a glasear galletas para llevárselas a la madre de Katniss. En las galletas dibujo flores naranjas ya que es mi color favorito. Cuando termino recojo una barra de pan y las galletas, me despido de mis padre y me acerco a la casa de Katniss para dejarle las galletas a su madre. Ella abre la puerta como hace habitualmente, pero hoy parece más preocupada e inquieta de lo normal. ¿sera por Katniss?

No pregunto le dejo las galletas ella sonríe y me dirijo a casa de Haymitch. Cuando habro la puerta el olor me hace llorar. Es horrible Haymitch no deja que nadie entre a limpiar por lo que con los años la casa a ido concentrando un olor tan asqueroso que es imposible de respirar. Voy saltando las montañas de ropa sucia del suelo,cuando oigo ruidos. ¿se habrá despertado Haymitch? Es entonces cuando noto una corriente de aire y oigo un gruñido animal que parece salir de él y me paro en seco. Oigo a Katniss discutir con Haymitch y no salgo hasta que oigo a Katniss decir: —No podía despertarte. Mira si querías una niñera, habérselo pedido a peeta.

Entro en la habitación y lo primero que veo es a Katniss encaramada al alféizar de la ventana, seguramente para salir corriendo si algo se ponía feo. Lleva un abrigo de lana buena que le queda ajustado por los hombros y calza unos zapatos caros hechos para alguien de nuestro estatus, aunque parecen incomodarle. Después digo rápidamente: —¿pedirme el qué?— Katniss pega un saltito al oír mi voz y yo me acerco a la mesa, dejo la barra de pan en la mesa y alargo una mano hacía Haymitch.

—Te pedí que me despertaras sin probocarme una neumonía — dice Haymitch dándome el cuchillo que lleva en la mano. Se quita la camisa sucia dejando ver una camisa interior igual de manchada y se frota el cuerpo con la parte seca.

Sonrió y mojo el cuchillo que me a dado Haymitch en un licor blanco derramado de una botella del suelo. Después limpio la hoja en el borde de mi camisa y corto el pan. Miro a Katniss y le doy la tapa del pan a Haymitch. —¿Quieres un trozo?— le pregunto a Katniss sin perderla de vista. — No, he comido en el Quemador, Pero gracias— responde sonriendo —De nada— contesto sonriendo igual que ella.

Haymitch tira la camisa al suelo, entre la porquería. —Brrr. Vosotros dos tenéis que darle un poco de calor al asunto antes de que empiece el espectáculo — dice Haymitch.

Tiene razón la audiencia estará esperando al par de enamorados que ganaron los juegos del hambre, y no a dos personas que apenas pueden mirarse a los ojos. —Date un baño Haymitch — dice Katniss y sale por la ventana, atravesando el jardín en dirección a su casa.

—Sinceramente chico me das lástima, no se que ves en ella es tosca y maleducada— me dice dándome una palmatita en la espalda y continua diciendo —no entiendo como hiciste para sacarle algo de delicadeza— ¿Supongo que no me hacia falta? A si que le respondo: —No, fue difícil, la dulzura y la delicadeza ya las tenía— y le doy una taza del café que ha preparado Katniss.

—Por vuestras reacciones asumo que todavía no habéis hablado— dice mientras me mira de reojo y sorbe su café. No estoy seguro de querer hablar de esto con Haymitch. A Katniss la entiendo por usar el cuento de los trágicos amantes. Pero a él no lo había perdonado aun.

—No, desde el tren no hemos hablado de nada— respondo cortante. —Bastante infantil de vustra parte, si quieres mi opin...—

—No, sinceramente no la quiero— lo interumpo y salgo de la habitación para dirigirme a mi casa.

—Tu y yo deberíamos hablar también — me dice antes de que termine de saltar la basura y llegar a la puerta delantera.

—Cuando este listo para tal placer te lo haré saber— le respondo con sarcasmo.

Prácticamente corro a mi casa con cierta dificultad debido a la nieve y a mi pierna artificial. Siento rabia en mi interior. Como no quiero estar enfadado cuando lleguen las cámaras, me meto en el estudios y pinto un cuadro para olvidarme de todo. Tengo que estar tranquilo y "actuar" como un chico locamente enamorado al igual que ella. Solo que yo no tendré que actuar.