ଘMOON DRABBLES DEDICADOSˎˊ-

🌙 Categoría Mafia

➼CITY RATZ !! JIKOOK

   El balazo dio en el cielo de la mansión, junto con un forcejeo violento, el más alto contra el suelo de ajedrez e intentando ganarle a su contrario, quien parecía gruñir por debajo de la mueca molesta. Le escupió en la cara y eso pareció darle la delantera, dando vueltas contra el suelo y la alfombra que se avecinaba, chocando contra la mesa de caoba barnizada que descansaba en el centro del salón principal. El candelabro parecía impertérrito ante la presencia de una pelea tan descarada, pero JeongGuk no se preocupaba de eso.

   Por debajo suyo, el jefe de la mafia contraria sonrió descaradamente, el terno blanco haciéndole brillar pristino como nunca y las mejillas del castaño encendiéndose en un rojo vivo. Y abrió la boca, mierda que le gustaba cuando se le ocurría engatusarle con palabras versadas y el tono de voz poético que lo bañaba profundamente;

   — ¿Sabes que simplemente podríamos dejar de pelear y casarnos de una vez? — relamió sus dientes.— Compartiríamos capital, no habría disputa por clientes, y nuestros proveedores ya no se verían en la obligación de ocultar que ganan dinero de los dos bandos enemigos.

   — No voy a creerte nunca. — le propinó un golpe en el rostro, y como siempre, su corazón se encogió en culpa. Lo que siempre terminaba sorprendiéndolo era la manera en que su ajeno se sonrojaba y comenzaba a apretar los labios, morderlos, mirándolo suplicante. Como si le gustara.— ¿Por qué debería creerte después de todo lo que me haz hecho, JiMin?

   — Honey boo, sabes muy bien que no he sido yo quien te ha intentado arruinar la vida.

   Nadie los rodeaba. Había sido un ataque sorpresa, en su propia casa, y JeongGuk sabía que JiMin no tenía ninguna clase de ventaja. Un chasquido de sus dedos y el menor de los dos podría matarlo si quería, con sus propias manos o a través de órdenes. Tragó saliva, recordaba la forma en que su madre le daba órdenes a JiMin cuando era pequeño y un sentimiento enfermizo le recorrió la garganta y la espalda.

   Inhaló y exhaló fuertemente.

   — ¿Lo sabes?

   — Lo tengo claro. — admitió, sentándose a un lado y llevándose las manos al rostro. Recuerdos de su infancia lo atacaron. El acuerdo de matrimonio entre él y una chiquilla que murió unos años después, la culpa que le echó a JiMin por ello a pesar de que no hubiera relación, el corazón roto y la venganza que quiso obtener cuando lo vió con alguien más e intentando quitarle el trono como el más grande mafioso del continente.

   Dejó la pistola de lado y la tiró hacia la pared, el metal arrastrándose sobre la cerámica, la expresión derrotada de su rostro más amarga que nunca. Pero a su vez… relajada.

   JiMin se irguió y, acercándose a él con movimientos de pantera negra, sostuvo su rostro desde el mentón. Fue cuando JeongGuk fue consciente de que sus respiraciones cálidas chocaban entre sí, de la mirada seria, del brillo que parecía emitir por cuenta propia debido a algo más allá de una pelea violenta. Tragó saliva pero…

    Pero cerró los ojos cuando se besaron por vez primera, y sobre todo, cuando los fuertes y delgados brazos de JiMin rodearon su espalda. Fue cuando se sintió seguro, y por una ocasión en su vida, decidió confiar en alguien más que no fuera él mismo o sus peones.

    — Al fin, imbécil.

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de AZURCAT para AmargoCoffe