03 Primer Día

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Parecía que era la hora del almuerzo pues todos los soldados se encontraban sentados en el gran comedor, para Mikasa la comida del lugar tenía mejor aspecto que la del reformatorio.

— ¿Que es todo esto? — Preguntó mirando el gran plato de comida servido frente a ella.

— Lo que tienes en el cuenco es sopa de vegetales con arroz, a tu izquierda hay un trozo de carne, un pedazo de pan y una papa hervida — Eren le respondió a la vez dándole un gran mordisco a su pan

— Wow es bastante comida y sabes que habrá de cenar o vamos a repetir lo mismo

— Ja! Debiste ser comediante o bufón en tu vida pasada, en serio crees que aquí nos dan cena — Dijo Jean en burla — No se cómo sea en Marley pero aquí en Erdia no nos dan cena, este plato de comida es lo único que comeremos hasta mañana.

— Wow... — Un chico rubio y otro calvo entraron corriendo al comedor parecían alma que lleva el diablo

— Díganme qué los comandantes no han llegado — Decían al unísono.

— Hey Armin, Connie cálmense ¿Por qué tanta prisa?

— Verás Connie "quería manzanas", pero no había en la cocina así que fuimos "al bosque en busca de manzanas" pero no nos dimos cuenta de la hora que era. — Lo último lo dijo guiñando un ojo y haciendo comillas con los dedos.

— Lo bueno es que por hoy tuvieron suerte ya siéntense.

Las puertas del comedor se abrieron y con ello un silencio reino por todo el lugar, el comandante Erwin entro justo detrás de el varios capitanes, todo se pusieron de pie e hicieron el saludo.

— Buenas tardes soldados, pueden sentarse merienden y disfruten los alimentos ya que todavía nos queda la jornada restante de hoy y la de mañana.

Dada la orden está se acato y todos se sentamos, los capitanes y altos mandos se sentaron en la mesa principal y todo fue normal o eso pensaba Makoto.

— Eren ¿Quién es el niño nuevo? Es que no estuve en la formación hace rato— Preguntó el rubio al castaño.

— Es Makoto uno de los marleyanos que vinieron del tratado.

— Ah bueno da igual.

— Makoto una pregunta ¿Tú y el capitán Levi son familia? — Preguntó Jean.

— Eh no ni siquiera ubico quien es ¿por?.

— No lo molestes Jean apenas es su primer día, no está bien que lo estén atosigando.

— Tranquilo Eren simplemente fue una pregunta casual aparte no lo defiendas tanto ya está grandecito, cambiando de tema Connie cómo te fue con tu "colecta de manzanas" — Le daba pequeños codazos a su compañero de a lado.

— Pues Sasha y yo nos pudimos ver hubo besos, abrazos y otras cosillas pero shhh... Lo demás solo Armin lo sabe.

— Eso no está bien, en los líos en los que te meterás no tienen precio — Expresó hastiado Eren.

— Tranquila mami Eren, el que tú vivas tu vida de amarguetas por no poder ver a tu chica no significa que los demás tengamos que vivir igual.

— Solamente digo que hagan las cosas bien para evitar problemas mayores.

Mikasa observaba toda la conversación y en sus adentros la analizaba pues quería aprender y saber cómo imitar el comportamiento de un hombre pues obviamente no quería ser descubierta.

— Pues ya será problema de los demás yo no preocupo de nada la chica con la que me quiero casar todavía ni siquiera ha sido presentada en sociedad falta un par de años para eso pero ahora como tal solo tiene el titulo de princesa.

— Deberías ir a atenderte Jean, tu salud mental e ideales me preocupan te pregunto ¿Tas bien? — Preguntó Armin — Entendemos que estés enamoradamente obsesionado con una chica que ni siquiera conoces en persona pero en serio hay algo llamado límites por si no los conocías. 

— A parte es muy difícil que una princesa se fije en ti Jean digamos que  muy agradable a la vista no eres.— Ante el comentario los demás rieron.

— Digan lo que digan ninguna mujer se resiste a mi encantó y me reiré en sus caras cuando sea el nuevo rey de Hizuru — Makoto escupió el agua que estaba bebiendo sin omitir el hecho de que se estaba ahogando.

Después de un par de minutos se reincorporo, con una servilleta limpió el pequeño desastre que causó y por último aclaro su garganta.

— ¿Cómo que rey de Hizuru? ¿Alguien puede explicarme? — La pobre sentía que se le salía el corazón.

— Ah bueno pues el pendejo de Jean se enamoró de la princesa de Hizuru ¿no? Y bueno ni siquiera la conoce en persona solo la vio en un diario y de ahí nació su obsesión.

— Oh... Ya veo...En serio Jean medicaté, tu obsesión no es algo sano

La campana sonó y los soldados regresaron a sus actividades y de paso les tocó hacer limpieza del cuartel.

──────⊱◈◈◈⊰──────

La noche había caído y la jornada del día terminaba, Mikasa y apenas se podía mover.

— Estoy agotado, ya no quiero vivir — Se lanzó hacia el catre cayendo sobre este.

— En serio te falta bastante resistencia, no aguantas nada y eso que todavía no es tu primer día aquí — Dijo el castaño en son de burla a la vez que terminaba de desvestirse

— Cállate, siento que mis piernas tiemblan  — Apenas se volteó, su cara se tornó de un color carmesí y sus mejillas ardían lo único que hizo fue retirar la mirada hacia el otro lado — Mínimo avisa que te estás vistiendo Eren.

— Tranquilo macho parece que nunca habías visto a un hombre desnudo — Makoto trago duro por  el comentario.

— Solo digo que avísame cuando hagas eso por favor.

— Eres muy raro, bueno descansa, hasta mañana — El castaño se metió entre las sábanas del catre y apagó la vela que iluminaba de manera tenue el dormitorio.

[...]

La luz del alba comenzaba a asomarse por el horizonte, el canto de los pájaros alegraba la mañana aunque no para todos.

Un sonoro resuello despabiló por completo a Mikasa quien casi de un brinco caía del catre, aún con el corazón acelerado trataba de encontrar el origen de aquel sonido y no se trataba de nadamás y nada menos que su compañero de cuarto.

Eren parecía estar en un sueño profundo pues ni sus propios ronquidos que eran bastante fuertes. Era evidente que Mikasa no volvería a dormir todo el sueño que tenía se había esfumado por completo.

Lo único que hizo fue dedicarse a observar a Eren dormir aprovechando la poca luz que se filtraba de la ventana, con sus ojos delineaba su cara, sus brazos fornidos, su abdomen bien trabajado y formado, lo que más captó su curiosidad y atención fue la pequeña línea de vello que iniciaba desde el ombligo y descendía dejando ver hasta donde la sábana le cubría «A caso duerme sin ropa» pensó.

Sin querer quedarse con la duda poco a poco se fue acercando al catre de Eren y justo cuando llegó comenzó a retirar con extrema delicadeza y lentitud la sábana, aquella línea aumentaba en grosor mientras más bajaba la sábana cabe destacar que la cara de ella se encontraba completamente tornada de un color rojizo.

Una mano más grande tomo con fuerza de su muñeca en ese momento ella sintió verdadero terror, pues para ella ya era su fin — ¿Que haces — La voz ronca y adormecida de Eren resonó por su cabeza

— Trataba de cubrirte del frío para que no enfermaras — Dijo en susurró pues no quería despertarlo por completo de su letargo.

— A bueno — Se dió la vuelta y siguió durmiendo como si nada.

Continuará...

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