Capítulo 7

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ETHAN

No puede ser verdad.

Para asegurarme de que no estoy delirando, salgo de mi habitación hacia el balcón y efectivamente era ella.

Kavya.

Dios mío, de todas las vecinas que me pudieron hacer tocado ¿Por qué me enviaste a la chica que odio? ¿Por qué?

Parece que su sorpresa es la misma, porque se encuentra al frente mío parada sin decir nada, pero no es ella ni yo quien empieza a hablar.

-Kavya me los imaginé guapos, pero no Dioses griegos- comienza a decir una voz proveniente de su celular.

En este instante mi vecina se enrojece como un tomate y regresa a mirar a su celular para reprochar a la persona al otro lado de la pantalla.

-¡Mía!- reprocha

-¡Ay Kavya por favor, solo míralo, si parece sacado de una historia de Wattpad- termina por decir.

-Lo siento pequeña, no puedo estar más de acuerdo con ella- dice otra voz.

Kavya, regresa a verme para comprobar lo que dichas voces dijeron y mi diversión a su vergüenza es tan grande que no puedo evitar soltar una carcajada tras los halagos de las chicas tras la pantalla.

-Las llamo luego- fue lo último que dijo Kavya antes de colgar.

-Muy simpáticas, no se parecen a ti - agrego para provocarla justo cuando parecía dispuesta a darse la vuelta.

-¿Disculpa?- pregunta bastante sacada de onda.

-Si, ya sabes, ellas no son gruñonas como tú- contesto.

-Yo no soy gruñona- contesta cruzándose los brazos en una posición que daba más ternura que cualquier otra cosa.

Kavya tenía una cara bastante angelical pero una mirada bastante intensa que lograba intimidar a cualquiera, al momento de contestarle recién me fijé en lo que traía puesto. Un pijama. Pero no un pijama cualquiera, era un pijama de conejito el cual consistía en un buso con capucha de orejas y un pantaloncito diminuto, el cual formaba perfectamente su cintura y su trasero.

¿Esta niña estaba consciente del efecto que provocaba con ese pijama?

Llamen a los bomberos.

No sabía si para ella o para mí.

Al darse cuenta de que la estaba examinando de arriba abajo, vi como sus mejillas se teñían de un rojo escarlata. ¿Tenía vergüenza? ¿Por qué? Con lo bien que le quedaba ese pijama.

Es porque te la estás comiendo con la mirada, idiota.

¡Oh! si claro, lo siento.

-Deja de ver mi pijama- protesta avergonzada.

-Estoy pensando en que te vas a enfermar por ir con eso para dormir- le digo para disimular un poco mi atrevimiento.

-Lo dice el chico que se encuentra sin camisa y con pantaloneta- contra ataca.

Así que ella también me estaba examinando.

Interesante.

-Yo nunca me enfermo- es lo único que se ocurre decir en aquel momento.

¿Por qué era tan difícil hablar con ella? Tan sarcástica y fría a cualquier contestación, realmente me odiaba más que yo a ella.

-ajá como digas, ahora si me disculpas estoy ocupada- dice

-¿Escuchando a tus amigas hablar de lo guapo que soy?- le suelto sin saber muy bien el por qué.

-¿Qué?- se queda pasmada- ¡No! Buscando trabajo, igual no te interesa, solo baja el volumen de tu música- dice bruscamente antes de entrar a la habitación y cerrar la puerta del balcón.

¿Por qué estará buscando trabajo?

El que ella no tenga tanto dinero explicaría el porque tomó el bus, o su casa comparado a las demás del barrio en es tan grande, pero algo no me encajaba, seguía viviendo en el barrio mas exclusivo de la ciudad al igual que el mejor colegio del país en donde ni siquiera habían becados.

Kavya, eres todo un misterio.

Al levantarme temprano, me fui a correr por el barrio como normalmente lo suelo hacer, al llegar me di cuenta de que el auto de mi padre estaba estacionado, lo que significaría que estaría en casa.

-Ethan- me dicen mi hermana apenas entro- Carlos está en casa.

Al contrario de mí, Nath tenía muy mala relación con mi papá, y no es que yo no la tuviera tampoco, pero lo de ellos dos era un poco más complicado.

-Lo sé, vi su carro estacionado afuera, no le hagas caso si te llega a molestar algo de lo que te diga- le aconsejo a mi pequeña hermana.

-Está bien- me dice mientras me da la mano

Nath y yo teníamos muy buena relación de hermanos, mis padres pasaban a menudo en viaje de negocios, mi padre un poco más, así que cuando Cristina, la ama de llaves se iba, yo era el adulto a cargo. Aunque mi pequeña hermana parecía saber muchísimo más de la vida que yo.

-Ethan- escucho una voz a mi espalda y me tensó inmediatamente.

-Papá- me doy la vuelta mostrándole una falsa sonrisa.

-Nathalia- dice mi padre apenas viéndola.

-Padre- dice en apenas un susurro mi hermana volviéndose hacia la cocina.

-¿Está todo bien?- pregunto.

-Si, solo que ya sabes las estúpidas ideas de tu hermana de querer el negocio familiar- contesta.

-Papá, ¿Por qué no aceptas que Nath sea mi socia, no te parece injusto que tu hija no reciba nada?- le protesto al recordar cuantas veces mi hermanita había estado llorando porque nuestro padre le prohibía ser parte del negocio.

-No Ethan, ya hemos hablado de eso, las mujeres no tienen ese potencial, mucho menos la ingenua de tu hermana recibirá dinero pero nada más, ahora, a la mesa- zanja el tema dejándome con la palabra en la boca.

Mi padre era un machista en todo el sentido de la palabra, no sé porque mi madre no se había separado de él aún, y por lo que tenía entendido, mi abuelo creía que una familia debía mantener su imagen estando unida.

Al subir a mi habitación, me di cuenta de los sollozos de mi hermana en la habitación del frente, así que con mi mala costumbre de entrar sin preguntar, la veo llorando frente al espejo.

-Nath- voy hacia ella para abrazarla- ¿Por qué lloras?

Ella tenía en rostro descolocado, mi hermana era una niña sensible pero no creía que llorara solo por lo que le decía mi papá, en el fondo sabía que me ocultaba algo más.

-Nada, es por Carlos, estoy cansada de que piense que no puedo manejar el negocio familiar- termina por contestar.

-Lo vamos a solucionar, ¿Sí?- le digo mientras le planto un peso en la frente.

Nath era a la única persona que no soportaba ver llorar, he tenido que consolar a varias personas, me gustaría decir que soy una persona bastante sentimental pero la verdad es que nunca me dolía tanto como ver a mi hermanita llorar.

Al llegar al colegio después de que Nath se negara a llevarla, pues quería ir en su bicicleta, voy directo a el aula antes de que empiecen las clases pero al abrir me topo con el profesor de economía y Kavya hablando.

-Él- dice el profesor David.

-¿Él?- pregunta ella incrédula.

-¿Yo?- pregunto algo confundido sin saber a qué se referían.

-Si Ethan, tú serás el nuevo tutor de la señorita Miller.

RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora