Tras unos años de vivir en pareja, solo les falta formar un lazo permanente. La vida era normal para todos. Pero, lo que comienza como una nueva ola de violencia en el país pronto se convierte en algo más siniestro. Tal parece que los instintos más...
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Flashback.
El brillo del sol al atardecer bañaba la ciudad en su totalidad, cubriéndola con sus bonitos colores anaranjados y rosáceos.
En una cafetería en particular, en alguna mesa del lugar, en el fondo, YoonGi esperaba pacientemente la llegada del bonito omega que tenía como pareja, a su cita de esa tarde.
No era que JiMin estuviera llegando tarde, solo que, él mismo estaba tan ansioso y emocionado por verlo que no pudo evitar llegar algunos minutos antes.
Sí...como unos 30 minutos antes.
El lugar en realmente hermoso, bastante romántico, ideal para una cita, pensaría él. Varias plantas colgantes en sus macetas yacían en las paredes o algún otro lugar, le daba un aire fresco y hogareño al establecimiento.
Levantó la vista por un segundo, notando a un apresurado omega caminar con prisa hacia él, no le fue difícil ver el bonito sonrojo que pintaba sus adorables mejillas que tanto amaba besar, suponía que estaba avergonzado por "llegar tarde".
Se puso de pie, levantándose de la silla donde anteriormente estaba para recibir a su pareja como se debe.
—L-lamento llegar tarde. — se disculpó por lo bajo el omega, realmente apenado. —¿Llevas mucho esperándome?. —Eso era lo que más le preocupaba, ¿qué pensaría el alfa de él ahora?.
—Oh...no. No te preocupes, no llevo más de un par de minutos aquí. —Sabía que eso no era cierto, pero, por cortesía, y evitar un lío de pensamientos, que estaba seguro, su omega estaría formando ya en su cabeza.
—Esta bien.
Con esas últimas palabras pronunciadas, casi como una costumbre, ambos se dirigieron a sus respectivos sitios en la pequeña mesa para dos, el alfa, ayudando a su omega a sentarse, en un acto de caballerosidad, siendo agradecido por una tierna sonrisa.
Así solían ser sus tardes juntos, cada vez que tenían tiempo y el trabajo no los absorbía disfrutaban de hacer cosas lindas y simples en pareja, así fuera, pasear un rato por el parque, alimentar palomas o patos, visitar la casa del otro y cocinar algo juntos, ver películas, o simplemente acurrucarse y darse mimos, eran momentos que ambos atesoraban y no cambiarían por nada.
El tiempo al lado del otro era el mejor, uno en lo que todo lo demás no importaba, mientras estuvieran juntos todo estaría bien, por qué iban a apoyarse mutuamente, sin importar qué, cuándo, cómo o porqué, lo harían, por qué estaban seguros de que su amor era algo puro, que sin duda querían que perdurara, por toda la eternidad y lo que viene después de eso.
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