Capítulo 7: ¿QUÉ?

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Observé como el rayo salía de mi cuerpo e iluminaba las paredes de la habitación. Todo estaba cubierto por ese extraño brillo azul. Toqué mi torso, en donde el moretón debería estar y sólo pude sentir como ardía y quemaba a la vez. Como si hubiesen puesto una lámpara en mi interior. Y sí que quemaba, aún peor que cuando tocas una lámpara real.

Y yo seré rubia, pero no tonta y supuse que todo esto era obra de la mierda de ayer. Luego de ver un pequeño show de luces no sería extraño que toda esa cosa se me haya contagiado. Y para saberlo, debía encontrarme con el responsable de esto: Shawn Nates.

¡Por supuesto que quería ir a su habitación!¡Tenía muchas ganas de ver como se reía de la libreta rosa e infantil que mi prima le mostró! 

Espero que noten el sarcasmo. 

Me dejé el pijama(que era una una musculosa *camisa de tirantes* blanca y un short de pijama azul cuadrillé). La luz traspasaba la ropa y seguía brillando. Traté taparla con mi mano, pero era imposible ya que los destellos salían de la tela y volvían a iluminar todo. Me saqué la remera como pude y con desesperación cubrí mi jodido torso con la sábana para volver a poner el pijama como estaba. Parecía que tenía como seis kilos de más, pero la luz casi no se notaba.  Rogué para que los monitores no estén dando ninguna ronda por este piso ni por el segundo, que es el de Shawn. Y salí. Descalza como estaba y con la sábana rodeando mi abdomen caminé por los pasillos con mucho cuidado. Las pocas veces que vi al cuidador este estaba muy distraído silbando una canción  de moda como para observar a la niña que caminaba pegada a las paredes. 

Una vez arriba sólo tuve que buscar la habitación 456. Shawn tenía un cuarto para el solo. Son los beneficios de ser jodidamente rico. 

Toqué tres veces. Secas y cortas. Y escuché como el muchacho gritaba un "joder" apenas audible y se levantaba rápido, sentí varias cosas caerse en la habitación. Creo que Nates estaba esperando a alguien. A alguna de sus zorras personales, quizás. Vi a un adormilado Shawn Nates abriendo desesperado la puerta y con los ojos cerrados decir

- Lo siento señor es qu...- Ahí se dió cuenta de que una chica lo miraba de arriba a abajo con una mueca de odio. Hola, sí, era yo. Todo mi amor se fue en el momento que me convertí en una maldita lámpara azul. La sábana se había caído y ahora la luz iluminaba el pasillo. Menos fuerte que antes, pero aún así estaba y a decir verdad, tenía miedo.

Es que, sólo piensen, si te despiertas a las cuatro de la mañana lo único que esperas es pegar la cabeza a la almohada y volver a dormirte. A lo sumo, tener medio cuerpo fuera de la sábana, estar en el piso ¡me hubiese dado menos miedo despertarme con un tipo a mi lado! Pero no. Estaba brillando, y no me olía nada bien. Sentía los problemas venir, de a poco. Por supuesto que nada lindo.

El chico abrió los ojos como platos al reconocerme. Y sin decir una sola palabra me empujó dentro de su habitación. Una vez que cerró la puerta, se rompió en carcajadas.

Mientras intentaba contener las ganas de tirarme encima de él y golpearlo hasta que le sangre la nariz, observé la habitación. Paredes verdes, pósters de autos, libros tirados en el piso, la cama "ordenada" (se notaba que estaba hecha recién y rápido),un brassier*,paquetes de condone... bueno, ya vi mucho.

Shawn seguía descostillándose de la risa. Otra vez, intenté controlar mis instintos asesinos y sólo me crucé de brazos, haciendo que el peso de mi cuerpo recaiga en mi pierna izquierda y lo miré.

-¿Se puede saber de qué te ríes?- Solté. No me hacía gracia alguna.

- Es que... -volvió a reir- eres la chica obsesiva, de la agenda rosa- intentó contener una carcajada y se puso rojo- lo siento es que me causa gracia ¡es divertido,admítelo! 

All the damn time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora