Capitulo 4: Aguanta.

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-aquí tienes  -me dijo Alicia con la botella de agua frente a mi-

-gracias  -respondí-

Yo no tenia sed, solo era para que mi estómago sintiera algo.

A la salida, nos fuimos caminando juntas, ella vivía a unas cuadras a la vuelta de mi casa, es decir, ella doblaría y yo seguiría. Estaba un poco nublado ese día, así que no quería perder mucho tiempo. Me gusta la lluvia, no me gusta cuando viene de golpe y me empapa como si hubiese nadado en las aguas profundas. Como si el cielo de la nada me enviara un baldazo de agua.

-y que paso con Bruno?  -pregunte para romper el silencio entre nosotras-

-se canso de andar siguiéndome

-qué?

-antes de llevarte el agua fui al baño, pero no fui sola, ni con una chica  -ella revoloteo su vista-

-no me digas que…

-así es, ese tipo me siguió al baño

-se esmera mucho

-ya le deje en claro que no lo vuelva a hacer

-ja que has hecho?

Justo en ese momento doblo, y no me respondió, solo giro su cabeza hacia mi y me dio un guiño.

Yo seguí mi camino, pero alguien me tomo del hombro.

-si quieres te acompaño  -dijo Bruno-

-no es necesario. No voy a perderme yendo a mi casa, no mas que tu  -ni siquiera lo mire para responderle, mi cabeza seguía fijamente al frente-

-ja no respondes mirando a la gente?  -me pregunto-

-eso es dependien…  -no termine de decir la palabra porque me di vuelta-

-que? 

-jajaja oh, por Dios, que te paso en la cara?  -me causo gracia, tenia un moretón en su ojo-

-nada importante

-Alicia? 

-puede ser

Alicia puede ser compañera y todo, pero nadie quiere verla enojada, y este tipo la vio así.

-eso te pasa por acosar  -me di vuelta y seguí caminando-

-pero vaya que es linda

-cierto¡  -exclame, parece que quedo atontado, ya que no noto que a estaba un tanto alejada de donde estaba el-

El corrió hacia donde estaba yo.

-dame su número  -dijo frente a mi-

-tírate a un pozo, ya no tienes oportunidad  -dije pasando a su lado-

-y tu que sabes?

-créeme, lo se  -acabas de recibir un golpe de ella-

Termino acompañándome a mi casa.

-ok, aquí nos separamos  -dije antes de cruzar el portón-

-no vivimos tan lejos del otro

Al parecer el vivía 3 casas mas delante de la mía.

-a que hora mañana?

-de que hablas?

-nos vamos juntos?

-matate  -Ternura nivel: Magali-

Soy súper tierna, lo se. No quería ser mala, pero no me caía nada bien. Al cruzar la puerta de mi casa, Dani vino corriendo hacia mi, mi perro hermoso. Estaba subiendo a mi cuarto, pero…

-hasta que llegaste  -me dijo mi madre sentada en la sala-

-que raro que estés a esta hora  -en serio, que raro-

-ven a merendar

-no tengo hambre  -me moría del hambre, era capaz de comer un McDonald’s entero-

-tienes que comer algo, estuviste todo el día fuera de casa  -me dije ella llevándome a la cocina-

-ay mamá

Mi mama me preparo una chocolatada y tostadas, muy ricas, pero no me llenaba, en todo sentido. Mi autoestima bajaba mientras tragaba las tostadas, por otro lado me sentía bien, llevaba rato sin comer.

Luego de eso me fui a bañar. Entre al baño, cuando me saque la ropa me mire al espejo, podía ver rollos en mi  -rollos que ni siquiera estaban-. Se me fue imposible no quebrarme en silencio. No importa el físico en otras personas, pero en mi… me afectaba.

El agua caía en mi cuerpo, y mientras me enjabonaba el cuello, llegaba un poco mas arriba, con mis dedos hacia una especie de masaje para sentir la masa en mi. El pensar en lo que comí era solo torturarme. “Fue un error” pasaba en mi mente. Luego, las gotas del agua de la ducha no fue lo único que caía, mis ojos bañaban mis mejillas.

Cuando salí de la ducha, me envolví con una toalla morada. Apreté mis palmas en mis ojos, para parar un poco las lagrimas, y justo me di cuenta que… me olvide la ropa que me pondría. Por suerte el baño esta cerca de mi cuarto. Salí, en frente la habitación de mi madre, y entre medio, al final del pasillo, mi cuarto. Abrí el armario buscando que usar. Me vestí con una remera blanca, y un pantalón negro. No me importo estar despeinada, total, en mi casa solo me vería mi madre.

Tome mi mochila, saque papel y boli, y empecé a terminar mi trabajo de historia. Prendí mi laptop para entrar en Wikipedia, ya que no tenia libros que hablaran de Napoleón.

“Napoleón había dispuesto en su testamento el deseo de ser enterrado a las orillas del Sena, pero se le dio sepultura en Santa Elena. En 1840, a instancias del gobierno de Luis Felipe I, sus restos fueron repatriados. Trasladados en la fragata Belle-Poule, se depositaron en Les Invalides”

-gracias Wikipedia  -susurre a la laptop-

Empecé a tener ansiedad, quería chocolate, pero preferí bajar a buscar jugo. Fui a la heladera, y vi que mi madre compro dulces. Estaba súper tentada. “respira hondo y busca la jarra de jugo” sonó en mi cabeza. Tome la jarra, me serví jugo en un vaso de vidrio, pero no me sacio, asi que tome un sorbete, la jarra y fui a mi habitación.

Me tumbe en la cama, y deje la jarra en mi mesa de noche. Pase mis manos por mi cara, arrastrándolas hasta mi cabeza, dando varios suspiros. Conteniendo el llanto, las lágrimas que querían salir por  el sentimiento de culpa al comer. Tenia que controlarme, no quería preocupar a mi madre, pero mis sentimientos decían “llora, llora, llora¡” , era muy complicado. –Era una mierd*-

Tome mi celular, los auriculares, y cerré mis ojos. Puse las manos en mi estomago, trate de no llorar, pero admito que una que otra lagrima escapo. En esos momentos, fuerza me faltaba, fuerza en mis ojos, para que pudieran contener ese liquido.

Mi amiga AnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora