Parte 13

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Saeko guio a su compañera a la sala de computación. Allí se encargaban de buscar y borrar los datos de los omegas que huían y les otorgaban una nueva identidad. También contaban con varios programas que mostraban, con tan solo colocar su nombre, saber si en algún momento alguien en la red hizo alguna búsqueda para dar con ellos.

- Kita, Aran- saludo Nozomi a los técnicos- tanto tiempo

- Nozomi, lo mismo digo

- Me alegro de verte- dijo Kita con una pequeña sonrisa- ¿en qué te podemos ayudar?

- Necesito saber si me buscan

Ambos técnicos se miraron entre sí y comenzaron a abrir los diferentes programas de informática. Una vez abiertos y preparados para las búsquedas, se levantaron y dejaron a la dama omega sentarse frente al computador. Junto con Saeko salieron de la habitación, sabían que era algo muy personal.

Allí se encontraba Nozomi, escribiendo aquel nombre que abandono hace catorce años. Suspiro mientras hacía sonar sus dedos nerviosa. Cerro los ojos y apretó "enter".

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Daisho se había quedado con lo que el heredero de los Kuroo haba dicho, el muchacho que buscaba quizás pertenecía una de las grandes familias, ¿pero porque tenía una foto con aquel omega? Había dos opciones, era hijo de una familia prestigiosa o era un don nadie. Si la primera opción era correcta su trabajo terminaba allí, no podrían cumplir con el trabajo encargado por Konoha, sería como cavar su propia tumba. Pero si resultaba ser un cualquiera, simplemente tenía que localizarlo y llevárselo a su jefe.

Para descartar las dudas se dirigió a la biblioteca pública. Allí en la sección histórica había información de las grandes familias que habitaban allí y a sus alrededores. Aquella ciudad, desde sus inicios había sido la cuna de grandes mafiosos. La corrupción y el mercado negro era tan viejos como la primera roca que levanto la ciudad.

El alfa comenzó a leer sobre las diferentes familias y sus ramificaciones; los Azumane, los Yaku, los Nishinoya, los Oikawa, los Sakusa, los Kuroo... y la ya inexistente familia de los Yamada, entre otras. No había nada de información que le indicara la identidad de aquel joven. Hasta que vio la información de los Yamada, esa sección estaba muy maltratada, al ya no haber descendientes la información jamás se renovó y quedo abandonada. Pero una fotografía sobrevivió, era una foto en blanco y negro, con fecha de 1930. Se veía a toda la familia, el padre, la madre, abuelos y los hijos, el mayor de los niños era tomado por los hombros por su padre. Daisho saco la foto que tenia del joven que buscaba, la coloco al lado de la antigua foto y se quedó petrificado ante la similitud. Era como ver a un viajero del tiempo

- ¿Pero qué mierda?

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Akaashi se encontraba en su habitación, estaba sentado en su cama, aun leyendo el libro de poemas. Seguía encontrando pequeñas anotaciones de su padre en aquellas hojas. Todas eran hacia su madre

- Realmente estabas loco de amor padre- se dijo a si mismo

Comenzó a preguntarse si el llegaría a ser amado como su padre amo a su madre y viceversa, o si él se enamoraría. De repente a su mente le vino la imagen del alfa bicolor, se sonrojo ante sus pensamientos. Ese joven le llamaba mucho la atención, y el saber que desde que se vieron por primera vez él estuvo en su búsqueda le genera una sensación rara en el estómago, pero agradable. Debía ser cuidadoso. Comenzó a dudar si ir el domingo al parque. Se dejo caer hacia atrás con el libro en su cara

Instituto Karasuno para jóvenes betas (haikyuu omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora