Hande:
A pesar de todos mis miedos, de todas mis inseguridades, de todos mis “pero, ¿y sí…?”, Kerem había vuelto a tener razón. Como siempre.
No es que hubiese sido exclusivamente idea suya el hacerlo público, poder gritar abiertamente al mundo la manera en la que nos amábamos, no. Al contrario, siempre fue respetuoso conmigo, aguardando paciente a que tomase la decisión, sin presionarme, soportando leer como me relacionaban con distintos hombres y sin poder reír ante esos comentarios.
Kerem había tenido razón al decir que contarlo nos liberaría, pero yo había decidido cuándo, cómo y dónde.
¿Ahora? Ahora me arrepentía de no haberlo hecho antes, aunque era consciente de que no podíamos debido al contrato que habíamos firmado al empezar la serie, pero aún así… sí, me habría gustado decirlo antes, mucho antes. Quizás desde el primer momento en el que lo nuestro se hizo oficial, que la gente viese que había encontrado al hombre más increíble del mundo y que ese hombre me veía a mí de la misma manera.
- ¿Estás nerviosa?- atrapé a Maya en el aire y la coloqué en mi regazo, era abrumador el parecido que existía entre la niña y yo-
- Un poco- susurró con timidez. Era la primera vez que nos veíamos, y se comportaba de manera bastante vergonzosa, pero estaba segura que a medida que avanzasen los días todo eso cambiaría por completo-
- No tienes que estarlo, hoy solo vas a tener que correr en mi brazos- toqué su nariz con la punta de mi dedo y conseguí ganarme una sonrisa por su parte-
Maya me sonrió de oreja a oreja y le correspondí de la misma manera. De verdad, quién la hubiese elegido para interpretar el papel de Kiraz merecía un aplauso, incluso a mí me hacía llegar a imaginar que era nuestra hija, como si realmente esos 5 años hubiesen transcurrido y hubiésemos tenido a esa niña.
- Mi mamá me ha dicho que Kerem Bey y tú sois novios- contuve la sonrisa al ver como comenzaba a hablar con naturalidad- Es muy guapo, pero habla mucho y me da vergüenza.
- ¡Allah, allah! Pues deberás acostumbrarte porque a Kerem le encanta escucharse, y lo mejor de todo es que siempre tiene cosas interesantes y divertidas que decir- acaricio su pelo para colocarlo en su espalda-
- Es divertido, y me gusta mucho, pero…- miró la punta de sus dedos-
- ¿Pero…?
Casi como si tuviese algún sexto sentido que fuese capaz de detectarlo, súper que se estaba acercando a nosotras. Inevitablemente comencé a sonreír como una quinceañera que ve al chico que le gusta, y es que era imposible no hacerlo mientras sentía ese revoloteo de nervios en el estómago. Creo que esa sensación jamás desaparecerá, pase el tiempo que pase.
Pasó a mi lado y se detuvo frente a nosotras con cara seria y manos en los bolsillos. No pude evitar comenzar a sonreír como una tonta.
- Nosotros nos conocimos- comenzó a decir con voz dolida- No me quisiste y ahora mismo estás sentada en las piernas de Hande- apreté los labios, conteniendo la sonrisa, pero al escuchar a Maya fue inevitable.
- Si te quise- dijo con voz tímida-
- ¿Me quisiste?- el estado de ánimo de Kerem cambió por completo, adoptando ya la ligereza a la que estaba acostumbrada-
Extendió la mano en un puño a la espera de que Maya le devolviese el gesto, cosa que hizo de inmediato con toda la timidez del mundo pero visiblemente contenta con aquel gesto. La miré, enternecida por la interacción de quienes serían padre e hija en la ficción.
No puedo negar que muchas veces me había encontrado imaginando como sería tener un futuro familiar con Kerem, construir una familia juntos y ver crecer a nuestros hijos. Y sí, habíamos hablado de ello, con la certeza de que algún día eso pasaría… pero verlo allí, con nuestra hija ficticia, estaba calentando mi corazón de manera incontrolable.
- ¿Pero qué…?- dije yo, recordando como había terminado la frase Maya antes de llegar él-
- ¿Pero qué?- repitió Kerem, sin comprender nada y alejando la mano de ella para volver a introducirlas en los bolsillos-
