Ticci Toby
Caminaba con cautela por la ciudad. Agradecía que las farolas parpadearan dejando la calle a la merced de la luna y las estrellas. Eso le daba sombra por donde moverse, le facilitaba ser ignorado, el cumplir su menester. Solamente se escuchaba el sonido de la brisa moviendo un par de hojas y basura. Mi corazón palpitando con fuera, entrando en pánico. No, pánico no, ansiedad. Esa pelota de goma que rebotaba en mi interior, en un desequilibrado compas de negras y corcheas. Derecha, derecha, izquierda. El sonido de mis vertebras cervicales crujiendo solamente confirmaba mi necesidad, aquella que involucraba una de mis hachas y alguien fácil con quien jugar. Las voces en mi cabeza empezaban a molestar, aumentando mi ritmo cardíaco.
Era sábado, por el color del cielo podría decirse que no faltaba mucho para que amaneciera, ni para que los adolescentes salieran -borrachos- de tener una noche salvaje ¿Noche salvaje? ¿Bailar como idiota pegado a otras personas? No lo entendía y dudaba hacerlo algún día.
"Presas fáciles, Toby."
Decían aquellas voces, inundando mis pensamientos con afirmaciones y otros escenarios que preferiría no describir.
— ¡Mierda!
Capté la voz de una chica.
Me guie por el sonido de su voz, siendo lo más silencioso posible. Empezaba a sentir la excitación recorrer mis venas. Avancé paso a paso hasta el callejón. Una chica, la chica, a espaldas de mi. Su cabello café flameaba levemente por el gélido viento de otoño. Caminé sigilosamente hasta el callejón que se encontraba a unos metros de mí, una chica de cabello castaño estaba de espaldas a mí. Una sonrisa maniática se apoderó de mi rostro. Levanté ambas hachas y avancé hacia ella. La chica del cabello castaño se volteó repentinamente y abrió los ojos del asombro. Estaba asustada, eso era seguro... O al menos eso pensé antes de que empezara a murmurar.
— Hazlo.
Mi cara de confusión se hizo presente. Era más que obvio que a través de la capucha, los googles y la barbera que cubría mi boca ella no lo notaría.
¿Qué la mate?
— Vamos, hazlo. – Ella me miró y se acercó. — ¡Hazlo! ¡Mátame! ¡Eso es lo único que necesito!
Si antes estaba confundido, ahora estaba sorprendido. Nunca nadie me había reclamado que lo matara, siempre rogaban por clemencia o gritaban esperando salir ilesos.
Esta situación me había dejado en lo que Ben llamaría "shock".
— ¿Qué? – Fue lo único que pude decir.
— ¿No eres Toby Rogers? ¿Un Creepypasta? ¿Un asesino? – Ella suspiró enojada. — ¡Hazlo! ¡Mátame! ¡Asesíname como lo haces día a día! – Tomó una de mis hachas y la colocó en su cuello con velocidad.
— ¡ESPERA! – Retiré el hacha de su cuello. Ahora ella era la confundida. — ¿Có-cómo me conoces?
— Internet. Leí todas sus historias, conozco la tuya. – Ella me miraba impaciente. — ¿Puedes hacerlo de una vez por todas?
— ¿Por qué...
— ¡Eres una asesino! ¿No te dedicas a eso? ¡Me est-
— No. – La corté. — ¿Por qué quieres morir? – Suspiré. – Las personas normalmente corren, gritan y me piden que no los mates pero tú... Tú solo te entregas y me pides que te mate...
— Miré al suelo confundido.
— No-no comprendo...
— ¿Sabes lo que es ser invisible para todos? ¿Sabes que se siente estar sola todo el tiempo? ¿Sabes... ¿Sabes lo que es querer ser amado y que el mundo te empuje a un lado por ser... Diferente? – Ya no sabía que decir. Las lágrimas mojaban su dulce rostro dejando ver como su alma se rompía en miles de pedazos. – ¡Solo mátame! Si no lo haces tú lo haré yo misma. – Ella me arrancó el hacha de la mano y la colocó en su cuello de nuevo. Lo presionaba contra este pero pude notar que no lo haría. — ¡Joder! ¡Maldita cobarde! – Arrojó mi hacha a un lado y cayó al suelo. Podía escuchar sus sollozos mientras se escondía tras sus rodillas. – Eres una cobarde... Cobarde... Cobarde...
Me arrodillé y levanté su rostro.
— ¿Puedes matarme?
— No lo haré. – Ella me miró mejor. Sus ojos, completamente cristalizados, se clavaron en mí. Lo que fuera que le hubiera sucedido era legible a través de esos ojos cafés. – No puedo matar a alguien que no quiere vivir... Eso no es divertido. Además... Si se cómo se siente que el mundo deje a un lado... Sé exactamente cómo se siente. – Una pequeña risa salió de mí. Me volteé pero antes de irme dije: – Ser diferente no es tan malo... Deberías pensarlo.
Volví a caminar mientras guardaba mis hachas. Mis ganas de matar habían desaparecido incomprensiblemente y Slender estaría esperándome en la cabaña.
— ¡Espera!
Frené en seco y me volteé, la chica se había parado y me miraba con los ojos llorosos.
— Déjame ir contigo. – Murmuró.
— ¿Perdona?
— Déjame ir contigo. – Repitió ella. – Lo sé, debe sonar ridículo pero... Por favor... No tengo donde ir. — Ella tomó mi brazo. — Al menos por una noche... Por favor.
No. Definitivamente no. Slender se enojaría conmigo y los chicos seguramente me molestarían por no asesinarla cuando debí haberlo hecho. No puedo llevarla a la cabaña ¡Está prohibido! Si ella fuera una asesina podría ser pero ¡No lo es! Además ¡No tengo idea de quien es! ¿Por qué debería ayudar a esa chica? Ella sabe todo sobre mi y de los otros asesinos... Eso era preocupante. Como sea, debía irme. Aun así
Por qué no podía matarla y deshacerme de este problema?
. . .
— Entonces, ¿Por dónde viven? – Preguntó la chica tímidamente.
— Una cabaña en el bosque. – Respondí secamente. Estaba pensando en el castigo que me daría Slenderman cuando se enterara de todo.
Él iba a matarme, definitivamente.
– Súbete a mi espalda. – Ordené. Si no llegaba rápido no podría hablar con él sin que el resto esté ahí acosándome con preguntas estúpidas.
— ¿Qué?
— ¡Súbete! – Le ayudé. – Sostente fuerte. – Me preparé y corrí velozmente esquivando todos los arboles hasta llegar a la gran cabaña. Ella estaba aferrada a mi cuerpo, no hacía falta aclarar que estaba asustada por la velocidad. Al llegar a la cabaña me atreví a preguntar:— ¿Cómo te llamas?
— Mitchie.

ESTÁS LEYENDO
Bad Blood | Libro I | Ticci-Toby
Fanfic❝ ¿Sabes lo que es ser invisible para todos? ¿Sabes que se siente estar sola todo el tiempo?¿Sabes lo que es querer ser amado y que el mundo te empuje a un lado por ser... Diferente? ❞ ❝ Si. Sé cómo se siente que el mundo deje a un lado... Sé exacta...