𝐵𝐸𝐿𝒪𝒲 𝐻𝐸𝑅 𝑀𝒪𝒰𝒯𝐻 || JenLisa

DESEO

Nada fuera de lo normal pasó en Nochebuena, después de aquello, pudieron llegar a tiempo a la fiesta del club que ofrecía el lugar.

Lisa trató de seguirle el paso a la mujer bailando muy entusiasta con los brazos al aire frente a ella, admiraba cada uno de sus movimientos, su cadencia, su amplia sonrisa entre luces de colores.

Ambas bebieron, la ocasión ameritaba y no hacerlo en un lugar así podía ser un poco aburrido. Jennie pidió una botella de vino, la menor le ayudó a terminársela ya con unas cuantas cervezas encima.

Cuando el clima adulto y la transpiración comenzó a mezclarse ambas bailaban muy juntas, la pista estaba llena, no había espacio, era el pretexto perfecto para no perder contacto, la música se tornó más emocionante y sensual a la vez, cualquier persona que no las conociera apostarían por una pareja en la etapa de luna de miel porque así lucían.

No se encontraban totalmente sobrias, sin embargo recordarían cada acción, sobre todo ese beso; sonaba una canción nostálgica con ese toque pop que el intérprete ponía, con ritmo tranquilo y pegajoso al principio, conforme los versos pasaban, unos brazos alrededor del cuello de Lalisa se tensaban cada vez más, movían las caderas al ritmo y sus miradas oscuras no ocultaban la evidente ansia.

De manera instintiva, durante el último coro de la canción, la castaña tomó los gruesos labios de la más alta ahondando el contacto entre un suspiro con aliento dulce de vino. Así mismo su amante correspondió rodeando su cintura hasta tenerla a quemarropa disfrutando de aquel rose corporal al bailar entre un beso húmedo y delicioso...

"Give me tonight then if you don't wanna stay, girl I'll just forget you...
  You'll see I'm right, you won't get to go away, love ain't gonna let you
  GIVE ME TONIGHT!"

— Lisa...— Musitó la mujer al separarse de sus labios. — Gracias.

La mencionada frunció el ceño al no comprender aquella gratitud.

— ¿Por...?

— Por mostrarme esta parte de mi...—

[...]

— Por favor solo unos pasos más, casi llegamos a la puerta. — Rogaba una pelinegra alta en un estado más decente que el de su compañía.

Esta se escabulló para ordenar una botella más de vino cuando Lisa había ido al  tocador. El resultado: dos chicas vulnerables una más que otra, pues la menor acostumbraba beber.

Por fortuna Bam Bam acudió en plan de ayuda mientras atravesaban por un problema con la cuenta, Lalisa intentaba sostener a una chica que colgaba de su cuello muy melosa mientras discutía con el mesero.

— Abre la puerta mientras yo la sostengo. — Indicó el chico a su reciente amiga, la fue dejando poco a poco y él la abrazaba por los hombros.

— ¿Seguro?

— Si, ya... la tengo. — Aseguró haciendo un poco de esfuerzo pues recargaba todo su peso en él.

Pasó la tarjeta en la cerradura, tiró de la manija y empujó la puerta para abrirla completamente.

— Listo...— Regresó su atención a ellos para ayudarle.

— Apoya su brazo como antes, te ayudaré a llevarla hasta la recámara.

— Si... — Afirmó Lalisa un poco mareada por moverse tan rápido.