Capítulo XV

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— Como ordené su eminencia — Exclamó el varón de uniforme frente a los de sangre azul.

El jovén Almirante permanecía callado, conocía muy bien que era lo que le pedirían al entrar por esas puertas sin embargo,era lo justo,Elsa por su parte se encontraba con la mirada baja y perdida en sus pensamientos sin tener ni el más mínimo deseo de ver a aquellas personas quienes añoraban provocarle un daño.

— Princesa — Agregó su compañero — Solo será un poco,además los guardias nos acompañarán.

— Eso no es lo que me preocupa — Explicó elevando la mirada — Sino algo que dijeron — Musitó trayendo de vuelta ese suceso que permaneció en su cabeza por vario tiempo.

— ¿Algo cómo qué?.

— Prefiero no decirlo.

El sonido de las puertas interrumpieron su charla,ambos condujeron sus ojos hacia el lugar de donde provenía ese sonido;la entrada a las mazmorras jamás habían sido el lugar favorito de Hans pero por alguna razón su trabajo como Almirante lo requería,sin más por esperar tomo la mano de la joven quien se estremeció ante su tacto y le abrieron paso a su caminar, todos los soldados murmuraban,sabían que no era nada bueno lo que les esperaba a esas personas,en las Islas del Sur los castigos eran sumamente infrahumanos y aún peores cuando de nobles se trataba.

— ¿Elsa? — Interrogó el cobrizo mientras contemplaba a la mujer que tomaba su brazo,ella ni siquiera escuchó los llamados de su ahora esposo,sus millones de pensamientos la carcomian por dentro y con cada paso esas palabras se le incrustraban más y más — ¿Elsa? — Volvió a hablarle en vista de su falta de respuesta pero de nueva cuenta ella no dió palabra;Hans inclinó la cabeza para ver su faz la cual no se había percatado ni de su mirada,con esas acciones de parte de Elsa le daban a conocer al príncipe que nada estaba bien — Oye — Movió su mano frente a su rostro.

— Lo siento — Dijo — Estaba pensando en algo...

— En lo de hace poco ¿no? — Ella asintió — ¿Y se puede saber qué es? — Arqueó una ceja sonriente.

— ¿Te parece después? — El varón negó.

— Haremos un trato ¿bien? — Preguntó.

— Sí.

— Si te pierdes de nuevo en tu pensamiento camino a las mazmorras y yo te descubro entonces me dirás que pasa ¿qué tal? — La rubia medito en las palabras brindadas por el décimo tercero,no quería abrir la boca en vano pero tampoco quería quedarse callada y eso en conclusión,era una molestia.

— Bien — Contestó.

Los guardias abrieron la última puerta marrón,su material se miraba viejo y descascarado,sin duda era un lugar vil en el que estaban los presos;el temor se centro en su pecho y con el una desesperación brotó de ella,sintió Hans apretó su mano de la misma manera que ella y Anna lo hicieron al entrar en el bosque encantado.

“Haremos esto juntas"

Jaló su mano con rapidez soltando la del décimo tercero el que al notar esto solo la miró con una ceja arqueada, internamente se sentía un poco incómodo ¿Quizás a ella no le agradaba tenerlo cerca?¿Tal vez nunca ha pensado en qué ellos sea como sea darán herederos? No lo sabía así que se limitó a colocar sus manos tras él como le era casi de costumbre y sin mostrarle ninguna alteración en él siguió caminando. Quedando justo frente a las personas que provocaron un caos por el palacio.

ᴘʟᴇᴀsᴇ sᴀᴠᴇ ᴍᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora