Capítulo 3: Así comenzó.

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Una vez que terminé mi cena, tiré el plato en un cesto de basura y me apresuré a dejar el patio. A esa hora, los maestros se iban y quedaban sólo los cuidadores que se ocupaban de que nadie se escapara del colegio. Tengo que admitir que no cumplían del todo su trabajo, ya que varios alumnos organizaban salidas nocturnas y se iban del internado como si nada. Pero bueno. Ya eran casi las once, y había muchas parejas entre los arbustos demostrándose su amor de formas poco pulcras. Iugh.

Una vez en mi habitación, me pusé el pijama y acomodé mis cosas para el día siguiente. Esta vez no planeaba llegar tarde. Me acosté y en cuanto mi cabeza tocó la almohada, caí en brazos de Morfeo.

n/a: no me hagan bullying,sé que decir eso es poco original. Let me be :( okay,sigamos.


-Gala,despierta, despierta, despierta...- Una voz muy parecida a la de Rosie me despertaba y sacudía de la cama...- ¡Smith,joder,ya casí es la hora! Despierta,mujer- Sentí unas gotas de agua por mi cara y luego un buen chorro frío en mi cuerpo.

-¡Mierda,Rosie! ¿¡QUÉ TE PASA!?No había necesidad de ser tan cruel, en serio.

-No llegamos a clase, ¡apúrate!- Tiró el uniforme en mi cara y agregó- ¡No llegas a tiempo para pintarte o peinarte!¡Vamos!

Otra vez, llegaba tarde. Me vestí corriendo,literalmente y me puse los zapatos como pude. Uno quedó sin atar. De vuelta, me arreglé el cabello con los dedos y tiré un peine y maquillaje a la mochila. Como pude, salí de la habitación con Rosie gritando lo impuntual que era y cómo me iba a comprar un despertador. 

***

-Terminando con las Invasiones Inglesas, este lunes habrá examen. Les recomiendo que estudien ya que es un tema muy largo y...- La profesora de historia hablaba y hablaba. Cada vez que agachaba mi cabeza para dormir un poco en medio de clase, Rosie me golpeaba en las costillas con su codo y así estuvimos toda la clase. 

Cuando sonó el timbre, aproveché a embellecerme un poco. Me peiné, apliqué delineador y máscara de pestañas y apurándome porque mi mejor amiga quería irse, me puse brillo labial.

-Mierda Gala, tardas tres siglos en maquillarte,joder- Tomó mis cosas rápidamente y las metió como pudo en la mochila, casi se cae todo,sin cerrarla ni nada, salió corriendo seguida por mí. 

Luego de las dos horas de Biología, y otras dos de Educación Física, entramos al comedor. Opté por una ensalada y me senté con Rosie en nuestra mesa. Los chicos todavía no llegaban. Luego de comer, y de escuchar a la chica hablar de su novio, decidí que lo mejor sería arreglarme dado a que el sudor en la clase de Gimnasia que la profesora nos había dado, me hizo sudar hasta partes que no deberían sudar. 

Tranquilamente, fui hasta el baño del gimnasio, y me paré frente al espejo del fregadero. Rosie siempre decía que tenía que estar linda si quería un novio. Puta superficial, pero juro que la quiero. En realidad, el amor de mi vida es Shawn, pero por supuesto que Señorito Popularidad no me miraría ni aunque tuviera el trasero de Kim Kardashian. Así que técnicamente, por el momento estoy negada a tener un novio, un affair o algo por el estilo. No y no. 

Había soñado tantas veces con que Shawn Nates entre por el pasillo, estando apurado ya que no llegaba a sus clases de Rugby y sin querer, chocara conmigo. Tiraría mis libros y apuntes, y avergonzados, ambos trataríamos de levantarlos. En un momento, nuestras manos se rozarían tratando de alcanzar algún papel y con el tacto, levantaríamos la mirada y nos observaríamos por un instante a los ojos. Luego de eso, seríamos como esas parejas tan empalagosas de televisión y no nos separaríamos nunca. Tendríamos hijos, una casa alejada de la ciudad, cerca de la playa y un perro blanco que mueva su colita así y...

Mierda. No encontraba mi brillo labial.

Fui al gimnasio y busqué como loca. No estaba bajo las gradas, ni en el armario de pelotas. Corriendo, busqué mi brillo en el comedor. Pero otra vez, no estaba. Abrí la mochila y saqué las cosas, no quería perder mi labial, era mi favorito y el único. Encontré apuntes y un chicle. Pero no el asqueroso tubito de brillo labial rosa. Dejé de ser un trébol de cuatro hojas en ese instante. Metí los papeles en la mochila y comí el chicle. Oh, sí.

Pensando, quedé en que la única opción factible era que Rosie hubiese tirado mi labial cuando metió las cosas tan apurada en la mochila y que debía estar en el aula,tirado por ahí.

Caminé por el pasillo, en realidad, troté. Sé que es una acción muy desesperada por un asqueroso brillo labial pero, ¡no podía comprar otro! No salgo seguido de este criadero de idiotas y cuando salgo, es de noche, así que debía recuperarlo rápido. Y con rápido, me refería a ahora.

Entré muy cuidadosa al aula. Generalmente, luego de clases, Henry -el conserje- entra a los salones a limpiar la mugre y todo eso. Es un tipo muy maleducado, y suele ser descortés. Si entraba corriendo y casi muerta, me hubiese gritado todos los insultos que supiera en su escaso vocabulario. Pero no. No había conserje, ni escoba, ni nada natural a ese horario. 

Asustada por lo que veía, me tiré al suelo y gatié al fondo de el aula. Y observé. 

Un chico, de espaldas a mí, estaba rodeado por una inmensa luz violeta. Un violeta totalmente profundo y brillante. A la vez que la luz rodeaba y avanzaba en la sala, el chico gritaba unas extrañas palabras en... ¿inglés? no,¿alemán?... el adolescente se notaba confundido y asustado ya que exclamaba esas palabras en su extraño dialecto con un tono desesperado. Alzaba las manos y las bajaba, tirando rayos de luz blanca por todo el lugar. En realidad era aterrador, comencé a sudar como nunca antes lo había hecho. El chico gritaba de frustración y luego se dió la vuelta:

-¿¡QUIÉN MIERDA ANDA AHÍ!?Exclamó. Mis ojos casi se salían de las cuencas por la sorpresa. Era Shawn. -¿¡qué quieres!?me miró con los ojos llenos de rabia mientras se acercaba-¿¡quién carajos te ha enviado,eh!?- Me tomó por el borde de la camisa y me levantó hasta su altura. Justo cuando abría la boca para gritarme se percató de mi uniforme. Y volvió a intentar abrir sus labios y decir algo, cuando otro rayo de luz atravesó el aula y nos arrojó a ambos al suelo.

-Mi querido Nates,¿otra de tus noviecitas? qué bonito verlos- Un hombre calvo, con una barba blanca, nos miraba con los ojos inyectados de sangre.-será una experiencia traumática para tu amiguita verte morir aunque...- Observó su mano y esbozó una horrible sonrisa antes de volver a hablar- ¡quizás pueda vengar a mi sangre si la mato!

¿¡QUÉ!? Una vez más, el rayo de luz cruzó el aula y me golpeó. Fue el golpe más grande de mi vida. Una piña con todas las letras. Sentí mis huesos astillarse y chillé de dolor. Antes de caer al suelo escuché la gloriosa,aunque desesperada,voz de Nates gritando "¡No!" . Traté de abrir los ojos, pero no pude. 

Sentí como el asqueroso hombre reía y como ese salía de la habitación, despidiéndose de Shawn y diciendo algunas mierdas más. Toda esta mierda por un mugroso labial y en menos de veinte minutos. 

Escuché las rodillas del chico apoyarse junto a mí en el suelo. Sentía un dolor horrible, agonizante, pero no estaba muerta. Podía darme cuenta de que sólo era una contusión. Y quizás algún que otro hueso roto(eso rimó).

-Hey, hey, ahm... despierta, por favor...Unas manos me sacudían levemente- no estás muerta, así que sacude tu trasero y levantate... hmm...por favor.

Abrí los ojos lentamente y lo observé, sin dudas, estaba confundida.

 (Shawn Nates en multimedia)

All the damn time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora