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MiLila: Acuerdate de los condones

Solecito: No seas bruta, hoy solo seran preliminares ¡estamos hablando de un profesional!

MiLila: Igualito que Kevin 🤣🤣🤣

Solecito: Menos mal que solo son 10cm porque sino estarías jodida 🍆🍆

Solecito: Joder si eres virgen, estas jodida de todas formas 😶

Kate: ESTAIS MUY SALIDAS LAS DOS 🙄

Salgo de la conversación. Solo hacían que ponerme aún mas nerviosa.

Yo sabía que el contrato me daba cierta seguridad. No iba a pasar nada, éramos solo dos personas pasando un rato juntos.

Dios.

¿Que iba a hacer todo un día con Enzo?

No habíamos ni mantenido una conversación de mas de media hora en el patio y protegida por mis amigas y ahora me tocaría aguantar su mirada un día entero.

Me pongo mis mejores vaqueros que desgraciadamente eran los que mas me apretujaban y una camiseta básica. No quería ir demasiado guapa ni que se creyera que me había arreglado para esa especie de cita.

Cojo la bolsa que Lila había preparado la noche anterior. Según ella no sabía sacarme partido y aunque fuese con un pijama una chica siempre debía estar sexy. Me dispongo a abrirla para comprobar que no haya unas esposas y un bote de lubricante cuando mi madre me llama desde el salón.

Eran las 10 de la mañana, el chico era puntual.

Cierro la bolsa a toda prisa y salgo.

-Pásalo bien pero con cabeza hija mía -ordena la señora Díaz.

Le doy un beso en la frente a ella y a mi padre y salgo. Enzo estaba apoyado en el coche. Iba con una camisa sencilla blanca y unos vaqueros. Hasta así de simple estaba para comérselo.

-Menos mal que no te pedí ir de etiqueta -se queja al ver mi poco animo para arreglarme.

Le ignoro mientras me coge la bolsa y la mete en el maletero. Entro y me pongo el cinturón. Estaba ahí casi por obligación y no pensaba ponérselo fácil.

El trayecto hasta su casa es bastante silencioso. De vez en cuando me mira pero no dice ni una palabra, lo cual me pone aún mas nerviosa.

Llegamos a su piso y deja la maleta en el suelo. Escaneo la casa y sigue igual. Recuerdo la ultima vez que pise ese sitio, en la maldita fiesta.

-¿Dónde voy a dormir? -le pregunto lo que llevaba una semana preguntándome a mi misma

-Pues si todo sale bien no dormiremos en toda la noche-. Sus palabras me estremecen y me pongo nerviosa. Se da cuenta y se ríe -. Es broma, recuerda que me has castrado legalmente.

La imagen de una noche sin dormir a su lado sigue pululando por mi cabeza.

-Muy gracioso -intento pensar en otra cosa.

-Dormirás en mi maravilloso y comodísimo sofá -señala esa enorme cosa roja.

Parecía cómodo, todo había que decirlo.

-¿Solo tienes una habitación?

-No, solo tengo una cama.

¿Tanto dinero y no podía comprar una cama para invitados?

-¿Por qué?

-Nadie duerme en mi casa.

-¿Y las gemelas?

-Las mellizas suelen dormir en mi cama -confiesa.

Mi parte celosa, que había descubierto que era una parte muy grande, se revuelve al oír eso.

Mi versión de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora