Capítulo 13

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-Pensé que hoy ibas a salir con todos- le dije mientras le invitaba  a pasar.

Él llevaba unas gafas, con las cuales nunca le había visto, una sudadera negra ancha, que tenía un dibujo blanco en la espalada, unos pantalones grises de deporte y unas zapatillas blancas sencillas.

-Hoy no me apetecía mucho salir, y ya que me iba a aquedar solo en el piso pensé en venir a ayudarte con las mates ya que el otro día te noté muy estresada por ello.

-Muchas gracias pero no querría molestarte con mi estupidez por las matemáticas- le dije un poco avergonzada al ser tan estúpida con esa asignatura.

-Las matemáticas es una de las asignaturas más difíciles, te aseguro que a nadie les parece fácil, además no es ninguna molestia para mi, me gustan y creo que las puedo controlar un poco.

-Eso es que tienes un don, yo las estudio con toda mi alma y nunca las apruebo.

-¿Qué te parece si yo intento cambiar eso?- me dijo sonriente.

-Te lo agradecería de por vida.

-Perfecto, vamos a ello.

Le enseñé la materia que entraba en este examen, no parecía muy sorprendido con todas las cosas, supongo que eso es el saber sobre las matemáticas.

-Vale esto son cosas ya de personas mayores, ¿crees qué podrás con ello?- me dijo con intención de picarme.

-Jaja, muy gracioso, y no, no podré con ello, son una alumna imposible de enseñar.

-Ya verás como no.

Comenzamos por las cosas las cuales él decía que eran más sencillas, yo seguía sin ver los sencillo en ello.

Después de un buen rato con esa parte me mandó hacer un ejercicio entero que contenía todo lo que habíamos estado haciendo; cuando le acabé, con un poco de dificultad, se le di para que le corrigiera.

-Enhorabuena, está perfecto- me dijo con una gran sonrisa de orgullo en la cara.

-¡¿Qué?!, no me la puedo creer, si no llega a ser por ti para hacer al menos la mitad de ese ejercicio tendría que haber estado por lo menos tres tardes estudiándolo, muchas gracias en serio.

-No es necesario darlas, eres tu la que lo has hecho, yo solo te he dado tácticas para comprenderlo, además las matemáticas no consisten en estudiar sino en entender y por lo que veo esta parte estaría entendida.

-Así es, no comprendo como lo he entendido tan rápido, llevo toda mi vida dando esta materia y por primera vez lo comprendo en menos de diez clases.

-Eso es porque tienes un buen profesor, que te parece si entre una parte y otra nos damos un descanso y salimos a comprar algo para cenar.

-Buena idea- le contesté- dame cinco minutos para ponerme algo decente.

-Ok.

Me puse una simple sudadera blanca con los pantalones de chándal que ya tenía puestos y por último mis maravillosas vans negras, no sé que haría sin ellas.

-Vaya, hasta eso te queda bien- en cuanto lo dijo pareció darse cuenta de que se le había escapado y que no solo lo había pensado, así que intentó cambiar de tema con un carraspeo de garganta- buen vayamos a por la comida, estoy hambriento.

No sabía si podría contestarle sin que notara lo nerviosa que me había puesto, por lo tanto solo le dije que si con la cabeza.

En todo el recorrido para salir de la residencia no comentamos nada al respecto de lo que había dicho en la habitación, pero yo en mi cabeza si que lo tenía presente.

¿Destinados al fracaso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora