La primera noche en un sitio completamente diferente al que acostumbras siempre es difícil, y si le sumamos el hecho de que la mitad de los inquilinos me ven como si fuera una cucaracha a la que se resignaron a soportar lo hace casi insoportable. Las pocas horas de oscuridad que quedan pasan lentas y con gruñidos provenientes del patio.
El eco del miedo no hace más que resonar en mi cabeza. ¿Realmente estaré bien aquí? ¿Qué era lo que me quería decir Kirishima que no pudo terminar?
-¿Me vería muy atrevida yendo a su aula? -Me cuestiono en voz alta mientras giro en la colcha prácticamente plana en la que reposo. Es vieja, huele a humedad y sudor. Resulta desagradable, pero es mejor que estar en el suelo con gotitas de sangre seca esparcidas.
La luz de la luna me da directo en la cara, y no tengo nada con que tapar mi rostro, ellos se quedaron con mi sabana, o más bien ella, ya que la tal Ashido aludio que su aula era muy fría últimamente.
No puedo dormir, giro por toda la colchoneta al encontrarla incómoda.
Hacía unos días apenas y podía encontrar un lugar seguro para siquiera descansar unas horas y continuar; ahora tengo un aula entera para mí en un edificio asegurado con más gente acompañándome. Incluso no tendría porque preocuparme si la pequeña despensa que cargo en mis hombros me durará una semana. Ya no cargo con mi propia supervivencia sola... Y sin embargo me siento aterrada e inquieta entre estás paredes.
Mis brazos caen rendidos a los costados mientras mi cuello se gira lentamente a ver la enorme luna que me acecha chismosa, como queriendo ver mi cordura irse.
Huye.
Cada parpadeo es cada vez más tardado.
Saquea la cocina y corre.
-Pero ya no tengo fuerzas. -Murmuro mientras la luz enceguece mis cansados ojos.
Mátalos a todos.
Me siento de golpe en la colchoneta.
-No. -Jalo mi mochila y busco mis pastillas para dormir, abro el frasco y con la poca agua que me quedaba en el botellon que el peliverde me obsequio, la trago, escurriendo hilos por las comisuras de mi boca-. No puedo desconfiar. Al menos no de Kirishima.
¿Y Midoriya?
Ignoro la voz en mi cabeza y me acuesto boca abajo.
-Debo irme de aquí.
Eso suena cuerdo.
-Pero... Ya que estamos aquí... ¿Por qué no visitar su bodega?
Buena esa. Seguro deben tener medicamentos a resguardo, además de que no estaría mal que aprovecharás brevemente una comida recién hecha, tomar un poco de leche, o comer carne.
-¿Debo esperar a mañana entonces?
Claro. Incluso, para un grupo así de meticuloso, seguramente deben haber encontrado algo más valioso durante sus expediciones o al robarles a las otras almas desgraciadas que se toparon con ellos y les hicieron lo mismo que a ti.
-¿Más valioso que la comida? ¿Como qué?
Armas.
Mis ojos se volvieron a abrir.
Pero para conseguir aunque sea un poco de munición debes ganar la confianza de ellos, sobre todo del líder o también del cabeza dura que parece estar en constante tensión con el peliverde.
-No creo que tengan. Es decir, son estudiantes comunes y corrientes como yo.
Y tú aún así tú tienes una. ¡Vamos! Tú misma te fijaste en la estación de policía que estaba a medio camino cuando te arrastraron con ellos, ¿en serio crees que lo han pasado por alto?
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Compañeros Peligrosos [BNH x Lectora]
FanfictieEl apocalipsis zombie comenzó. Tú eras alguien solitaria y sin grupo que vagaba en busca de alimentos e intentando sobrevivir sin nadie a tu lado... hasta que diste con ellos. Pero cuidado, algo no anda bien desde que te uniste a su grupo de supervi...