Capítulo 5

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Me despierto, cómo no por una de mis pesadillas aunque parece que no tuve más o al menos eso creo. Camino por los pasillos del vagón del tren sin rumbo. Acabo delante del compartimento de Katniss, quiero llamar a la puerta pero de algún modo acabo separándome de la puerta y sigo vagando un rato más. Me paro delante de otro compartimento que tiene la puerta entreabierta, me asomo a ver lo que tiene en su interior. Son mis cuadros, una galería completa de mis pesadillas en este compartimento. Todos bien apilados unos junto a otros. El único que me llama la atención es un cuadro que pinte de Katniss estaba separado del resto de ellos, mirándolos de frente esta surgiendo de una niebla gris plateada del mismo color de sus ojos, es una imagen que tengo en mi mente pero tan frágil que se desvanece como las cenizas, lo habian separado del resto por que estaba incompleto, ya que era el cuadro que estaba pintando el dia anterior para relajarme. Es extraño, todos tan horribles pero ¿es que acaso no es un sueño más? ¿real, pero no existente...? Uno de mis miedos es perder a Katniss y ahora que esta tan cerca se me hace mucho más complicado protegerla que cuando estaba separado de ella. ¿Es por miedo? No Losé, es complicado de entender. Llevo bastante tiempo pero al final lo completo. Después lo coloco junto los demás. Es otro cuadro más que no tiene nada en especial, por lo menos para las personas que lo observen. Me vuelvo a mi compartimento y allí me siento en la esquina de la cama. De repente se habré la puerta y entra Briga, me observa ya que estoy manchado de pintura por las manos y la camisa (el cuadro no estaba completo y al terminarlo me he manchado). No para de murmurar frases que apenas escucho mientras sale de la habitación. —Soy una buena mujer que hace lo que puede ¡pero no hago milagros!— pobre, la estoy volviendo loca y eso que ella es la única "persona" normal de mi equipo de preparación.

Cuando se marchó me di una ducha y me volví a dormir.

Volvió mas tarde con Ellebron y Gerton que empezaron a prepararme, me cortaron el pelo, me arreglaron las cejas y me cortaron las uñas de las manos. Cuando termine fui directo al vagón comedor, allí estaban Cinna, Portia, Effie y Haymitch que debido a su resaca solo parece darle pellizquitos a una magdalena.

Katniss llega poco después de haber empezado a comer. Hablamos sobre lo buena que esta la comida y intentamos que Katniss se una a la conversación, sin mucho existo. En un momento el tren se deteniene, nuestro ayudante nos informa de que no es una parada para repostar: se ha estropeado una pieza del tren y deben remplazarla. Necesitaran al menos una hora. Eso hace que a Effie le dé un ataque; saca su horario y empieza a calcular cómo afectará el retraso a todos y cada uno de los acontecimientos del resto de nuestras vidas. Entonces Katniss suelta de repente: —¡A nadie le importa, Effie!— todos la contemplamos extrañados. —¡Es verdad, no le importa a nadie!— después sale del vagón y saltan algunas alarmas que indican que a salido del tren. Cinna se levanta al mismo tiempo que yo pero Portia le detiene para que sea yo el que valla a hablar con Katniss. En mi boca se forma la palabra gracias. Salgo del vagón y paso por una de las puertas que dan al exterior, sigo andando asta dar con Katniss que esta sentada en el suelo al lado de las vías. —No estoy de humor para un sermón — contesta con la vista fija en las malas hierbas que tiene junto a sus zapatos.

—Intentaré ser breve — le respondo, y me siento a su lado. —Creía que eras Haymitch. —No, sigue trabajando en esa magdalena— contesto mientras coloco mi pierna artificial. —Mal día, ¿eh?— a lo que ella responde: —No es nada—

¡Esta es mí oportunidad!

—Mira, Katniss —digo suspirando—,quería hablar contigo sobre mí comportamiento en el tren. Es decir, en el tren anterior, el que nos llevó a casa. Sabía que tenías algo con Bale, ya estaba celoso de él antes de conocerte oficialmente, así que no fue justo pedirte cuentas por algo que pasó en los juegos. Lo siento—. —Yo también lo siento—.

—No tienes nada que sentir. No hacías más que intentar mantenernos a los dos con vida. Pero no quiero que sigamos así, sin hacernos caso en la vida real y cayéndonos en la nieve cada vez que aparece una cámara. Así que he pensado que si dejaba de comportarme tan..., ya sabes, tan dolido, podríamos intentar ser solo amigos—

—Vale— responde ella.

—Bueno, ¿qué te pasa?— por algún motivo no esta cómoda, porqué veo que no para de tirar de la mata de malas hierbas. —Vale, empecemos con algo más básico. ¿No te parece raro que sepa que eres capaz de arriesgar la vida por salvarme..., pero no tenga ni idea de cuál es tu color favorito?—

—Verde— responde esbozando poco a poco una sonrisa. —¿y el tuyo?—

—Naranja— respondo. —¿Naranja? ¿Como el pelo de Effie?—

—Un poco más apagado. Más como... una puesta de sol— le explico.

—¿Sabes qué? Todos hablan maravillas sobre tus cuadros. Me da pena no haberlos visto — me dice. —Bueno, tengo un vagón lleno— le explicó ofreciéndole una mano.—Vamos —

Sienta bien notar de nuevo sus dedos entre los míos, como una verdadera amistad. Volvemos de la mano al tren cuando Katniss dice derrepente: —Primero tengo que pedirle disculpas a Effie — yo asiento con la cabeza y añado. —No te cortes, exagera todo lo que puedas—

Cuando volvemos al vagón comedor, donde los otros siguen comiendo, Katniss le ofrece una disculpa a Effie que para mi es excesiva pero que apenas compensará su falta. Pero sin embargo Effie la acepta con elegancia. Le dice a Katniss que es por que sufre mucha presión y algo de lo cual no me entero bien. Pero la verdad es que Katniss a tenido bastante suerte. Cuando Effie termina guio a Katniss hasta el compartimento de mis cuadros.

Katniss observa detenidamente el cuedro en el que esta ella en la niebla y como esta callada la pregunto: —¿Qué te parece?— me mira con una mirada de dolor y suelta: —Los odio, No hago más que intentar olvidar la arena, y tú la has devuelto a la vida. ¿Cómo recuerdas tan bien los detalles?—

—Los veo todas las noches— le confieso. —Yo también. ¿Te ayuda pintarlo?—

—No lo sé, creo que me quita un poco el miedo de dormir por la noche, o eso me digo, aunque no se van. —Quizá no lo hagan. Las de Haymitch no se han ido. A pesar de que Haymitch no lo diga, estoy segura de que por eso no le gusta dormir a oscuras. —No, aunque yo prefiero despertarme con un pincel en la mano en vez de con un cuchillo. ¿Así que los odias?— le pregunto con intriga. —Sí, pero son extraordinarios, de verdad— me responde y añade. —¿Quieres ver mi talento? Cinna ha hecho un gran trabajo con él. —Después— respondo entre risas. Entonces el tren se vuelve a poner en marcha.

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⏰ Última actualización: May 04, 2018 ⏰

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Así "lo-ve" peeta (los juegos del hambre en llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora