El señor Kwan suspiró mirando la iglesia frente a ellos.
Tenía que ser una broma. Los novios fugitivos se iban a salir con la suya.
Era demasiado tarde para ir a un refugio, además no se atrevería a hacerlo dada la situación de los niños.
Un alfa y un omega que aún no sabían colorear sin salirse de la raya. Una locura.
Tampoco podía ir a su callejón habitual porque acababa de huir de ahí. La iglesia era su otro lugar para pasar la noche resguardado del frío.
No le gustaba del todo, el eco, los ojos vacíos mirándolo desde todas direcciones, el olor amizclado a madera e incienso. Era aterrador.
Suspiró de nuevo y empujó el carrito suavemente hasta atravesar la entrada trasera del edificio rogando porque los niños no despertaran.
Se estremeció cuando golpeó una banca haciendo trastabillar el carrito. Los niños siguieron durmiendo.
Avanzó hasta su lugar habitual, se aseguró de que los niños estuvieran bien cubiertos con el periódico, puso cartón para sus perros y finalmente, después de un largo día se acostó sobre una banca dura pero limpia y dejó que sus músculos se relajaran.
Pero no podía sacudirse esa sensación de ser mirado y juzgado. Entreabrió los ojos y encontró unos orbes grandes y oscuros mirándolo desde el carrito.
"Qué haces despierto? Vas a despertar a tu amiguito, anda, duerme." Susurró.
El niño se paró tambaleante. "Esto es una iglesia." Sonrió mostrando unos dientes frontales grandes.
"Si, y?" Preguntó irritado. "Duerme, niño. Tu amigo está durmiendo y lo vas a despertar."
"No es mi amigo! Es mi novio!" Reclamó haciendo eco.
Una cabeza castaña apareció tras de él. "Dónde estamos? Papi?" Preguntó adormilado.
"Mierda." Murmuró entre dientes levantándose. Él nunca había tenido hijos, sus conocimientos sobre niños eran nulos. Cómo se dormía a dos niños pequeños problemáticos?
"Jin, estamos en una iglesia! Llegamos!"
Eso despertó completamente a Seokjin. "Vamos a casarnos!"
"Vamos a dormir." Interrumpió el Sr. Kwan.
"Señor, puede ayudarnos a casarnos?" Preguntó Seokjin haciendo sus mejores ojos de cachorrito. Esos que hacían que su padre moviera cielo, mar y tierra.
El Sr. Kwan bufó. Esos trucos no funcionaban en él.
Pero la verdad el niño era adorable. Estaba sucio pero aún se podía ver el sonrojo de sus mejillas redondas y tersas. Y ese debía ser el puchero más pequeño y regordete que había visto en la vida.
No podía creerlo. Iba a ayudar a estos niños a casarse.
"No, no, no." Sacudió la cabeza mientras limpiaba la nariz del pequeño Omega.
El otro niño refunfuñó dando pisotones. "Pero en todas las películas hay besos en las bodas."
"Número uno, tu novio tiene un resfriado y si lo besas lo vas a pescar. Número dos, solo los adultos se besan. Número tres… No hay número tres. Intentemoslo de nuevo." Era el tercer intento de esta boda infantil falsa, pero el pequeño Alfa no dejaba de interrumpir preguntando por el beso.
Se alejó un poco de ellos y los miró tomados de la mano, adormilados, sucios, resfriados y lejos de casa. "Ustedes en verdad quieren esto, verdad?" Quién era él para quitarles la ilusión? "Comenzamos con la ceremonia." Anunció solemne.
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PRECOZ
FanfictionJungkook es un pequeño Alfa precoz que ha encontrado a su Omega. El relato de una pareja destinada que se encuentra más pronto de lo esperado y como crecen uno al lado del otro y los problemas que provocan en el proceso. Super fluffy, tal vez uno qu...