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PRÓLOGO: EL ENCUENTRO.

— PRÓLOGO: EL ENCUENTRO

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—Rumi Usagiyama—

Tenía unos 14 años en ese entonces. En aquel momento conocí a Keigo en el colegio, sin darnos cuentas nos volvimos amigos. Según él, su personalidad tan "encantadora" hizo que nos hiciéramos amigos, aún sabiendo que eso claramente no había sido así.

Poco a poco nos hicimos ciertamente más cercanos sin querer, así que decidí que fuese la primera persona en contarle que me gustaban las chicas, aunque para él no había sido una gran sorpresa. Desde esa vez, a él le encanta molestarme con literalmente cualquier chica que respirara nuestro mismo aire.

—¡No llegues tarde!—  se burló Keigo pasando encima mío sonriéndome de forma socarrona.

—¡Vete a la mierda!—  grité mientras corría por mi vida intentando no llegar tarde a clases.

¿La razón? El muy hijo de un pájaro me invitó a hacer un maratón de películas lo cual terminó hasta la madrugada, aún sabiendo que hoy teníamos clases temprano. Intentaba correr lo más rápido que mis piernas pudiesen mientras Keigo iba volando mirándome mientras se reía de mí, burlándose porque tenía que correr.

Estaba casi segura que llegaría tarde, aún así conservé la esperanza de que fuese mentira. Cuando llegué a la entrada del colegio entré rápido yendo hacia mi salón sin importar nada ni nadie, fui tan rápido que no logré evitar chocarme con alguien, aunque por suerte logré estabilizarnos antes de que ambas cayéramos. Me disculpé rápidamente para luego volver correr y esperar a que no me regañasen, aunque dudo mucho que se sorprendan por verme llegando tarde... Maldito pájaro que nunca me quiere llevar volando.

Cuando llegué todavía no había llegado el profesor, podía escuchar los sonidos de victoria en mi cabeza al sentir la satisfacción de llegar a tiempo, así que como realmente me quedaba unos minutos libres; decidí salir a los pasillos a buscar a Keigo para descargar mi enojo. Si no tuviese el quirk de conejo probablemente no sería lo suficientemente rápida como para llegar a hora.

Cuando lo encontré, me acerqué a él cansada. Mientras tanto, el desgraciado sonreía mirándome burlonamente, probablemente estaba hecha un desastre, pero bueno, ninguno en la vida es perfecto.

—Te odio—  espeté enojada.

—Yo sé que me quieres—  respondió burlón, y yo como buena amiga que soy, le mostré cariñosamente mi dedo del medio.

—Espero que amablemente te puedas ir bien a la mierda— al escuchar aquellas palabras salir de mi boca se hizo el sorprendido y dijo:

—Que chica más grosera... ¿Con esa boca piensas besar a otras chicas?— preguntó "indignado". Volteé los ojos y respondí:

—Ja, ja, hoy te despertaste más gracioso que de costumbre ¿acaso te comiste un payaso?

—Yo siempre soy gracioso, y encantador—  agregó lo último guiñándome el ojo.

Por culpa de ese bastardo ninguna chica se acercaba a mí, creían que salíamos juntos, aunque reiteradas veces explicaba que no era así. Igual a nadie le importaba, solo querían chisme y drama, así que como Keigo era un chico "popular" y guapo, nos solían emparejar por vernos juntos. Como si alguien quisiese salir con un pájaro con complejo de superioridad.

—Por cierto, hoy te quiero presentar a alguien— dijo de la nada.

—¿Tienes pareja? Increíble, ya me cuestionaba yo la opción que te ibas a quedar soltero y con 15 pájaros en tu casa.

—¿Qué? ¡No! Te quería presentar a una chica, ¿en serio me ves así?

—Sep. Es decir, tienes a todas las chicas babeando por ti, ¡incluso chicos! ¿Y todavía no tienes pareja? ¿Qué clase de chico raro eres? Yo moriría porque las chicas me miren así.

—Simplemente no encuentro a la persona indicada; pero, volviendo al tema. En el receso te quiero presentar a una chica que desde hace mucho muere por conocerte. 

—¿Una chica? ¿Quién es? ¿La conozco?

—Quién sabe... Solo te diré que va a mi misma clase.

—¿Ya la voy a ver? ¿Seguro que llegará?

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—¿Ya la voy a ver? ¿Seguro que llegará?

—Tranquila, me prometió que vendría sin falta, aparte, era ella la que me insistió tanto en conocerte

—Eso espero, porque o sino me voy a sentir rechaza...—antes de siquiera poder terminar mis palabras... La puerta de la azotea se abrió haciendo bastante ruido, dejando ver quién era la que lo provocó. Wow.

Eso fue lo único que pude pensar ese día, no sé si por el asombro de saber que era ella, o por cómo se veía; pero cuando cuando la vi todas mis neuronas dejaron de funcionar, porque me sentía feliz por saber quién era, porque no lo esperaba, y porque me di cuenta que desde ese día todo cambió, todo pasó de ser "normal" a un tornado de nuevos sentimientos y experiencias...

Eso fue lo único que pude pensar ese día, no sé si por el asombro de saber que era ella, o por cómo se veía; pero cuando cuando la vi todas mis neuronas dejaron de funcionar, porque me sentía feliz por saber quién era, porque no lo esperaba, y por...

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N/A: Después de mucho vuelvo a subir este fic que tenía en borradores. Poco a poco iré subiendo los demás capítulos, aunque si bien no los cambié tanto, sí hay ligeros cambios por conflictos en la lógica de la trama.

En fin, espero que les haya gustado este prólogo <3

PD: Cualquier duda que tengan probablemente esté escrita en la descripción.

𝗜𝗻𝘃𝗲𝗻𝗰𝗶𝗯𝗹𝗲 | Rumi UsagiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora