Perfectos.

4.2K 202 9
                                    

Hande:

¿Cómo podía dejar de sonreír? Era imposible hacerlo. Era imposible no dejar de ser feliz cada segundo del día. Era imposible evitar que mi cara doliese estando envuelta en tanta felicidad.

Y ver a Kerem con Mavi era un gran motivo para ser feliz. Después del paseo en canoa habíamos ido a recoger a Mavi a la guardería, y Kerem había sido el primero en avalanzarse a tomarla entre sus brazos mientras Caner se quejaba de ser el padre de la niña. A mí la escena me parecía cómica porque Mavi parecía preferir a mi novio que a su propio padre, o al menos eso parecía al verla reír mientras tiraba de su sombrero.

- Deberías cerrar la boca o comenzarás a parecer idiota, más aún- mi hermana me golpeó con el hombro y me sonrió con picardía. Desde que había llegado a las Maldivas no había parado de mirarme de esa manera, como si estuviese encantada de verme en este estado-
- No lo puedo evitar, es culpa suya- alcé la mano para señalarlo, pero ambos hombres estaban demasiado ocupados haciendo reír a mi sobrina- Es que ni siquiera se esfuerza en hacer las cosas bien porque le salen natural, porque realmente quiere hacerlas, y a mí me embriaga el pecho con una felicidad que jamás había sentido, Gamze- suspiré sin dejar de sonreír-
- De verdad, no tienes que jurar que jamás has estado tan feliz porque soy tu hermana y nunca te había visto en este estado.
- Porque creo que nunca me había enamorado, hasta ahora- confesé, notando el calor subir a mis mejillas-
- ¿Enamorada para casarte y tener niños?- mi hermana alzó las cejas y se puse entre Kerem y mi mirada- Porque si me dices que sí es probable que corra en todas las direcciones del hotel y me lance dentro del estanque de tiburones por tu culpa.
- Entonces… deberías empezar a correr antes de que alguien pueda evitarlo- le sonreí débilmente y noté aún más el sonrojo-

Gamze pareció querer comenzar a dar saltos de felicidad, pero por suerte para ambas se contuvo y solo saltó a mi cuello para abrazarme. Entendía que estuviese así, más aún cuando muchos meses atrás mi fiel discurso era el de no querer casarme o tener niños, con Mavi parecía estar todo bien para mí.
Ahora no podía evitar imaginar tener un niño o una niña con Kerem, que saliese con su pelo cobrizo y mis ojos saltones, quizás tan revoltoso como él aunque espero que con un poco de filtro, como yo.

- ¡Por fin, por fin!- los ojos de mi hermana brillaban con intensidad- ¡Es que por fin voy a tener la oportunidad de vengarme!
- ¿Cómo?- moví la cabeza sin entender su canto de victoria-
- Kerem es blanco, pelirrojo, de ojos claros… el universo me lo debe, y tu hijo se va a parecer a mí para nivelar la balanza.

¡Eso era!
Aún no superaba el hecho de que Mavi fuese una mini Hande y ahora le había dado un motivo para ser feliz durante una temporada.

Volví a reír con ella y dirigí mi mirada a Kerem, que ahora nos miraba con el ceño fruncido y una sonrisa mientras Mavi colocaba su cabeza en el hombro de mi novio. Definitivamente, algún día vería esta escena con un poco más de cercanía.

Kerem:

Inspiré con toda la fuerza posible y solté al aire por la nariz con lentitud.
No abrí los ojos, solo sonreí y apreté la mano de Hande mientras me dejaba guiar por aquel césped en dirección al comedor.

De la mano, Hande y yo, públicamente.
¡Oh, sí!
Esto era un gran motivo para sonreír.

- ¿Qué piensas, hayatim?- la voz de mi novia me sacó de mis pensamientos, así que abrí los ojos y la miré con dulzura, sin creerme al suerte que había tenido-
- En nada concreto, solo disfruto de la sensación de no tener que esconderme para poder agarrar tu mano- le sonreí de oreja a oreja y ella me correspondió de igual manera-
- A mí también me gusta esta sensación, pero más aún el hecho de pensar que nunca más vamos a tener que ocultar lo que sentimos el uno por el otro- me detuve en seco y apreté su mano para que también parase-
- ¿Qué sentimientos? Sí se puede saber- no podía verla a los ojos porque ambos llevábamos gafas, pero sí pude notar el rubor en sus mejillas-
- No juegues conmigo, The Bursin- me advirtió, enfrentándome y apretando el dedo índice en mi pecho-
- No juego.

HanKer One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora