Capitulo 3: Soportando mi mente en el infierno

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-wow¡ va a llover. llegaste 10 minutos antes de que toque la campana  -me dijo Alicia con impresión-

Era cierto, había llegado temprano al infierno, que cosa¡

-je, tal parece  -respondí nerviosa-

-vamos a dejar las mochilas?  -dijo señalando la puerta del colegio con su cabeza-

Apreté mi mochila contra mi pecho.

-si, si, vamos  -forcé una sonrisa, la verdad no quería ver a los idiotas que estaban detrás de la puerta-

Al cruzar las puertas, era ver papeles volar, los pasillos llenos de mugre  -eso significa que las porteras olvidaron su trabajo-

Cuando tenia el picaporte del Aula 10, mi aula, una asquerosa bolita de papel babeada se pego sobre mi mejilla. –asco¡-

-linda…

-dios, pero que asqueroso¡ -exclame-

Pero bueno, no podía esperar menos de Agustin, total, su presencia ya era asco para mi.

-hola¡  -exclamo Agustin, quien estaba recostado sobre la pared, pared que estaba al frente del aula-

-hola? Eres un asqueroso   -exclamo Alicia acercándosele -

-wow¡ colorada no te metas  -dijo Agustin dándole un pequeño empujón-  el temita es con la vaquita nerd

-vaquita nerd?

-tu la conoces como “Magali”

-oye amigo  -dije parándome de espaldas a Alicia y frente a el-  de verdad te crees que me importan tus estúpidas palabras¡  -exclame dándole un empujón-  toma¡  -y le pegue la bolita de papel babeada en la frente-

-vamos –Alicia tomo mi mano y me llevo al salón-

Ok, ok, sinceramente, me disgusto que me dijera “Vaquita nerd”, pero no iba a mostrarme débil frente al enemigo.

En el colegio tengo buenas notas, no llevo problemas a casa, y al parecer estoy un tanto gordita, y por eso soy una “Vaquita nerd” pero al menos esta vaca nerd no se quedara en el mismo año hasta cumplir los 80¡

-estas bien?  -me pregunto Alicia sentada en mi mesa-

-y… mis pulmones reciben y liberan bien el oxígeno, mi corazón late y bombea sangre, sangre que va a mis venas. No se me detecto ninguna enfermedad…asi que… se podría decir que estoy bien  -respondí acomodándome en mi silla-

-hablemos de otra cosa, para olvidar lo de recién  -me dijo con animo-

-claro¡  -exclame sin ganas. Mi vida, esas palabras no se me van a olvidar-

-bien, que comiste?  -enserio?, tenias que preguntar eso?-

-sandwiches  -respondí-

Esta bien, no los comí, pero no iba a dejar que lo sepa, es decir, preocuparla?, para que?, no tenia sentido. Además, no pasa nada grave por no comer un solo día. –el pesar así era estúpido-

La campana sonó, todos al salón. El escandalo de ver entrar corriendo y empujado todo a su paso a mis compañeros, era una estampida, una estampida de alumnos retrasados. Acepto que no soy la persona mas puntual, pero vamos¡, yo no hago volar mesas.

Había notado que la mesa que se encontraba a mi lado estaba desocupada, allí solía estar una chica, Stephanie. Muy buena, se veía en ella que tenía un corazón de oro. Cuando llegue y no conocía a nadie más que a Alicia, ella me recibió con calidez, mientras otros m miraban como a un bicho raro.

-alumnos, hoy les presento a un nuevo compañero  -dijo el profesor de geografía-  Bruno…

-profe, con respeto, les aseguro que no quieren saber mi nombre, menos las chicas, no creo que quieran saber mi nombre  -dijo el chico dirigiéndose al la mesa desocupada al lado mío-

El tenia el pelo castaño, ojos café, vestía el uniforme, un camisa blanca, corbata roja y jeans.

-hola bombon  -le dijo a Alicia guiñándole un ojo-

-hola –que fría estaba Alicia, por favor-

Durante la clase nos dieron unas preguntas y unos libros. No eran complicadas, pero mi cabeza estaba en otra cosa, en esa pesadilla, en esa chica, en mi.

-hey  -me dijo Bruno-

-ah¡ que? –reaccione, me di cuenta que no respondi nada-

-me pasas la 4?  -susurro-

-claro, dame el libro

El me lo dio.

-listo  -y le devolví el libro-

-pero no marcaste nada  -dijo el revisando-

-el libro esta abierto?  -pregunte mientras respondía en mi hoja-

-si

-entonces marque lo suficiente  -respondí con seriedad-

Me levante y le lleve mi hoja al profesor. Luego volví derechito a mi silla.

-lee un poco, a ver si se activan tus neuronas

No quería ser mala, pero no me agradaba para nada. Se parecía a Agustin, un cara bonita, pero de seguro tenía una personalidad del asco.

El profesor salio unos momentos para ir al baño, el decirnos eso no era necesario, sinceramente.

En mi cabeza pasaba lo que me había dicho mi padre, en como me defendió mi madre, y en lo que me dijo la chica esa. Mientras recordaba cada parte de ese sueño, no podía dejar de tocar mi panza.

“será… que en algún momento… esta montaña se caerá?” pasaba por mi cabeza.

Toco la campana del recreo, el profe no había vuelto, pero eso no evitaba que se fueran todos al patio. Como siempre, me senté en la mesa junto a la ventana.

-quieres algo?  -me pregunto-

-un agua  -respondi-

-yo te acompaño, pelirroja  -le dijo Bruno detrás de ella-

-yo se donde debo comprar  -respondió Alicia-

-pero yo no, debes enseñarme, soy el nuevo –si, el nuevo, el nuevo idiota diría yo-

Al final, Alicia cedió de mala gana.

Mirando para afuera, decidí cerrar los ojos y escuchar el silencio que había en el salón. Pero, fue por poco, porque escuche a mi estomago gruñir. Silencio en el salón, ruido en mi estomago.

Mi estomago se estaba comiendo a si mismo. Tenia mucha hambre, pero mi cabeza decía “es lo mejor, esta bien”.

La verdad, se ve que tenia muy baja el autoestima para estar muriéndome de hambre. La voz en mi cabeza repetía “gorda, asi esta bien, vas a estar bien, tranquila, yo estoy contigo”

-cuanto tiempo mas?  -me pregunte dentro de mi, aguantando las lagrimas que querían salir-

-hasta que me canse?  -me respondió-

-y eso cuando va a ser?

-no lo se

Mi amiga AnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora