Hande:
No comprendo en qué momento mi novio se hizo tan intimo de mis amigas. No es que estuviese descontenta con ello, al contrario, verlos juntos solo me hacía más feliz si eso era posible, pero no en momentos como este.
Kerem está completamente desatado desde hace varios días, como si ya no le importase gritarle a todo el mundo que estábamos juntos aunque eso pudiese perjudicarnos. De alguna extraña manera me había dejado llevar por él y hablado más de la cuenta en mi última entrevista.
- Así que espero que dentro de pronto pueda convertirme en la tía Dilara- escuché como se lo decía a Kerem y el color rojo trepó por mi cuello hasta llegar a mi cara. Su risa fue la respuesta que esperaba-
- Aún es pronto para eso, pero yo no descarto nada en un futuro- noté como sus ojos se desviaban y me miraba con profundidad- Y espero que se parezcan a Hande porque así serán los niños más bonitos que haya visto jamás, su belleza no es de este mundo.Sí, definitivamente mi tono de piel había cambiado al rojo. Entorné los ojos sin participar en la conversación, quejándome en silencio de uno de los tantos cumplidos que se dedicaba a dedicarme al día. Secretamente los amaba, pero prefería no tener que confesarle esa información.
- Oh, vamos, Handemyy...- se quejó-... es que no existe una palabra, o por lo menos a mí se me han terminado, para expresar lo hermosa que eres en todos los sentidos
- ¿Puedes callar, Bürsin?- fue lo único que dije entre dientes, pero pareció no escucharme porque continuó con el tema, solo que en este caso hablando con Didi y Nilayko-Los cuchicheos se intensificaron entre ellos, pronunciando palabras que mi cerebro no llegaba a asimilar, así que me centré en el maquillaje mientras peinaban mi pelo. Hoy no era mi día más feliz, a decir verdad, estaba en une estado un tanto extraño e incomprensible.
Kerem se iba.
Tan solo serían unos días, y ni siquiera saldría del país, pero era la primera vez en 9 meses que estaríamos tan lejos el uno del otro y mi cerebro no había dejado de darle vueltas a eso desde ayer. Así que sí, estaba triste porque mi novio se iba de viaje con su gerente y no conmigo.
- ¡Amanim!- lo escuché decir junto a un grito de júbilo- Amanim para referirme a ti- ahora sí que hablaba en mi dirección, así que entrecerré los ojos sin comprender nada- Es como explicar el nivel más alto de admiración por una persona, en todos los sentidos posibles... y encima no existe en turco, así que sí, ahora eres mi Amanim
No sé por qué pero quería echarme a llorar en ese preciso instante. La ilusión con la que me hablaba del invento de una palabra para mí, algo tan lleno de significado y tan especial.
En todas mis relaciones jamás me sentí tan cuidada y protegida como con Kerem, nadie me había admirado de la forma que él lo hacía. Y es que lo hacía tan natural y tan real... no me tenía en un pedestal pero se encargaba cada día de intentar subirme a uno mediante palabras bonitas y acciones cargadas de amor.
Kerem:
No era tonto, sabía lo que le pasaba a Hande.
Lo supe desde el momento en el que le conté lo de mi pequeña escapada con Günfer, y lo supe porque a mí me daba tanta pena como a ella el tener que estar separados en nuestros pocos días libres a la semana.
Pero hoy se le notaba, no podía ocultarlo, casi no sonreía y estaba sumergida en sus pensamientos. Así que sí, mi única motivación en este día era hacerla sonreír tanto como el resto de ellos, porque un mundo sin la sonrisa de Hande era un mundo mucho menos bonito.
Ya me había ganado la primera bronca del día al comentar su post en Instagram de esa manera, así que no importaba ganarme la segunda consiguiendo una pequeña sonrisa por su parte. Así que saqué mi móvil, entré a IG y activé mi filtro, preparado para enfocarla.