Capítulo 9: Carrera y baile un poco heavy.

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Un jodido anillo con dos alas. Ahora, ¿dónde las había visto?¿había sido en el cuarto de Nates? No. Había sido en ese centro extraño, con ese tipo extraño que me decía cosas extrañas y eso.

El anillo era hermoso a decir verdad.

Mentira.

Me entraban ganas de vomitar de tan sólo ver el brocado de oro y las alas detalladas en el centro del objeto. Una pieza carísima de joyería. Tenía pequeñas piedras brillantes en los bordes, y el centro de oro era bastante grande, lo suficiente como para no ser incómodo, pero grande. Las alas estaban detalladas con mucho cuidado y se leía redondeando las alas "Scire capabilities, quae volabant." 

"Conoce tus capacidades, vuela alto"

¡Divertido! Ahora un lema en latín. Cómo me va  gustando esto. ¡Hermoso!

Sarcasmo, otra vez. Jodidos locos.

La curiosidad que sentía era terrible. ¿Por qué mi gótica compañera tendría algo que ver con una extraña secta de loquitos que vuelan y hablan latín? 

La cerradura de la habitación comenzó a moverse y yo cerré el cajón apurada. Metí rápidamente el anillo en mi bra(no se reían, tenía puesto el uniforme del colegio, no podía poner el objeto en otra parte) y trate de hacer como si nada. Sophie entró a la habitación y me miró con un poco de incomodidad al verme cerca de sus cosas. Su vestido negro tenía algunas tiras de seda en color vino y encaje negro. Una prenda envidiable, salvo porque ¡era puro negro! y era horrible, y daba miedo. Y podrían confundirla con una bruja tranquilamente. Es más, la forma en que sus ojos negro comenzaron a mirarme de arriba a abajo me dió terror.

- ¿Qué haces cerca de mis cosas, Smith?- preguntó- te dije que nunca jamás de los jamases te acercaras a mis cosas.

Remarco el "mis cosas" y yo tragué saliva. Se habrá dado cuenta de mi acción porque en ese momento se acercó y empujándome, abrió el cajón de su cómoda.

Tardó unos minutos en darse cuenta qué faltaba, pero fueron los suficientes como para que yo saliera corriendo. Corrí como loca por los pasillos del internado, la gente me miraba raro y como para no hacerlo, qué chica estaría fuera de su habitación cuando en realidad debería estar retocando su rímel cada dos horas para tener pestañas magníficas en el baile. No sabía a donde ir,porque si Sophie tenía algo que ver con esta gente, era obvio que sabría olerme o algo así.

Pensé en esconderme en la cafetería, pero había poca gente y me reconocerían fácil. Los salones no eran un sitio muy recomendable, y no podría ir a la habitación de nadie para que me protegiera. Así que lo último que me devolvió mi mente fue la azotea. Fácilmente podría meterme entre las macetas y mi olor se perdería por las flores y plantas. Así que apuré mi carrera hacía el patio trasero.

Por algún motivo, nunca había nadie en este patio. Comencé a correr las enredaderas para poder subir por la escalera. Trepé rápido pero con cuidado, obligándome a no mirar hacia abajo. ¿Les conté que le temo a las alturas?¿no? bueno, ahora lo hago. Le temo a las alturas. No estaba muy segura de por qué corría, ya que Sophie Jamie no podría hacerme daño. Pero algo en sus facciones, en ella me aterraba. No era una chica normal, a decir verdad y saber que tenía algo que ver con una jodida secta mágica me daba miedo. Una vez arriba me tiré entre una maceta gigante que tenía un potus dentro. Alrededor había muchas flores y, con suerte, pasaría inadvertida. Cerré los ojos y luego los abrí, saqué el anillo de mi remera y lo observé una vez más. ¿Qué significaba? Y mi compañera, ¿era del bando bueno?

¿Yo era del bando bueno?

No podía saberlo, había muchas cosas que no cerraban y muchas otras que me daban miedo cerrar. Seguía sin experimentar algún tipo de cambio sobrenatural, y eso era lo que más pánico me hacía sentir. Porque, ¿podría llevar una vida normal? Shawn no se veía extraño, porque sino no sería tan popular. Pero siempre resultó enigmático. Algo en su espontaneidad y su sonrisa tranquila no encajaba. Siempre tuvo ése dejo de secretos. Supongo que era parte de su élixir para encantar a toda la platea femenina. Y funciona. Oh, Dios, si que funciona. 

All the damn time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora